Renatto
Bautista Rojas
Licenciado
en Ciencia Política por la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV).
Publicado en Mundiario con fecha 11-11-2018
Hoy es 11 de noviembre y
se conmemoran los 100 años del armisticio que puso fin a la Gran Guerra,
también conocida como Primera Guerra Mundial (1914-1918).
Para ser rigurosos en
la historia, el Armisticio del 11 de noviembre de 1918, también conocido como
Armisticio de Compiégne, fue la rendición del Imperio Alemán ante los Aliados.
La Primera Guerra
Mundial, como la Segunda Guerra Mundial, nos debe servir como reflexión para
entender que toda guerra solo genera muerte de millones de personas inocentes.
La Gran Guerra ocasionó la muerte de más de diez millones de personas.
¡Increíble como terrible esta cifra!
La Primera Guerra
Mundial generó que muchas casas reales perdieran sus coronas. Estoy totalmente
seguro que en julio de 1914, ninguno de esos monarcas pensaría que perderían
sus tronos más bien, estaban muy seguros, que adquirirían más territorios
continentales y/o ultramarinos.
¿Quiénes
perdieron sus coronas?
a)
El Káiser Guillermo II, emperador en
Alemania y su Imperio Colonial, cabeza de la Dinastía de los Hohenzollern. Esta
Dinastía fue muy longeva porque el primer Hohenzollern que estuvo sentado en el
poder fue Federico I como Magrave Elector en Brandeburgo, en el año 1417.
b)
El Emperador Carlos I de Austria –
Hungría, hoy Beato, para los católicos, Carlos de Austria, cabeza de la
Dinastía de los Habsburgo. La famosa Dinastía de los Habsburgo fue la más longeva,
de todas las dinastías europeas, porque Rodolfo I fue rey de los romanos; es
decir Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico pero jamás coronado por el
Papa en Roma, en el aún más lejano año 1273. Los Habsburgo son importantes en
España como en las Américas, otrora reino de ultramar español, porque esa
Dinastía nos gobernó desde Carlos I, recordemos que en su reinado Hernán Cortes
y Francisco Pizarro conquistaron los imperios autóctonos de los Aztecas e Incas
respectivamente para la corona ibérica; por lo tanto, el Perú fue gobernado por
los Habsburgo hasta la muerte del rey Carlos II en 1700.
c)
El Zar Nicolás II, Emperador de Rusia,
cabeza de la Dinastía de los Romanov. Si bien es cierto que Nicolás II perdió
la corona por la revolución menchevique o socialdemócrata liderada por
Kérensky, es un error decir que lo derrocó el dictador comunista Lenin, no
directamente por la Primera Guerra Mundial, pero sus desaciertos en ésta
llevaron a la caída inexorable del zarismo. Lo que si es cierto es que el
dictador comunista Lenin ordenó el fusilamiento, sin el debido proceso, del
depuesto Zar como de su familia (esposa, hijas e hijo) el 17 de julio de 1918.
Permítanme un paréntesis, en 100 años, los comunistas han matado a más de 110
millones de inocentes en el mundo, comenzando por los Romanov, pero no tienen
el mismo ostracismo y trato que su ideología prima hermana que es el nazismo.
¡Increíble y nauseabundo! Cerrando el paréntesis, los Romanov gobernaron Rusia
desde el año 1613 con el Zar Miguel I.
d)
Mehmed V, sultán del Imperio Otomano, de
la Dinastía Osmanlí. La comparsa de los alemanes y austro – húngaros fue el
longevo Imperio Turco Otomano que tras sus sucesivas derrotas en Medio Oriente
y Mesopotamia tuvo que rendirse ante los aliados. El sultanato fue abolido en
el año 1922. La Dinastía Osmanlí es longeva porque gobernaron, lo que
inicialmente era una porción noroccidental de la Turquía moderna, desde el año
1299.
Sí los grandes
perdedores fueron estos monarcas que perdieron sus longevas coronas, el gran
ganador; sin duda, fue los Estados Unidos que desde 1918 hasta ahora sigue
siendo la primera potencia mundial.
El balance de la Gran
Guerra es la pérdida de diez millones de vidas más la devastación de tierras en
cuatro continentes. ¡Ojo que también se libraron batallas en Egipto, en
Mesopotamia y en el Imperio Colonial Alemán en Oceanía! ¡No todo fue en Europa!