Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de Políticas Públicas, Licenciado
en Ciencia Política y catedrático en la Facultad de Derecho y Ciencia Política
de la UNFV
Publicado en El Montonero, con fecha 01-03-2022
Para el momento que escribo este artículo: El Presidente
Constitucional de Ucrania, sus Fuerzas Armadas y su valiente pueblo resisten la
terrible arremetida militar del dictador ruso Vladimir Putin en Kiev, capital
de Ucrania. Indudablemente, el gobierno constitucional y el pueblo ucraniano
están dando una tremenda demostración de coraje, valentía y virilidad porque
fácil sería rendirse, pero ellos han optado por el camino que las grandes
personalidades de la historia mundial toman que es pelear hasta derramar la
última gota de sangre.
Hay dos preguntas valederas que mis alumnos de la
Escuela Profesional de Ciencia Política de la UNFV me formulan: ¿Por qué llamar
dictador a Putin? Y ¿por qué también llamar imperialismo ruso?
Para responder la primera pregunta es válido decir que
Putin es Presidente de Rusia desde 1999 hasta la actualidad, salvo los cuatro
años de gobierno de Demetrio Medvédev (2008-2012) en los cuales Putin fue el
Primer Ministro ergo el poder tras bambalinas. Es decir, Putin es quien gobierna
- con mano autoritaria- Rusia por 23 años y tiene chance de seguir en el poder
hasta el año 2030 porque la Duma (parlamento ruso) le permite otro período de
gobierno. Lo que algunas personas olvidan intencionalmente es que Putin no es
“buen cristiano” más bien es todo lo contrario porque es el sostén de tres
criminales dictaduras socialistas en nuestro continente que son la cubana de
Diaz Canel, la nicaragüense de Ortega y la venezolana de Maduro es decir Putin
es el respaldo internacional para tres crueles dictaduras que todo demócrata
debe aborrecer y condenar con firmeza.
La respuesta a la segunda pregunta también es
interesante porque Putin hace todo para construir una esfera de influencia rusa
en todo el mundo desde el apoyo que siempre ha dado a la dictadura chavista en
Venezuela hasta sus intervenciones militares en Europa como la ilegal ocupación
de la Península de Crimea, en el año 2014, que el entonces Presidente
estadounidense Obama y los mandatarios europeos no hicieron nada para
contrarrestar el primer zarpazo militar de Putin contra Ucrania porque aplicaron
la caduca política del “apaciguamiento” que de nada le sirvió al británico
Chamberlain y al francés Daladier para detener la expansión de la Alemania Nazi
del dictador Hitler. Es decir, hace 8 años Putin pulseo y se dio cuenta que
mientras en Occidente haya gobernantes débiles, él podía actuar militarmente en
Europa porque mientras Donald Trump fue Presidente de los Estados Unidos, Putin
no intentó ninguna guerra expansionista en Europa ahora sí porque sabe que
Biden es un Jimmy Carter dos y que no daría severas medidas contra el régimen
ruso.
Evidentemente, no se cual será el final de la guerra
desatada por Rusia contra Ucrania, pero lo cierto es que los ucranianos están
dando una lección de coraje para toda la civilización Occidental.
Deseo acabar con un breve colofón es terrible que
algunas personas conservadoras, por su tirria hacia la ideología de género y el
progresismo, justifiquen la guerra desatada por Putin porque él desea
implementar la Gran Rusia que es similar al espacio vital llamado por el
dictador nazi Hitler. Además, estos conservadores se olvidan de que Putin viola
uno de los principios fundamentales que supuestamente ellos creen que es la
soberanía de los Estados como su independencia (al fin y al cabo si Ucrania
desea unirse a la OTAN o a la Unión Europea, sería su decisión soberana) sumado
a que no puede haber conservador que apoye a un dictador que sostiene tres
dictaduras bolcheviques. Indudablemente, vivimos días oscuros porque el
imperialismo ruso muestra su faceta más violenta en vivo y directo.
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