Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de
Políticas Públicas, Licenciado en Ciencia Política y catedrático en la Facultad
de Derecho y Ciencia Política de la UNFV
Publicado en El Montonero, con fecha 23-02-2022
Víctor Raúl Haya de la Torre,
el político más preclaro de la historia peruana del siglo XX, nació el 22 de
febrero de 1895 por consiguiente deseo hacer unas sinceras reflexiones sobre su
interesante vida política que debe ser analizada sin pasiones políticas porque
Haya de la Torre es patrimonio de la democracia peruana. Por eso, haré breves
citados de sus obras completas que demuestran la claridad y evolucionar de su
pensamiento político:
“El marxismo también tiene su
razón de ser histórica y no puede avanzar más lejos del límite de los
descubrimientos y conclusiones científicas de su tiempo, y no siendo profecía
sino ciencia, el marxismo no puede tampoco congelarse.”
(Obras Completas, tomo VI,
página 180).
Indudablemente, si los
comunistas entendieran que su credo político representó un determinado análisis
de un determinado contexto político dejarían de ser marxistas en ese mismo
momento.
“El aprismo no es un
dogmatismo cerrado o arbitrario sino una línea de acción hacia el infinito.”
(Obras Completas, tomo VII,
página 205).
El aprismo es una ideología
que está en constante evolución en la medida que la sociedad peruana evolucione
tanto por los desarrollos tecnológicos como por las peculiaridades de nuestra
sociedad.
“Si descubrimos la posibilidad
de equilibrar las dos fuerzas de compensar estas dos leyes, entonces nosotros
podremos vivir una buena relación con el capital extranjero un elemento
cooperante para el desarrollo económico nacional.”
(Obras Completas, tomo V,
página 375).
“y a pesar de ser
antiimperialistas en el sentido de vigilar los aspectos opresivos que el
imperialismo trae consigo, no somos anticapitalistas en cuanto al beneficio
civilizador que el capitalismo trae a los países atrasados.”
(Obras Completas, tomo V,
página 60).
Indudablemente, se debe saber
tratar al capital extranjero porque genera más puestos de trabajo formal como
trae tecnología que no contamos. Espantar el capital extranjero, a la larga,
generaría pobreza para la clase media peruana.
“en el Perú no se trata de
quitar la riqueza al que la tiene sino de crear riqueza para el que no la
tiene.”
(Obras Completas, tomo V,
página 146).
Haya de la Torre dio un enorme
ejemplo sobre una cruda verdad. El asunto no es confiscar la riqueza sino
crearla y eso demuestra que Haya de la Torre nunca fue tentado en ser un vil
demagogo como los que gobiernan actual el Perú que mal creen que la riqueza se
construye por decreto supremo y que se debe implementar el “plan” de venganza
política a todos los que no pensamos como ellos.
Cerrando la reflexión sobre
puntuales citados de las Obras Completas de Haya de la Torre, otro aspecto
importante de él es que jamás tentó
hacer un Frente Popular (al estilo español y francés) con los comunistas
peruanos (rábanos como los moteaba el periodista y senador aprista Manuel
Seoane Corrales) porque él sabía que no se podía fiar de comunistas sumado a
que es una ideología totalitaria (el más dramático ejemplo fue la Unión
Soviética) que no es sinónimo de democracia representativa tal como lo
entendemos hoy, en el siglo XXI. Lo también cierto, a pesar de ser
convenientemente criticado por los comunistas peruanos, es que Haya de la Torre
hizo puntuales entendimientos políticos con sectores de la derecha para obtener
la democracia y la libertad política.
