sábado, 24 de septiembre de 2016

Bagua, Bagua y siempre Bagua.

Bagua, Bagua y siempre Bagua.
Renatto Bautista Rojas
Licenciado en Ciencia Política por la Universidad Nacional Federico Villarreal.
Publicado en May Neim Presenta, con fecha 24/09/2016

El pasado jueves 22 se dictó la sentencia sobre el caso de Bagua. Los inculpados por el Ministerio Público (dirigentes nativos) fueron declarados inocentes.
Increíble esta sentencia que genera un pésimo precedente contra el Estado de Derecho ¿por qué?
Primero, porque se da por entendido que es bueno tomar las carreteras (que son de propiedad de todos, los peruanos); y por consiguiente, impedir el libre tránsito de los peruanos como del comercio terrestre. Lamentablemente, la práctica de tomar carreteras, se ha vuelto normal y típica. Vivimos la normalización de la anormalización y de lo incorrecto, es el reino de las protestas y de la toma ilegal de carreteras.
Segundo, porque queda impune el asesinato de 23 valerosos policías, lo escribo en mayúsculas, el ASESINATO de POLÍCIAS. Ahora, esta sentencia justifica que por la “interculturalidad” y la “ecología” se asesine a quiénes resguardan el orden y la seguridad nacional; es decir, reina el borrón y cuenta nueva.
Les recuerdo que la confrontación en Bagua, se dio, por la intriga y el azuzamiento de la bancada humalista, sobretodo, de la entonces congresistas humalistas Marisol Espinoza (hoy de las filas, de Alianza para el Progreso) y Yaneth Cajahuanca. Estas políticas fueron a la misma localidad de Bagua y azuzaron a la población, jamás demostraron que la implementación del TLC, significaría la pérdida de sus propiedades. Además, el humalismo jugó a desestabilizar al gobierno de Alan García. Las agendas de la esposa de Humala Tasso, demuestran que Bagua fue una confabulación desestabilizadora humalista contra el gobierno aprista y que tenía el beneplácito de la dictadura chavista.  La izquierda gatopardista juega a desestabilizar a los regímenes constitucionales y democráticos.
Así como Evo Morales, en el año 2003, desestabilizó al gobierno constitucional de Gonzalo Sánchez de Lozada, con las protestas sobre la exportación del gas boliviano, lo mismo planeó el humalismo al desestabilizar al gobierno y forzarlo a una renuncia (lo cual, no sucedió).
Tercero, esta sentencia genera un precedente positivo para la izquierda gatopardista peruana, al dejar indefensa a nuestra policía en la lucha por el restablecimiento del orden público en sendas protestas violentistas y con tufo extremista.
La izquierda gatopardista está feliz porque esta sentencia les permite, seguir hablando, del mal llamado “terrorismo de estado, de esta manera, equiparán los crímenes del terrorismo del Partido Comunista del Perú - Sendero Luminoso, con los sucesos de Bagua.
Me permito un breve paréntesis, para manifestar mi total repudio a la construcción de un mausoleo para los criminales terroristas de Sendero Luminoso en el distrito de Comas, como mi repudio a la marcha realizada por los familiares de estos genocidas y terroristas.
Los integrantes y miembros de la directiva de la autodenominada “Asociación de Familiares de Presos Políticos, Desaparecidos y Víctimas del Genocido (Afadedevig)”, deben ser encarcelados por el delito a la apología del terrorismo. Estos herederos de genocidas marxistas deben estar en la cárcel, su marcha es una afrenta a 30 millones de peruanos y al Estado de Derecho.
Se imaginan que en Berlín o Roma, los bisnietos de los jerarcas nazis y fascistas hagan una marcha, por la “honra” y la “lucha” en la 2da Guerra Mundial, de seguro, estos familiares irían a la cárcel en ese mismo momento.
Manifiesto mi plena solidaridad con los familiares de los 23 policías vilmente asesinados; y sobretodo, con la familia del mayor Bazán, que hasta el día de hoy, su familia no puede enterrar cristianamente el cuerpo.
Que sus muertes no queden impunes, no al borrón y cuenta nueva.


jueves, 15 de septiembre de 2016

El 12 de setiembre peruano.

