domingo, 15 de marzo de 2020

Desastrosas gestiones públicas en Lima

Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de Políticas Públicas y Licenciado en Ciencia Política por la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV)

Publicado en Mundiario, con fecha 05 de marzo del 2020

El actual alcalde de Lima, Jorge Muñoz, aplica pseudo medidas que no resuelven la problemática de la capital del Perú como por ejemplo la implementación de una ciclovía, durante los fines de semana,  desde la prolongación de la avenida Tacna hasta las intersecciones de las avenidas Wilson con 28 de Julio.
¿Por qué esta ciclovía es un fiasco?
Sencillamente porque son pocos los limeños que la usan además que contribuye a que la congestión vehicular sea mayor en el Centro de Lima.
Otro desacierto es el cierre vehicular del perímetro del Centro Histórico de Lima para transformarse, en mediano plazo, en vía de uso exclusivo peatonal, lo cual, sería un desacierto porque hay demasiadas oficinas dentro del Centro Histórico de Lima ergo siempre habrá una fuerte dinámica vehicular. Además, hay una cantidad importante de ancianos que viven en dicha zona.
La congestión vehicular no se resuelve aplicando ciclo vías ni transformando vías para carros en vías de uso exclusivo peatonal, se resuelve aplicando políticas públicas que permitan la construcción de vías rápidas o haciendo que el Metropolitano se extienda más al norte y al sur, pero con mayores unidades en beneficio de los limeños emergentes y emprendedores.
Otra desastrosa gestión pública es la del alcalde de Ancón, John Barrera, que tiene abandonado este bello distrito playero. La mayor inutilidad de su gestión es el abandono del balneario Miramar, otrora residencia de familias aristócratas, que decae año tras año desde una casi inexistente vigilancia dada por los serenazgos, incluyendo la nula remodelación de pistas y veredas, hasta el total abandono del malecón que parece Berlín en mayo de 1945.
Otro inmenso ejemplo de desastrosa gestión pública es la del alcalde de Cieneguilla, Edwin Subileti, que tiene en total abandono la zona llamada la Asociación la Ensenada de Collanac, especialmente su principal avenida Machu Picchu, que no está asfaltada; es decir, está llena de arena. Ésto es un total despropósito porque hay muchos niños que viven y juegan ahí.
Los limeños no merecemos desastrosas gestiones.

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Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de Políticas Públicas y Licenciado en Ciencia Política por la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV)
Publicado en Estado Internacional con fecha 06/ 03/ 2020

Hace 3 días hemos pasado por el súper martes en las elecciones primarias del Partido Social progresista, disculpen su nombre oficial es Demócrata, para elegir un candidato presidencial que, muy probablemente, será derrotado por Donald Trump.
¿Por qué ganaría Trump?
Porque cumple su palabra con su elector de derechas (la mejora de la economía, el muro fronterizo, el apoyo con su presencia en la Marcha por la vida, etc.), su estilo directo y frontal coincide con millones de electores estadounidenses y su palabra con acabar con dos terribles pesadillas que son las dictaduras socialistas en Cuba y Venezuela.
Mientras que la guerra fratricida se mantiene en el Partido Social progresista (Demócrata) con un Joe Biden que es el candidato del establishment del partido, pero que representa todas las políticas progres de Obama versus Bernie Sanders un socialista que añora dos criminales y totalitarias dictaduras como la soviética en Rusia y la castro comunista en Cuba sumado a su nulo apoyo a Juan Guaidó el Presidente legítimo de Venezuela. No dudo para Sanders el dictador Fidel Castro es equivalente a San Pedro que el dictador Chávez sea comparable con el Papa y el dictador Maduro sea casi un santo para el socialismo mundial; es decir, los demócratas tienen que elegir entre un progre tibio y un socialista a ultranza. Éso es la actual deriva del otrora referente mundial que era el Partido Demócrata.
Anécdotas son las frustradas candidaturas de la también socialista Elizabeth “Pocahontas” Warren que reúne un voto residual de izquierda sumado al millonario Michael Bloomberg que, al estilo del candidato derrotado en la elección presidencial peruana del lejano año 1990 Mario Vargas, gastó una fortuna solo para reunir 53 electores demócratas; es decir, casi nada para terminar endosando a Biden.
Para Trump sería más fácil vencer a Sanders porque un socialista siempre generará muchas resistencias por representar a una ideología que lleva a muchos países a la pobreza como Venezuela mientras que vencer a Biden sería más difícil porque él se presenta como el clásico centrista o moderado, pero su error es representar la continuidad política de Obama, un presidente polémico para millones de electores estadounidenses. Ése mismo error representó Hillary Clinton, hace 4 años, cuando la soberbia le hizo creer que sería Presidente.
Trump las tiene de ganar, sobretodo, luego de la actual guerra fratricida del Partido Demócrata.