Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de
Políticas Públicas, Licenciado en Ciencia Política y catedrático en la Facultad
de Derecho y Ciencia Política de la UNFV
Excelente decisión que el
Parlamento peruano haya insistido en la ley respecto que toda reforma política
debe pasar por la aprobación del Parlamento tal como lo estipula el artículo
206 de la Carta Magna, mal que el actual gobernante lleve este ley al Tribunal
Constitucional. ¿Por qué? Sencillo de explicar, por tradición republicana el
Parlamento es el primer poder del Estado porque solo en aquel reside la
soberanía de la Nación. Si no se me entiende en estos términos, diré lo
siguiente sobre el Parlamento:
Tanto en un régimen
presidencialista (como el peruano) o parlamentario (como el de la mayoría de
naciones europeas), el Poder Legislativo es electo al 100% por los electores de
sus respectivos países es decir su legitimidad es pura en cambio el Poder Ejecutivo
tiene una legitimidad parcial porque si bien es cierto que los electores
(nosotros) elegimos al Presidente de la República y a sus vicepresidentes, pero
nosotros no elegimos al Gabinete sino son designados por el Presidente de la
República es decir la legitimidad del Gabinete depende de la confianza o no del
Presidente de la República por eso se dice que en el Poder Legislativo reside
la soberanía de la Nación porque sus integrantes son electos en una elección
universal y secreta, no designados por otro Poder del Estado.
Ya que este artículo se centra
sobre el Parlamento, es válido recordar que el destacado filosofo británico
John Locke (1632-1704) en su célebre libro Tratados sobre el gobierno civil
(publicado en 1689) afirmaba que el Parlamento es el primer poder del Estado
sobre encima de los Poderes Ejecutivo y Federativo (símil al Ministerio de
Relaciones Exteriores). Además, señaló que el Parlamento siempre debe ser
autónomo del Poder Ejecutivo porque en la primera se hacen las leyes que
afectan a toda la sociedad por consiguiente las leyes se deben cumplir por todo
ciudadano, sin distinción alguna. Indudablemente, este concepto republicano es
vital porque representa el imperio de las leyes.
Como manifiesto en mi cátedra,
los ciudadanos no debemos obediencia a la persona que sea Presidente de la
República (ponga usted el apellido de su preferencia) porque la única lealtad
que debemos es a la Carta Magna como a todas las leyes que posibilitan un aún
sistema de convivencia no violento para la sociedad peruana.
Además, el intelectual
británico Locke, mucho antes que el ilustrado Montesquieu, sostuvo que era
importante la separación de poderes porque la autoridad del Estado se sostiene en
los irrestrictos principios de soberanía popular y legalidad. Por consiguiente,
no debe existir poder político absoluto porque estaríamos entrando en la oscura
senda mal conocida como dictadura.
En conclusión, el Parlamento
es el primer poder del Estado porque evita cualquier tentativa autoritaria del
Ejecutivo sumado a que tiene una legitimidad emanada en las urnas a diferencia
del Gabinete que depende de la voluntad del mandatario. Sin un Parlamento, no
habría equilibrio de poderes y el Ejecutivo tendría todos los poderes para
hacer y deshacer. Indudablemente, los peruanos de a bien no deseamos que la
Nación caiga en una dictadura.
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