El 12 de setiembre peruano.
Renatto Bautista Rojas
Licenciado en Ciencia Política por la Universidad Nacional Federico Villarreal.
Publicado en Estado Internacional, con fecha 09-09-2016

El 12 de setiembre de 1992, fue capturado Abimael Guzmán, líder de la banda criminal y genocida llamada Sendero Luminoso (SL).
La captura del jefe terrorista fue llevada a cabo por nuestro valeroso GEIN (Grupo Especial de Inteligencia). El GEIN siempre tendrá nuestro reconocimiento por su impecable trabajo de inteligencia, que no derramó ni una gota de sangre.
El 12 de setiembre de 1992 representó el inicio del fin de la banda genocida y terrorista de SL.
Lamentablemente, en estos 24 años, se ha realizado una campaña de estigmatización contra el Estado Peruano y nuestro Ejército que combatió contra los genocidas de SL. Les hago recordar que los terroristas  se levantaron en armas contra el reciente régimen democrático representativo.
A partir del año 1980, en el Perú, se iniciaron gobiernos democráticos. La dictadura militar terminó, en el instante, que juramentó el ganador de las elecciones presidenciales de 1980.
Un levantamiento en armas contra gobiernos constitucionales y democráticos jamás tendrá justificación alguna, sólo lo tendrá en mentes que creen en el totalitarismo del marxismo leninismo.
Los tres gobiernos constitucionales y democráticos tuvieron que hacer frente el ataque cobarde y genocida de SL. No sólo hubo una política militar sino una política de atraer a las poblaciones afectadas por el terrorismo, como por ejemplo, la creación de las rondas campesinas.
Otro cuento, es el uso repetitivo de dos términos: “Conflicto armado interno” y “terrorismo de Estado.”
En el Perú (como lo reiteró) no hubo “Conflicto armado interno” porque SL no fue un grupo guerrillero que se levantó contra una dictadura militar. Más bien en el Perú, a partir del año 1980, era una democracia representativa. En mi país, no hubo un “Conflicto armado interno”  sino un grupo terrorista que inició una guerra contra todos los peruanos, con el único objetico establecer una dictadura totalitaria, guiada en la ideología marxista – leninista – maoísta.
 Sobre el “terrorismo de Estado”, que es otro cuento de la izquierda gatopardista peruana, creo que el Estado tiene el monopolio legal del uso de la fuerza. El Estado Peruano no podía ser ciego ni atado de la mano, ante los viles asesinatos ante la población civil. Se tenía que aplicar políticas (entre ellas, la estrategia militar y la inteligencia) para vencer militar como políticamente a los genocidas de SL. El Estado no podía ser indiferente ante el sufrimiento de la inmensa mayoría peruana. Ojo, escribo la palabra inmensa porque la gran mayoría de peruanos repudiamos al terrorismo de SL.
Otro cuento es la “defensa de los derechos humanos de los terroristas”. Primero, los derechos humanos son una categorización del liberalismo político. ¿Correcto? Entonces, les recuerdo que los terroristas eran marxistas – leninistas - maoístas, ergo, no creían en los conceptos del liberalismo. Es bien tonto apelar, a categorizaciones del liberalismo, cuando no creen en las instituciones ni conceptos legados por ellos, y, segundo: Quiénes nos hablan de la “defensa de los derechos humanos de los terroristas”, lo hacen (mayormente) porque tienen o han tenido familiares presos por terrorismo. Es un doble rasero, hablar de derechos humanos y defender a una persona (por más familiar que sea) que asesinó a miles de peruanos, en nombre, de su ideología del odio y de la violencia.
Deberían tener una vergüenza mayúscula, en defender a familiares que fueron dirigentes de la banda genocida de SL.
Cuando escuchen a uno de estos familiares defender (lo indefendible), les debemos recordar que SL fue y es una banda criminal y genocida de miles de miles de peruanos.

