sábado, 26 de julio de 2014

La Libertad, valor de nuestra Independencia.


La Libertad, valor de nuestra Independencia.

Renatto Bautista Rojas
Licenciado en Ciencia Política por la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV)

Dentro de pocos días celebraremos el 193º Aniversario de la Proclamación de la Independencia del Perú que fue sellada tras el triunfo del Ejército Unido Libertador del Perú en la Batalla de Ayacucho el 09 de diciembre de 1824. Nuestra Independencia significó para España la pérdida de su principal colonia en América; por lo tanto, los españoles perdieron una gran cantidad de ingresos generados por el Perú desde su conquista en 1533. Los peruanos ganamos vivir en Libertad.

A nivel mundial, el liberalismo político nos legó  la Revolución de Independencia de los Estados Unidos en 1776 y la Revolución Francesa en 1789. El caso de los Estados Unidos es resaltante porque es la primera colonia que logra su independencia y establece una república presidencialista que sigue vigente en nuestros días. Dichas revoluciones liberales generaron una influencia en todas las colonias españolas para obtener su independencia respecto a la corona española.

Es cierto que al proclamarse la Independencia del Perú aún existía territorios en control del Virrey José de la Serna; pero el ideal de construir un Perú donde la división de poderes  y el irrestricto cumplimiento del Estado de Derecho sea una realidad para todos, estaba vigente por ser el fundamento del liberalismo político.

Fue un proceso histórico la universalización de la Libertad para todos los peruanos como la consolidación de un Estado de Derecho que permitiera a todos los peruanos (alfabetos y analfabetos, varones y mujeres) elegir y ser elegidos. Lo cual recién se logro con la Constitución Política de 1979.

Para nosotros vivir en Libertad es algo inherente y de seguro pocas veces hemos reflexionado sobre este Derecho. Como valor universal es fundamental ya que de ahí deriven los otros derechos como el derecho a la libertad de expresión, el derecho a la información, el derecho a la libertad de reunión entre otros derechos.

Estos próximos días a nuestra celebración de la Proclamación de la Independencia debe ser la mejor fecha para que reflexionemos sobre la gran importancia de vivir en Libertad y que como sociedad  honremos diariamente este valor universal.

A lo largo de la historia mundial, han existido regímenes totalitarios que conculcaron la Libertad a sus sociedades como fue el caso de la Alemania de Adolfo Hitler, la Italia de Benito Mussolini, de los partidos comunistas en la antigua Unión Soviética como en sus países satélites en la Europa del Este. Actualmente los partidos comunistas en los gobiernos de China, Corea de Norte y Cuba conculcan a sus respectivas sociedades de vivir en Libertad.


La Libertad es un valor universal e inherente a todos los seres humanos que nunca debe ser conculcado ni restringido por ninguna razón. Su irrestricto cumplimiento es significado que vivimos en una república donde el Estado de Derecho y la división de poderes es una realidad constitucional y fáctica en beneficio de la sociedad peruana en su conjunto. 

miércoles, 2 de julio de 2014

1918: Final inesperado para las monarquías europeas.


1918: Final inesperado para las monarquías europeas.

Renatto Bautista Rojas
Licenciado en Ciencia Política por la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV)

En mi artículo anterior titulado “El Asesinato en Sarajevo” narré el magnicidio del Archiduque Francisco Fernando de Austria-Hungría y de su esposa Sofía de Chotek sucedido en Sarajevo el  28 de junio de 1914, este terrible asesinato prendió la mecha para el estallido de la Primera Guerra Mundial (1914-1918).

La Primera Guerra Mundial marco un antes y después en la Historia Mundial porque fue el fin de varias monarquías europeas, hagamos un breve repaso en Alemania abdicó el Káiser Guillermo II, en Austria-Hungría renuncio a la Jefatura del Estado Carlos I, en Rusia el Zar Nicolás II abdicó, el Sultán Mehmed VI acepto la abolición del Sultanato por el Parlamento mientras que en Bulgaria el rey Fernando I abdicó para salvar la monarquía  a través de su hijo Boris III. El fin de la Primera Guerra Mundial fue la despedida oficial de un Káiser, de un Emperador, de un Zar, de un Sultán y de un Rey. Totalmente inesperado para ellos mismos al iniciarse la Primera Guerra Mundial en agosto de 1914.

1914 y 1918 son dos años claves en la historia mundial, lo debemos tener bien claro como lo menciono en el presente artículo.

1914 fue el año de la esperanza de estos monarcas como brevemente lo mencionaremos:

  • El Káiser Guillermo II quería erigir a su país (Alemania) como la primera potencia mundial – en contraposición de la entonces dominante Reino Unido de Gran Bretaña - más acrecentar su imperio colonial tanto en el África como en el Oceanía.

  • El entonces Emperador Francisco José I de la monarquía dual austrohúngara (Carlos I ascendió en 1916 tras la muerte de su tío abuelo Francisco José I) aspiraba a ser la potencia hegemónica en los Balcanes como en el valle del Danubio además de acabar con el paneslavismo que vilmente arranco de la historia al Archiduque Francisco Fernando y su esposa Sofía.

  • El Zar Nicolás II pretendía recuperar un sitial importante en la historia luego de la derrota rusa frente al Imperio de Japón en 1905. Además las convulsiones políticas y sociales cada vez mimaban su prestigio tanto interno como el internacional.

