martes, 7 de enero de 2020

¿Qué nos jugamos el 26 de enero?


Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de Políticas Públicas y Licenciado en Ciencia Política por la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV)
Publicado en Estado Internacional con fecha 06-01-2020

El 26 de enero nos jugamos todo desde el régimen económico hasta el baluarte de nuestras libertades políticas. Si las fuerzas castrochavistas son mayoría, tras el 26 de enero, no habrá elecciones generales el próximo año, harán otra Constitución y nos llevarían a la senda del hambre y totalitarismo socialista como lo padecen Cuba, Nicaragua y Venezuela con los terribles resultados que conocemos.
Mi gran amigo, el eurodiputado español, Hermann Tertsch me dice que nosotros (los peruanos) estamos con la amenaza encima como ellos (los españoles) porque, en el caso de España, es altamente probable que el martes 07 de enero, sea investido Pedro Sánchez como Presidente de Gobierno con los votos de la franquicia castrochavista de Podemos y de partidos golpistas regionalistas como los catalanes de Esquerra Republicana, el Nacionalista Vasco y Eh Bildu, que son los herederos del grupo terrorista ETA; es decir, toda la gentuza hará Presidente de Gobierno a Sánchez que por el poder es capaz de pactar con el diablo.
Volviendo al caso peruano, nuestros electores parecen creer todas las patrañas del golpista moqueguano sobre que los malos son los dizques obstruccionistas del APRA y Fuerza Popular cuando nuestro régimen es híper presidencialista no parlamentario como el de la mayoría de democracias europeas. Sumado a que, casi todos los aliados, del gobierno de facto son los castrochavistas peruanos y la derecha mercantilista. Más bien ningún franquicia castrochavista, desde Juntos por el Perú terminando en Perú Libre, atacan la nula gestión del golpista moqueguano como si, desde el ilegal cierre del Congreso, el Perú se convirtió –por arte de magia- en una Suecia sudamericana.
Como no deseo que el Perú siga la senda de hambre y totalitarismo de Cuba y Venezuela, sumado a que como estudioso de la historia sé que el socialismo ha matado a más de 110 millones de personas desde la Revolución bolchevique, he decidido votar por el APRA que, a mi entender, es el bastión de las libertades políticas desde 1930. Mientras los abuelos, de esta gentuza, aplaudían como focas la represión de los dictadores militares Sánchez Cerro y Benavides, más de 6 mil apristas fueron fusilados en Chan Chan por luchar por las libertades políticas sumado a la cruel represión que sufrió el APRA hasta 1956, fue un holocausto como lo denominó el gran intelectual aprista Luis Alberto Sánchez, el único peruano que ha escrito 100 libros en nuestro período republicano.
Mi voto preferencial será el 1 de Mauricio Mulder porque es la garantía de la mejor fiscalización al gobierno de facto. Me hubiera gustado votar por el 5 que era Pepe Pimentel, extraordinario abogado aprista, que reivindicaba la modificatoria de la actual Ley Universitaria como del ente híper regulador estatista llamado SUNEDU, pero tengo entendido que el JNE lo excluyo por haber sido personero del APRA, lo cual, es desproporcionado porque el derecho a ser elegido es un derecho constitucional que debe estar por encima de todo.
Me gustaría ver otro candidato aprista, por Lima, que reivindique las banderas universitarias para darle mi voto, con el entusiasmo que siempre le he dado para votar por Mulder como he hecho en los procesos electorales de los años 2011 y 2016.
No oculto mis preferencias electorales más bien creo que todos los columnistas lo deberíamos hacer porque, en nuestro mundo de la pluma, no existe ni la independencia ni la neutralidad política.