Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de Políticas Públicas, Licenciado en Ciencia Política y catedrático nombrado en la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la UNFV
Publicado en El Montonero, con fecha 0+-06-2025
Willi
Munzenberg (1889-40) fue un dirigente comunista alemán, experto en propaganda
política que terminó siendo aliado de los dictadores soviéticos Lenin y Stalin
es decir creó al monstruo que al final mandó a eliminarlo porque en un
determinado momento se alejó políticamente del sanguinario dictador Stalin.
Indudablemente, el alemán Munzenberg fue víctima de lo que él con tanta alegría
ejecutó en la propaganda a favor del comunismo soviético.
El
propagandista inició siendo militante del SPD, para terminar, radicalizándose y
apoyando a Lenin cuando él residía en Suiza, antes de la toma del poder por
parte de los bolcheviques en Rusia. Con este apoyo hacia Lenin, el protagónico
del artículo fue uno de los fundadores del Partido Comunista Alemán por lo cual
fue diputado en el Reichstag (Parlamento alemán) desde 1924 hasta el
establecimiento de la dictadura nazi de Hitler, en el año 1933, en esta lógica,
el propagandista Munzenberg hizo mucho para recaudar dinero a favor de la Rusia
soviética en el año 1921, obviamente fue tan bueno en la propaganda que logró
convencer a generosos aportantes alemanes que Rusia soviética estaba mal por
culpa del bloqueo de las fuerzas imperialistas occidentales. Al igual que el
suscrito, los lectores de El Montonero, sabemos bien que los comunistas son
expertos en una narrativa tendenciosa contra sus enemigos naturales como el
imperialismo asociado a los Estados Unidos o Reino Unido.
Tras
ser expulsado, como sus compañeros de bancada comunista del parlamento alemán,
Munzenberg fue “requerido” en Rusia por el dictador Stalin, lo cual él no
aceptó porque sospechaba que terminaría muerto por orden del dictador, lo cual
no es claro son las razones de que Stalin le bajo el dedo político es decir le
fue un leal propagandista que al final su jefe terminó repudiándolo. A
comienzos de 1937, es expulsado del Partido Comunista Alemán, por lo cual,
públicamente rompió con el dictador Stalin.
Tras
el inicio de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), en Francia, fue detenido y
llevado a prisión, para su fatalidad logró escapar con un comunista que le
terminó matando en el bosque Caugnet. Recién el 21 de octubre de 1940
encuentran en dicho bosque sus restos mortales.
A
modo de conclusión, Munzenberg se prestó para las perversidades de los
dictadores soviéticos Lenin y Stalin, a través de una propaganda política que
atacó y ridiculizó a todo contrincante del comunismo. Lo cierto que el monstruo que él ayudo a
creer también se fue contra su propia vida. Por eso, siempre elijan bien a sus
aliados como enemigos ya que mal hacen algunos seres humanos en pensar que el
enemigo de tu enemigo es tu aliado cuando en verdad ésos solo defiendes sus
intereses propios, el final de Munzenberg demuestra que el dictador Stalin era
vengativo hasta con viejos aliados y que lo uso como un instrumento más en sus
planes totalitarios.
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