El
belaúndismo, su nefasta herencia y su candidato presidencial.
Publicado el 30/03/2016 en May Neim Presenta
Renatto
Bautista Rojas
Licenciado
en Ciencia Política por la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV).
La política peruana es
tan interesante porque todo puede suceder, lamentablemente vivimos un ciclo de
anti política iniciado desde el triunfo de Fujimori en el año1990.
Desde la óptica de la
Ciencia Política: Los partidos políticos son indispensables para la democracia,
pero desde el régimen autoritario fujimorista los partidos han sido
vilipendiados como tradicionales.
Acción Popular, el
partido político fundado por el arquitecto Fernando Belaúnde, dos veces
Presidente del Perú (1963-1968) y (1980-1985), ha sobrevivido en la política
luego del segundo belaúndismo. Sus dos gobiernos fueron catastróficos, pero
jamás han sido estigmatizados.
La pregunta del millón
es: ¿por qué jamás la gran prensa ha estigmatizado a los gobiernos de Belaúnde?La
sencilla razón es que la derecha peruana ha pontificado a Belaúnde porque él
les devolvió incondicionalmente los medios de comunicación expropiados por la
dictadura militar; sin duda, la derecha paga bien a quién le sirve bien (y más
si el trabajo es gratuito).
Algunos jóvenes y
algunos mayores ven con simpatía la candidatura presidencial de Acción Popular,
pero es bueno recordarles a mis mayores y enseñarles a mis contemporáneos la
nefasta herencia de los dos gobiernos belaúndistas.
¿Por qué Belaúnde llegó
a ser dos veces presidente del Perú?
La historia peruana me
enseñó que la figura inmortal de Víctor Raúl Haya de la Torre sólo fue
detenida; en su legítima aspiración presidencial, por el antiaprismo.
La elección
presidencial de 1962 (que ganó Haya de la Torre) nos demuestra que el aprismo
obtuvo el 33% de los votos, seguidos por el 32% que obtuvo Belaúnde, Odría
obtuvo el 28%, la Democracia Cristiana (lo caviar para nuestros días), del poco
carismático Cornejo Chávez, obtuvo el 3%; Pando, del Frente de Liberación
Nacional obtuvo el 2%; Ruiz Eldredge, del Movimiento Social Progresista,obtuvo
el 1% y Castillo Colonna obtuvo el 1%. El Comando Conjunto de las Fuerzas
Armadas (pararrayo antiaprista) dio un golpe de estado e impidió el ascenso al
poder de Haya de la Torre.
En la noche de la
elección presidencial el mismo Belaúnde se proclamó ganador de las elecciones.
Cómo no mencionar que el periodista Humberto Martínez Morosini le colocó una
burda banda presidencial a Belaúnde. Además les recuerdo que Belaúnde salió
orondo en Panamericana Televisión pidiendo que las Fuerzas Armadas impidan el “fraude” consumado por el presidente Prado a favor de Haya de la Torre.Sumado
que la revista Caretas secundó el
oportuno pedido de Belaúnde.
La Junta Militar de
Gobierno convocó a elecciones para el domingo 9 de junio de 1963. El objetivo
era impedir otro triunfo de Haya de la Torre, para lograr este plan, se
necesitaba endosar los votos de las candidaturas de izquierda de 1962. Si
sumamos el porcentaje de las candidaturas de izquierda determinamos que Pando,
Ruiz y Castillo eran el 4% y, si le añadimos la candidatura caviar de la
Democracia Cristiana (luego aliada del primer belaúndismo) sumarían 7% de los
votos. Fácil aritmética, en 1962 Belaúnde obtuvo el 32% más el voto de las
izquierdas y de la democracia cristiana (ese 7%) llegó a ser presidente con el
39%. Las izquierdas votaron por Belaúnde por su fuerte antiaprismo. ¿No hubiese
sido más digno para ellos que sus mismos candidatos postulen en 1963? Para
nada, porque en su decisión política primó más el antiaprismo. Una muestra más
de su histórica doble moral.