Por ejemplo, la candidatura de
Bustamante y Rivero (1945) fue posible por el entendimiento político entre Haya
de la Torre y el ex dictador Benavides que al final reconoció los grandes dotes
de político de Haya de la Torre. Lamentablemente, la primavera democrática
terminó en 1948 por la impaciencia aprista por hacer reformas políticas como
por la actitud pusilánime de Bustamante de honrar su palabra. Otro ejemplo de
entendimiento fue la llamada Convivencia con Manuel Prado (1956-1962) que
permitió el cese de toda persecución al aprismo como su vuelta a la legalidad
política además la democracia como la libertad volvieron para todos los peruanos,
aunque, hasta el día de hoy, los comunistas peruanos atacan este pacto de
civismo político entre el primer partido de masas peruanos (APRA) y un
representante de la oligarquía como Prado. Si Haya de la Torre, hubiera sido
mala persona como Abimael Guzmán y Vladimir Cerrón, hubiera dejado que más
militantes apristas siguieran muriendo en las cárceles y hay que recordar que
esas cárceles -en especial en las décadas de los 30s hasta mitad de los 50s-
eran un terrible lugar de tortura. Por ejemplo: En la cárcel de El Frontón, en
la madrugada, se encerraba de pie a los militantes apristas en un lugar que el
agua, aproximadamente a las 2 de la madrugada, llegaba hasta el cuello. Esta
terrible situación, lo sabía Haya de la Torre por dicha razón él deseaba un
entendimiento político para cesar la genocida persecución hacia el aprismo.
Firmemente, creo que él era una buena persona y sabía del sufrimiento de las
familias de estos valerosos apristas que dieron -hasta su vida- por un credo
político incomprendido por tres décadas. Indudablemente, la Convivencia con
Prado era necesaria para cesar tanta perversidad que afronto el aprismo, de
forma estoica, en los primeros 25 años de vida institucional del partido
político fundado por Haya de la Torre.
Otro entendimiento político,
incomprendido porque aquí no hay vocación de diálogo, es el que existió en el
Parlamento (1963-1968) entre el aprismo y el odriísmo. Hay que entender el
contexto, en la elección presidencial de 1962, Haya de la Torre ganó, pero
Belaunde pidió a las Fuerzas Armadas su intervención que lamentablemente se dio
en el golpe de Estado de julio de 1962 que realmente fue un inaceptable veto de
las Fuerzas Armadas hacia Haya de la Torre y el aprismo. En la elección
siguiente (1963), ganó Belaunde porque democratacristianos y comunistas lo
votaron para impedir un triunfo aprista sumado a que inexplicablemente Belaunde
jamás concretizo una alianza parlamentaria con el ex dictador Odría que solo
quería que le den el grado de Mariscal entonces los otroras enemigos (aprismo y
odriísmo) formaron un entendimiento parlamentario que demostró que Haya de la
Torre no era un hombre de rencores ni vengativo sumado a que esa denominada Coalición
del Pueblo aprobó importantes leyes, entre las tantas la ley de fundación de la
Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV). Como todos recordamos, la
tibieza de Fernando Belaunde degeneró en el golpe de Estado del general
socialista Velasco que estableció una larga dictadura pro soviética que duró 12
años. Para salir de esta dictadura militar era necesario la convocatoria a una
Asamblea Constituyente que redacte una nueva Carta Magna para reemplazar la
caduca Carta Magna de 1933. La Asamblea Constituyente de 1978 presidida por el
más egregio político de la vida republicana, obviamente me refiero a Víctor
Raúl Haya de la Torre, pudo redactar una Carta Magna gracias a los 37
asambleístas apristas que construyeron un sano entendimiento político con los
25 asambleístas del Partido Popular Cristiano, los 2 asambleístas pradistas y a
los 2 asambleístas odriístas es decir el primer partido de masas pudo generar
un entendimiento político con 3 partidos que representaban al centro derecha
peruana debido a que los otros bloques parlamentarios -de orientación social
comunista- no firmaron la Carta Magna de 1979.
A modo de conclusión, la vida
política de Haya de la Torre fue la construcción de entendimientos políticos
con fuerzas políticas democráticas, que, a pesar de su procedencia oligárquica,
garantizaban la democracia y las libertades políticas en el Perú a diferencia
de las vertientes marxistas peruanas que siempre fueron hostiles al aprismo ya
que le disputaba un mismo nicho electoral. Haya de la Torre jamás se le tentó
hacer un Frente Popular con los comunistas peruanos porque sabía que esa
ideología era totalitaria ergo liberticida. ¡Haya de la Torre sigue muy
vigente!