Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de
Políticas Públicas, Licenciado en Ciencia Política y catedrático en la Facultad
de Derecho y Ciencia Política de la UNFV
Publicado en El Montonero, con fecha 12-04-2022
El domingo 3 de abril se
realizaron las elecciones parlamentarias en Hungría que revalidaron un enorme
triunfo del premier conservador Viktor Orbán que revalidó su mayoría absoluta
con el 53,29% que le otorga 135 diputados (de un total de 199 escaños) para su
alianza política conservadora Fidesz – KDNP, pero es válido recordar que Orbán
fue primer ministro de 1998 al 2002 y volvió al poder democráticamente al año
2010 con el 52% que le permitió tener 263 diputados de un total de 386 escaños,
ganó la relección en el año 2014 con el 44% que le permitió tener 133 diputados
de un total de 199, vuelve a ganar en el año 2018 con el 49% que le valió mantener
los 133 diputados de un total de 1999 y hace una semana incrementó sus escaños
a 135 y su porcentaje de respaldo electoral a un sólido 53,29% lo que demuestra
es que las políticas conservadoras de Orbán son del agrado de la mayoría de
electores húngaros sumado a que es todo un fenómeno político digno de estudio
para la ciencia política. Orbán le ha ganado a esa alianza contra natura que
iba desde los socialdemócratas incluyendo a liberales y verdes para acabar con
los neonazis de Jobbik (herederos del partido nazi de la Cruz Flechada de
Szálasi) que obtuvo un magro 34,89% de los votos que le dio 56 escaños cuando
la mayoría de las encuestas (instrumentos de manipulación política) le daban un
44% de votos y cerca de Orbán. Indudablemente, estamos ante otro horror de las
encuestas lo bueno es que los húngaros no se dejan manipular por los estudios
demoscópicos.”
El tercer lugar fue para
el Movimiento Nueva Patria (escisión de Jobbik) que no deseaba la alianza
contra natura antes mencionada. Ellos obtuvieron el 6% que le valió 7
diputados. Finalmente, la minoría alemana en Hungría un diputado.
A modo de conclusión,
diré que las políticas conservadoras de Orbán (sobretodo en familia y defensa
de los valores como tradiciones de la civilización Occidental) es de agrado de
la mayoría de los electores húngaros desde el año 2010 y que la reelección de
Orbán representa una derrota del social progresismo europeo que no entiende que
Europa debe defender los valores y tradiciones que ha hecho grande a la
civilización Occidental.
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