La Cultura y la Política en
los regímenes totalitarios.
*Publicado en el Portal May
Neim Presenta el 23/02/2015.
Renatto Bautista Rojas
Licenciado en Ciencia Política por
la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV)
La cultura como toda creación humana
representa lo que sentimos y lo que pretendemos que la mayoría lo asuma así,
como si fuese lo “correcto” o lo “adecuado.” Todo ser humano es político
debido a que la sociedad nos otorgue funciones diferencias a cada uno de
nosotros. Si estuviéramos afuera de la sociedad (lo cual es imposible) no
fuéramos ni políticos ni tendríamos la capacidad de crear nada, la cultura es la
expresión natural del ser humano desde inmemoriales tiempos.
La cultura como la política tiene
una relación directamente proporcional. A lo largo de la historia, los
políticos han utilizado la cultura para afianzar su poder. Los regímenes
totalitarios en su afán del dominio absoluto de la sociedad, la han utilizado para
afianzar su poder político.
La cultura por ser creación natural
del ser humano, es la más eficiente penetración de los políticos en la
sociedad. Si el político o la clase política lograr que su “chip” entre en miles de niños y jóvenes a
través de la cultura, permite que su proyecto político este afianzado y
asegurado para las generaciones venideras.
Si la cultura logra “convencer” que la ideología del político es la “correcta” se vuelve en un dogma. Luchar contra
cualquier dogma (siendo el ideológico el más acérrimo) es bien peligroso porque
estás luchando contra personas que creen profesar y vivir la “verdad
absoluta.”
La cultura es una herramienta para los
políticos; de preferencia, para los regímenes totalitarios.
Sino recordemos al Ministro de Ilustración
Pública y Propaganda del III Reich Alemán Joseph Goebbels. Él desde marzo de
1933 hasta la derrota final de la Alemania Nazi tuvo el control de los medios
de comunicación; lo cual, le posibilito la “formación” política de los niños y jóvenes.
Recordemos que los últimos batallones alemanes estaban formados por jóvenes de
15 años o menos. Esto es fácil de explicar, ya que toda su formación educativa
estuvo sometida bajo las directrices de la ideología nazi.
Para los niños y jóvenes “educados” en el III Reich, la Alemania de Adolfo
Hitler era el país que debería imperar sobre otras naciones.
Al igual que la Alemania Nazi, la
Unión Soviética como la China de Mao utilizaron la educación y la cultura para
afianzar su poder sobre sus sociedades. En la ex URSS la educación era
considera fundamental para la creación del “nuevo hombre soviético.” En su afán de penetración
mundial la ex – URSS publicaba la revista “Sputnik” donde
se publicaba artículo donde se mostraban las “bondades” del socialismo en Rusia
y sus países satélites.
Con la llegada al poder de Mao Zedong
en China en octubre de 1949, la educación como la cultura fueron utilizados
para el adoctrinamiento de los niños y jóvenes. La triste celebre “Revolución
Cultural” demostró el
fanatismo de miles de jóvenes para eliminar a los “agentes
de la extrema derecha y del imperialismo” como ellos llamaban a cualquiera que
no comulgaba fidedignamente con los postulados de Mao
Por eso, la educación como la
cultura son las herramientas básicas de dominio de la sociedad para regímenes
totalitarios. Sin duda, una generación de niños y jóvenes “educados” pudieron facilitar que la
ideología enseñada sea tomada absoluta y dogmáticamente.
La historia universal nos demuestra
que los regímenes totalitarios utilizaron la cultura y la educación para el
control total de sus respectivas sociedades.
Nuestra sociedad del Siglo XXI, debe
basarse en un equilibrio para todos. La cultura como la educación deben ser
elegidas por cada familia y no permitir que el Estado las utilice para
construir un dominio político. Claro, el Estado a través del Ministerio de
Educación puede establecer políticas públicas en torno a la educación y a la
cultura; lo cual es válido en una democracia liberal, pero cada familia elige
que tipo de educación deben recibir sus hijos, si es la pública o la privada.
Lo conveniente del liberalismo
político, es que nos da la capacidad de elegir esta o la otra opción; lo cual,
jamás se tendría en un régimen totalitario como los anteriormente mencionados.
La libertad de elegir está en nuestras manos, que siempre la tengamos es
nuestra elección, recuérdelo
Símbolos de regímenes totalitarios,
.