Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de
Políticas Públicas, Licenciado en Ciencia Política y catedrático en la Facultad
de Derecho y Ciencia Política de la UNFV
Publicado en El Montonero, con fecha 15-03-2022
El destacado catedrático
y politólogo estadounidense Samuel Huntington (1927-2008) escribió el libro “El
Choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial” (1997) donde
-con mucha clarividencia- se nos dice que las guerras serían conflictos entre
civilizaciones, ya no la clásica guerra entre potencia por áreas de influencias
económicas y políticas. Los sucesos del siglo XXI, lo demuestran entre las
constantes guerras entre Israel y sus vecinos árabes (Civilización occidental
vs la civilización islámica) y ni que decir la actual guerra entre Rusia contra
Ucrania (Civilización ortodoxa vs la civilización occidental) que no es un
conflicto bélico entre un “cristiano casi cruzado” de apellido Putin vs el
“globalismo” que tiene como “títere” al Presidente Constitucional de Ucrania
que es Zelensky. Es una barbaridad creo lo último cuando el dictador ruso viola
la independencia como las fronteras de un Estado de pleno derecho como Ucrania.
Además, Rusia es una dictadura sostenida por unos oligarcas mercantilistas
mientras Ucrania es una joven democracia que desea prosperar económicamente
como el resto de Europa.
Volviendo con el
catedrático Samuel Huntington en la página 48 de su libro “Choque de
civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial” nos define que es una
civilización:
“Una civilización es el
agrupamiento cultural humano más elevado y el grado más amplio de identidad
cultural que tienen las personas, si dejamos aparte lo que distingue a los
seres humanos de otras especies. Se define por elementos objetivos comunes,
tales como lengua, historia, religión, costumbres, instituciones y por la
autoidentificación subjetiva de la gente… La civilización a la que pertenece es
el plano más amplio de identificación con el que se identifica profundamente.
Las civilizaciones son el nosotros más grande dentro del que nos sentimos
culturalmente en casa.”
Evidentemente la
civilización Occidental tiene como elementos objetivos comunes: Lenguas que
provienen del latín (castellano, francés, portugués, entre otras) y germánicas
(el inglés que es el idioma más comercial en el mundo), tenemos una historia
común sobretodo desde la venida de los españoles a nuestro continente, ni que
decir de las costumbres que la mayoría vienen de los países europeos que se
asentaron en América, las instituciones (como el Parlamento y el Poder
Judicial) se repiten tanto en el continente americano como el europeo y una
columna vertebral que son los valores y tradiciones del judeocristianismo
mientras que la civilización ortodoxa es totalmente diferente porque sus
idiomas vienen de la rama eslava sumado a su alfabeto que es cirílico más una
tradición diferente a la nuestra porque ellos se sienten herederos directos del
Imperio Romano de Oriente porque Sofía Paleólogo (sobrina del último emperador
Constantino XI) se casó con Iván III de Rusia, ellos fueron abuelos de Iván IV
“el Terrible” quien fue el primer gobernante ruso en usar el título Zar (César
en ruso) sumado a que la religión que se practica en esta civilización oriental
es la cristiana ortodoxa que tiene una cosmovisión diferente al cristianismo
niceo o comúnmente llamado católico.
Volviendo con el
intelectual Huntington sobre la relación Rusia y Ucrania, en la página 200,
escribe lo siguiente que es clarividente si lo vemos hoy, en el 2022:
“Sin embargo, una Ucrania
así, irreductiblemente uniata y orientada hacia Occidente, solo sería viable si
tuviera un apoyo occidental fuerte y eficaz. A su vez, tal apoyo solo sería
probable que se produjera si las relaciones entre Occidente y Rusia se
deterioraran gravemente y llegaran a parecerse a la guerra fría.”
En esta misma lógica,
crea que Ucrania sería totalmente Occidental si es aceptada inmediatamente en
la Unión Europea como en la OTAN ya que la historia del siglo XX demuestra el
accionar expansionista y matonesco de Rusia sumado a que las relaciones entre
Occidente y Rusia de Putin están deterioradas porque el dictador ruso -desde
hace tres lustros- está reconstruyendo el imperialismo ruso con fines
demagógicos que le permiten seguir en el poder por un tiempo indefinido por eso
el desea impedir que Ucrania sea totalmente Occidental y exitosa porque si la
democracia representativa funciona bien en Ucrania, los rusos se preguntarían:¿
Por qué nosotros no? Eso es el gran temor para Putin y los oligarcas que lo
sostienen desde el año 1999.
Finalmente considero que
la guerra desatada por Rusia es un criminal genocidio contra los ucranianos y
el dictador Putin merece acabar como el dictador serbio Milosevic en una fría
celda de La Haya, en Holanda. Además, creo que el pueblo ucraniano como su
Presidente Constitucional dan una enorme lección de heroísmo que ha movilizado
a los gobernantes de la Unión Europea a favor de la Nación ucraniana que
resiste ante la matonesca actitud del “oso ruso.”
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