Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de
Políticas Públicas, Licenciado en Ciencia Política y catedrático nombrado en la
Facultad de Derecho y Ciencia Política de la UNFV
Nuestra Madre Patria, España
afrontó una terrible Guerra Civil (1936-1939) donde dos sectores muy
confrontacionales (Frente Popular de una mal llamada Segunda República vs el
bando nacional dirigido por el general Franco) se enfrentaron militarmente. Esta
guerra civil se originó por el fraude electoral perpetrado por el Frente
Popular en las elecciones generales del 16 de febrero y 1 de marzo de 1936
donde por un margen -menor del 0.5- esta coalición de comunistas y socialistas
se “impuso” por la coalición parlamentaria de derechas sumado a que las fuerzas
de choque del PSOE asesinaron al diputado conservador José Calvo Sotelo -líder
de la bancada parlamentaria de la derecha- el 13 de julio de 1936. El asesinato
del diputado Calvo Sotelo fue la gota que derramo del vaso para que el general
Franco se levantara en armas contra esa república sovietizada. No quiero
profundizar mas en la Guerra Civil Española (1936-1939), pero lamentablemente
esa terrible realidad, que solo fue superada por la Transición Española
encabezada por el rey Juan Carlos I y Adolfo Suarez, calza con la actual
realidad de nuestro país donde esta crisis política se originó cuando el vacado
Pedro Castillo perpetro un golpe de Estado el 7 de diciembre del 2022 sumado a
que esos “gabinetes descentralizados” más el dinero de la publicidad estatal
que fueron a radios de la sierra sur fue el plan B del golpista Castillo y su
radical izquierdista ex premier Aníbal Torres que era levantar violentamente como
organizadamente a miles de peruanos de la sierra sur (Arequipa, Cusco y Puno)
contra las viles mentiras que el desgobierno de Castillo Terrones creo como que
el “centralismo limeño tiene la culpa de todos los males de la República” o que
“la derecha gobernó 200 años” o que “la derecha no deja gobernar a un pobre
profesor de los Andes.” Indudablemente para mis amables lectores, esas falacias
no resisten ningún análisis, pero lamentablemente no todos los peruanos tienen
la misma sinapsis sumado a que la ultraizquierda tiene la “especialidad” de
mentir. Indudablemente, toda la violencia urbana que ya degeneró en terrorismo
urbano (toma de aeropuertos como saqueo a la propiedad privada sumada a quemar
vivo a un policía) demuestran que lo antes descrito es el plan B de Castillo y
toda la ultraizquierda para tomar dictatorialmente el poder tras el golpe del 7
de diciembre del 2022. Es válido recordar, en esta lógica, que la
ultraizquierda peruana tiene enorme respaldo y financiación de la
ultraizquierda de nuestro continente que está reunida en el Foro de Sao Paulo
que es la internacional de dictadores socialistas como Diaz Canel de Cuba y
Maduro de Venezuela.
Ante todo, el vandalismo y/o
terrorismo urbano que estamos padeciendo, como vil estrategia violentista de la
ultraizquierda para chantajearnos con la Asamblea Constituyente, ahora trasladada
a Lima donde hay ciudadanos que malvadamente han sido enviados de sus regiones
(incluyendo que se les paga sus comidas más su hospedaje de dinero turbio de la
minería y tala ilegales). Por dicha razón, ante la planificada arremetida
violentista (contra tres sectores económicos claves como la agricultura, la
minería y el turismo) el gobierno de la Presidente Boluarte hizo bien en
decretar el Estado de Emergencia sumado a que el jueves 26 de enero, los
Ministerios de Defensa e Interior manifestaron en un comunicado que la Policía
Nacional con las Fuerzas Armadas harán el desbloqueo de tantas carreteras
bloqueadas por la ultraizquierda, considero que si no cumplen con este
comunicado en estos días, lamentablemente están demostrando cobardía a quienes creen
que la violencia es la partera de la historia.
A modo de conclusión,
manifiesto que el actual Ejecutivo como la mayoría democrática del Parlamento
no deben ceder ningún ápice constitucional a la ultraizquierda que ya reveló su
faceta violentista desde el golpe de Estado del ciudadano Castillo Terrones,
preso por golpista que es el peor delito cometido contra el propio Estado.
Lastima que haya ciudadanos que salgan a las calles para defender el golpe de
Estado de Castillo como su “administración” que fue llena de corrupción e
inoperancia en la gestión pública.
¡Viva el Perú!