Aprovecho mi artículo, para felicitar a los colectivos: AFAVIT- Perú (Asociación de familiares víctimas del terrorismo) y 12-SETIEMBRE, por su constante lucha por el esclarecimiento de la verdad en el Perú. La única verdad es que existió una banda criminal y genocida llamada Sendero Luminoso que asesinó (en nombre de su ideología del odio) a miles de peruanos sólo para instaurar un régimen totalitario y marxista. 

jueves, 1 de septiembre de 2016

El Gatopardo peruano: Los acomodos de la aristocracia más rancia.

El Gatopardo peruano: Los acomodos de la aristocracia más rancia.
Renatto Bautista Rojas
Licenciado en Ciencia Política por la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV).
Publicado el 01-09-2016 en Mundiario



“Sí nosotros no participamos también, esos tipos son capaces de encajarnos la república. Si queremos que todo siga igual, es necesario que todo cambie.”
Extracto de la novela política El Gatopardo de autoría del italiano Giuseppe Tomasi di Lampedusa.
Este extracto es cumbre en dicha novela.  Corresponde a la respuesta de Tancredi Falconeri a su tío, el príncipe Don Fabrizio Salina, por el apoyo del primero a la unificación italiana. Estos dos personajes representaban a la aristocracia más rancia del reino de las Dos Sicilias (entonces gobernada, por la dinastía de los Borbones).
El Gatopardo nos narra (con una riqueza única) la invasión de los “camisas rojas” de Garibaldi a la isla de Sicilia y como esta situación afectó al príncipe Fabrizio Salina.
La familia Salina representó a la aristocracia más rancia de Sicilia. El príncipe Fabrizio sabía que el triunfo de la unificación italiana (como finalmente sucedió) significaría el final de su noble familia y de todas sus prerrogativas, a través, de su sobrino Tancredi, se aseguró que la familia Salina siga contando con sus privilegios nobiliarios.
La caída de la dinastía de los Borbones (reino de las Dos Sicilias) y el ascenso de la dinastía de los Saboya (reino de Italia) no cambió la privilegiada posición de los Salinas, gracias al apoyo de Tancredi al ejército de Garibaldi.
Que cambie el nombre del país (de Dos Sicilias a Italia) y de la dinastía gobernante (de Borbones a Saboya), pero jamás cambió la posición encumbrada de los Salinas.
La reflexión que nos deja esta novela política es como (casi siempre) la aristocracia más rancia, realiza acomodos políticos para seguir manteniendo sus privilegios de clase.
En mi país (el Perú) se denomina izquierda caviar al sector político que proviene de la aristocracia más rancia, a pesar de su alcurnia, que profesan y representan a la izquierda.
La izquierda peruana es el Gatopardo porque la gran mayoría (por no decir, todos) provienen de la aristocracia más rancia, pero por un acomodo político representan al espectro izquierda. ¿Por qué? La sencilla razón es que esta aristocracia dará eterna lucha para mantener sus privilegios sobre la inmensa mayoría peruana, pero para pasar “piola” tienen que manejar un discurso izquierdista o reivindicativo en lo socioeconómico.
¿Acaso hemos visto a dirigentes de la CGTP o del SUTEP como líderes del Frente Amplio u otro movimiento de izquierda peruana? La respuesta cae como la manzana en el suelo, por el efecto de la gravedad.
Para mí no es incomprensible que una Frish, una Glave Remy, un Dammert Ego Aguirre, sean las cabezas más representativas y mediatizadas del Frente Amplio (es lógico, tienen que mantener los privilegios de su clase). Lo que no comprendo es como los Mamanis, los Sánchez, los Humaníes, los Quispes y miles de apellidos del Perú emergente y emprendedor puedan terminar votando por la izquierda gatopardista.
¡Abran los ojos, los utilizan!
Esa izquierda gatopardista jamás les permitirá ser los soles, en cualquier movimiento que represente a la izquierda peruana.
PD: Mi fuente es El Gatopardo, de autoría de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, segunda edición del año 2012, de Alianza Editorial (Madrid, España). 445 páginas.