  • El rey de Bulgaria Fernando I pretendía recuperar el territorio perdido en la Segunda Guerra Balcánica como recuperar su prestigio mellado ante dicho fracaso bélico, y

  • Ni que decir del Sultán de los Turco Otomano que pretendía por lo menos mantener sus territorios en el Asia tras la reducción de su territorio europeo que eran Constantinopla y zonas aledañas.

Sin duda alguna 1914 fue el año de la esperanza política de estos monarcas. En la Primera Guerra Mundial estos monarcas se lo jugaron el todo por el todo. Lo más probable es que ellos ni sus círculos mas allegados imaginarían que el fin de la guerra seria el final de sus respectivas monarquías. La historia siempre es inesperada.

Mientras que el año 1918 fue el año que marcó el final de estas monarquías:

  • En Alemania era evidente tanto para el ejercito como para su sociedad que la situación del Frente Occidental era bien delicada. El clamor mayoritario de los sectores políticos era el establecimiento de la paz. El descontento se demostró nítidamente tras el levantamiento marino de Kiel cuya tendencia era socialista     ; lo cual fue irresponsable por parte de los rebeldes, porque Alemania a través del Káiser y de su Comando Conjunto impregnaban la unidad en una situación de guerra sumado a la entrada de los Estados Unidos a favor de Francia e Inglaterra. Este levantamiento fue la mecha que prendió el fuego de la Revolución de Noviembre que originó la abdicación del Káiser Guillermo II. La escritora británica Virginia Cowles nos menciona:

“El Príncipe Max (se refiere al Príncipe Max von Baden entonces Canciller Imperial) llamó por teléfono e imploró al emperador que se decidiese a abdicar; de otro modo no podría evitarse la guerra civil.”[1]

  • En Austria-Hungría el longevo Emperador Francisco José I falleció en 1916 rápidamente se corono a su sobrino nieto Carlos de Habsburgo como Emperador de Austria y Rey de Hungría (Austria-Hungría era una monarquía dual tras el compromiso de 1867). Carlos I pretendió llevar una paz separada de Alemania; lo cual, no lo resulto. Tras el debilitamiento del frente en Italia, la exposición social fue terrible. El 28 de octubre de 1918 Checoslovaquia proclama su independencia y el 31 de octubre de 1918 Hungría se separa del Imperio; por lo cual, el 12 de noviembre de 1918 el Emperador Carlos I renuncio a la Jefatura del Estado, formalmente nunca abdico con la esperanza de la restauración monárquica. De esta manera la más famosa Dinastía de Europa, los Habsburgos se despedían de sus coronas venidas desde la proclamación como Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico de Rodolfo I en 1273. Carlos I, su esposa e hijos partieron al exilio en Suiza poniendo fin a las coronas de los Habsburgos llevadas por 645 años en diversas partes de Europa.

  • El Zar Nicolás II sufrió sendas derrotas militares frente a los alemanes más una situación de pobreza entre la mayoría de la sociedad hizo que estallara la Revolución de Febrero que trajo como consecuencia la abdicación del Zar y de su hijo el 02 de marzo de 1917 como la instauración de un gobierno provisional. En octubre de 1917 triunfó la Revolución liderada por Lenin que significo el final definitivo de los Romanov, fusilados sin un debido juicio (por ordenes y conocimiento de los jerarcas de la Revolución de Octubre entre ellos el mismo Lenin)  en Ekaterimburgo en 1918.

  • La situación del rey de Bulgaria Fernando I es única e interesante porque a diferencia que la abdicación de los otros monarcas representó el final de sus monarquías eso no sucedió en Bulgaria, ya que la abdicación de Fernando I no fue para el establecimiento de una república sino a favor de su hijo el rey Boris III. Fernando I abdicó para salvar la monarquía en Bulgaria.

  • La derrota del Imperio Turco Otomano en todos los frentes más el Tratado de Sévres (1920) - aceptado por los representantes del Sultán Mehmed VI -  le significo a la Asamblea Nacional reunida en Ankara  la disolución del Sultanato el 1 de noviembre de 1922. Mehmed VI tuvo que abandonar Constantinopla para exiliarse en Malta

Como conclusión considero que el año 1918 represento el final de la idea (venida de siglos) que el poder político de los monarcas era venido por la aprobación de Dios ya que en Alemania, Austria, Rusia y Turquía se establecieron sendas repúblicas salvo Bulgaria que mantuvo su monarquía hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. El año 1918 represento un severo golpe para las monarquías ya que fue el final inesperado para monarquías tan representativas mundialmente como eran la de Alemania liderada por los Hohenzollern o la de Austria-Hungría liderada por los Habsburgos y la de Rusia liderada por los Romanov. Sin duda alguna 1918 fue el final inesperado para las monarquías europeas. Nadie lo hubiera vaticinado luego del magnicidio de Francisco Fernando y su esposa del 28 de junio de 1914 en Sarajevo, Bosnia.

Bibliografía:

  • “Carlos de Habsburgo. El ultimo Emperador” de Michael Dugast Rouillé. Ediciones Palabra S.A. Madrid. 2005
  • “Del Imperio a la Unión Europea. La huella de Otto de Habsburgo en el siglo XX” de Ramón Pérez – Maura. Ediciones RIALP S.A Alcalá. 1997
  • “El Último Káiser”  de Virginia Cowles. Editorial Bruguera S.A. Barcelona. 1964
  • “Las Memorias del Káiser Guillermo II” de Guillermo II. Holanda. 1922
  • “The Kaiser Wilhelm II” de Emil Ludwig. 1926




[1] “El Último Káiser”  de Virginia Cowles. Editorial Bruguera S.A. Barcelona. 1964