Para la elección
presidencial de 1980, la lógica de las izquierdas (ceñidas a su clásico
antiaprismo) era endosar sus votos hacia Belaúnde porque él era el único
candidato que podía impedir el ascenso de su eterna“bestia negra”que es el aprismo. Es fácil de demostrarlo, en la
elección para la Asamblea Constituyente de 1978, sumando todas las listas de
las izquierdas daban un 33.6% de los votos. El aprismo obtuvo el 35,4% y el PPC
obtuvo el 23.8% de los votos.
En la elección
presidencial de 1980, todas las candidaturas de izquierda sumaron el 17.4%; sin
duda, la diferencia del 33.6% de la elección de 1978 con los resultados de sus
candidaturas de 1980 endosaron al voto del belaúndismo. Me atrevería a decir
que la diferencia del 44% que obtuvo Belaúnde con el 29% que obtuvo la
candidatura aprista fue el voto de las izquierdas que sí o sí tuvieron que
endosar al belaúndismo para impedir el ascenso de sus eternos enemigos
apristas.
Dejando las razones
históricas que posibilitaron el ascenso en dos ocasiones de Belaúnde a la
Presidencia del Perú, me volcaré a determinar su nefasta herencia.
El primer belaúndismo
(1963-1968) lidió diferentes levantamientos de guerrillas izquierdistas. La
vieja frase “son sólo abigeos”no
viene de Belaúnde sino de su ministro de Interior Miguel Rotalde, al referirse
peyorativamente sobre los guerrilleros.
Me dirán: “El belaúndismo derrotó a las guerrillas”,
pero no hubo una previsión de los guerrilleros; a pesar, de que el mismo Luis
De la Puente Uceda en un pequeño mitin en la Plaza San Martín del 7 de febrero
de 1964 anunció que pronto iniciarían un levantamiento, y sumemos que el diario
La Prensa informó continuamente que De la Puente iniciaría un levantamiento.
Esta es la primera muestra de la improvisación e impericia del belaúndismo para
impedir que se geste un movimiento guerrillero.
Un estadista no se
dedica exclusivamente a enfrentar los problemas, los pre evita.
Otro suceso, que el
primer belaúndismo no tuvo la decisión política de enfrentar, fue la
maxidevaluación del 31 de agosto de 1967, que desató un fuerte proceso
inflacionario.
Considero que la
muestra final de la pésima toma de decisiones del belaúndismo es el incidente
de la pérdida de la página 11 del Acta de Talara (terrible acto de corrupción
que nadie pagó en la cárcel), más las previas del golpe militar del 3 de
octubre de 1968.
El diario El Comercio
dirigido por Luis Miró Quesada La Guerra, publicó el 13 de setiembre de 1968,
una nota donde se decía que 36 generales del Ejército habían evaluado el Acta
de Talara y que 29 de éstos la habían rechazado.
Me parece increíble que
un diario que nos sermonea de democracia, haya sido la caja de resonancia del
militarismo y golpismo más absurdo que tuvimos en la historia republicana; esto
se debió, al antiaprismo de Luis Miró Quesada. Desde que asumió la dirección de
El Comercio, él hizo lo posible para impedir el ascenso del aprismo, asimismo, no
vaciló en ser la caja de resonancia de dictaduras militares como la de
Benavides (1933-1939) y Odría (1948-1956). Es válido recordar, que en junio de
1969 se iba a dar una nueva elección presidencial, donde todos los pronósticos
decían que de lejos Haya de la Torre hubiera ganado. La familia Miró Quesada sí
o sí tenía que impedir el ascenso del aprismo; por eso, apostaron por Velasco.
Lo risible es que se vuelve a comprobar el adagio “nadie sabe para quién trabaja”, en 1974 Velasco expropió El
Comercio a Luis Miró Quesada. Así Velasco le pagó a quién lo apoyó con todo su
poder mediático.
No dejaré de mencionar
que el senador aprista Luis Alberto Sánchez en sus memorias menciona que su
gran amigo, el argentino Gabriel del Mazo, quién fuera líder universitario de
la Reforma Universitaria de 1918, le advirtió el 25 de setiembre, que militares
de su país sabían que era cuestión de días que se gesté un golpe de Estado en
el Perú. Inmediatamente, Sánchez lo comunicó a la dirigencia del Apra. El
belaúndismo estaba igualmente informado, pero no hicieron nada para desactivar
el golpe de estado del 3 de octubre de 1968.
