Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de Políticas Públicas, Licenciado en Ciencia
Política y catedrático en la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la UNFV
Publicado en El Montonero, con fecha 22-03-2022
Indudablemente, a lo largo de su historia, la República de
Roma tuvo terribles enemigos. El más analizado y estudiado es el general
cartaginés Aníbal porque puso en duda la hegemonía de Roma en el Mediterráneo
Occidental.
¿Quién se enfrentó a Roma y puso en duda su hegemonía en el Mediterráneo
Oriental? Ese personaje fue el Rey de Ponto, Mitrídates VI. Él enfrento a
Roma en tres guerras. Si súmanos sus años de guerra nos dan un total de 16 años
no prolongados de guerra.
Mitrídates VI nació en el año132 a.C. y murió en el año 63
a.C. Hijo del rey Mitrídates V. Subió al trono en el año 120 a.C., pero
gobernó como titular en el trono desde el año 112 a.C.
Mitrídates VI en su afán de expandir su reino, invadió los territorios
romanos en el Asia Menor y se alió con varias ciudades griegas, deseosas de
alzarse en rebelión contra Roma. En este contexto, entra en escena un
personaje importante en la historia de Roma, Sila, quién fue Dictador en Roma y
sempiterno rival de Mario, siete veces Cónsul y tío de Julio César.
Al comienzo de la guerra, Mitrídates derrotó a los romanos en las
batallas del río Amnias y la batalla del Monte Scorobas. Cuando Sila lideró al
ejército de Roma derrotó a Mitrídates VI en las batallas de Queronea (no
confundir con la Batalla del 2 de agosto del 338 a.C. cuando Filipo II y
Alejandro Magno vencieron a Tebas) y en la batalla de Orcómeno.
Sila pudo destruir y acabar con la independencia del reino, pero no lo
hizo debido a que tenía que regresar de inmediato a Roma y derrotar a
Mario El Joven, hijo de su sempiterno rival Mario. Por esta
razón, Sila y Mitrídates VI firmaron el Tratado de Dárdanos por el cual
Mitrídates devolvía los territorios conquistados a Roma y pagaba los gastos de
guerra. Esta situación es similar al Tratado de Lutacio. Dicho tratado fue
firmado en el 241 a.C. entre Roma y Cartago al término de la
Primera Guerra Púnica.
La segunda guerra se inició cuando el general romano Murena invadió los
territorios del reino de Ponto, pero sin conseguir una victoria decisiva frente
a Mitrídates VI por consiguiente se retiró del territorio de Ponto.
La tercera guerra fue la más larga y dolorosa comparada con las dos
anteriores. Mitrídates VI pudo reorganizar su ejército e invadir de nuevo los
territorios romanos en Asia Menor. El general romano Lúculo lideró la
contraofensiva que llevó al ejército romano a invadir el reino de Armenia, cuyo
rey Tigranes II era yerno de Mitrídates VI.
Lúculo nunca permitió a sus tropas el saqueo de las riquezas de los
reinos de Ponto y de Armenia. pero él si saqueaba todo lo que podía. Por dicha
razón las tropas romanas se amotinaron. Este suceso más las intrigas de Pompeyo
en el Senado generaron que le designasen a Pompeyo como nuevo comandante romano
en la guerra contra Mitrídates.
En la coyuntura antes mencionada, tanto Mitrídates VI como su yerno
Tigranes II reconquistaron sus territorios por el momentáneo vació de poder que
dejaron los romanos. Seguidamente, Pompeyo invadió rápidamente la capital de
Armenia mientras tanto Mitrídates VI huyó a sus posiciones del mar de Azov con
la intención de reunir un nuevo ejército y seguir en su guerra contra Roma. Al
ser riesgoso emprender una campaña en aquellos territorios, Pompeyo emprendió
la pacificación de Siria y la conquista de Jerusalén.
Mitrídates VI llegó a sus territorios del mar de Azov, su hijo Farnaces
decidió tomar como prisionero a su padre en el palacio real. La muerte de
Mitrídates VI es bien contada por el destacado historiador sueco Carl Grimberg:
“Las súplicas de Mitrídates no hallaron eco en
Farnaces. El padre comprendió que ya no había esperanzas, pero no quiso
abandonar sólo este valle de lágrimas. Obligó a sus mujeres, a su concubina y a
sus hijas a beber la copa de veneno, antes de tomarla él. Pero Mitrídates se
había inmunizado contra el veneno, de modo que éste no se hizo efecto; ordenó,
pues, a un soldado que le cortara la cabeza. Así murió Mitrídates, a los
sesenta y ocho años, en 63 antes de Cristo.”[1]
Indudablemente, el rey de Ponto Mitrídates VI fue un sempiterno enemigo
de la República de Roma porque todas sus energías fueron por el
encumbramiento de Ponto como potencia hegemónica en el Oriente en
contraposición del creciente expansionismo de Roma. Si bien es cierto que nunca
Mitrídates decidió emprender una campaña en el territorio de la Península
Itálica sus campañas en el Asia Menor más su alianza con el reino de
Armenia significaron una constante amenaza a la República de Roma en
el Mediterráneo Oriental por un período de 16 años no prolongados de guerra. A
modo de conclusión, afirmaré que Mitrídates VI fue un enemigo peculiar para
Roma, un político frontal hasta que perdió -literalmente- la cabeza.
[1] Historia
Universal Tomo 8 Julio César. Autor: Carl Grimberg. Edición: Sociedad Comercial
y Editorial Santiago (1987).
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