Fernando Belaúnde que
siempre fue un presidente timorato, jamás tomó una decisión para desactivar el
eminente golpe de Estado de Velasco. Esa es la muestra de que Belaúnde no era
un líder ni estadista político.
El segundo belaúndismo
fue más desafortunado que el primero por diversas razones:
En primer lugar, no
supieron detener el avance del grupo terrorista Sendero Luminoso. La estrategia
sólo era militar, también debió ser, una estrategia política; es decir, no sólo
vencer en el combate militar a los terroristas sino también vencerlos en el
debate académico y político, añadido a la implementación de obras públicas en
Ayacucho como en las otras regiones andinas atacadas por la banda criminal y
asesina de Sendero Luminoso; lo cual, no hizo por dejadez o por miopía de Belaúnde.
Segundo, en el campo
económico nos dejaron una inflación anual del 125%, además no se tomó ninguna
decisión política para desmantelar el nefasto legado (si así se le puede categorizar)
velasquista; es decir, no se cambió en nada la economía proteccionista y
estatista legada por la dictadura militar. Hay que añadir que para julio de
1985 la deuda externa era de 14, 000, 000, 000 dólares para la época. Tengo que
ser justo en mencionar que la deuda externa dejada por la dictadura militar era
de 10, 000, 000, 000 dólares para la época.
Tercero, los graves
casos de corrupción (lamentablemente mis mayores los han olvidado y para mis
contemporáneos son casos inexistentes). Recordar es volver a vivir:
Tenemos el caso Guvarte,
que involucró al entonces ministro de Justicia Enrique Elías Laroza con la
constructora española Guvarte que sobrevaluó las obras para la construcción y
equipamiento en los penales.
El caso Vollmer, que
involucró al entonces Premier Manuel Ulloa al favorecer al conglomerado
venezolano Vollmer (él era accionista minoritario) en la adquisición de la
Irrigadora Chimbote S.A. Intereses de conflicto, como lo categorizamos el día
de hoy.
Otro caso es el
Bancoper, que involucró al gobierno belaúndista al intentar rescatar al Banco
privado Bancoper. Dicho rescate implicó 30 millones de dólares (para la época)
del BCRP.
Adicionalmente tenemos
el caso Mantaro-Pachitea, que significó la pérdida de 73 millones de dólares
(para la época) por la compra de dos naves de carga inservibles.
Finalmente está para
los anales de la historia el caso Villa Coca, que representó que militares como
altos funcionarios del segundo belaúndismo estuvieran relacionados con el
cártel del narcotraficante Reynaldo Rodríguez López.
Considero que las dos
administraciones de Belaúnde y de Acción Popular fueron mediocres, desde la
nula toma de decisión contra el golpe de Estado de Velasco en 1968, como en la
lucha contra el terrorismo de Sendero Luminoso; además de una pésima política
económica y su velo de corrupción tanto en el escándalo de la pérdida de la
página 11 como de cinco casos de corruptelas mencionadas en el presente
artículo.
Concluyo, que la nota
es desaprobatoria en la gestión pública administrada por el belaúndismo y su
partido Acción Popular.
Sobre el candidato presidencial
de Acción Popular puedo afirmar que es muy fácil estar alejado de la política
peruana por un cuarto de siglo. Sencillo es no ejercer posición firme y pública
sobre tantos eventos políticos sucedidos en nuestro país desde el nefasto
decenio autocrático fujimontesinista hasta la deficitaria administración de los
Humala Heredia.
Como partido, Acción
Popular no ha gobernado el Perú desde hace31 años; es decir, no tiene un equipo
multiprofesional capaz de solucionar la problemática de nuestra sociedad.
Añadido que su candidato presidencial no ha ejercido función pública desde que
dejó la Cámara de Diputados en 1990.
El Perú necesita un
gobierno con un equipo de profesionales con exitosa gestión pública. No es justo perder otros cinco años con gente
sin experiencia o con experiencia deficitaria al mando de nuestro Perú. Ya
perdimos 5 años con el humalismo, no perdamos ni un año
más.
Estoy totalmente
seguro, que mis compatriotas en estos días reflexionarán con paciencia su voto
y pensarán que es necesario un voto seguro y útil para detener la mediocridad
de la gestión de los Humala Heredia. Creo y siempre creeré en el futuro del Perú.