Estafadores en las
Universidades Públicas.
Renatto Bautista Rojas
Licenciado en Ciencia Política por la
Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV)
Publicado
en May Neim Presenta el 11-07-15
La
estafa es sinónimo de engaño, mentira y timo, pero ni nuestro Estado ni las
Universidades Públicas se salvan de la existencia de estafadores dentro de su
propio aparato.
¿Quién
podría estafar a las Universidades Públicas? ¿Quién podría quitarle recursos en
beneficio de sus propios proyectos?
Estas
preguntas sacarán ronchas, pero aún más la respuesta.
El
centro de las Universidades Públicas son los estudiantes. Sin ellos, no
existiría la Universidad; ergo, no existiría ni los docentes ni el personal
administrativo, pero que pasa si existen estudiantes que a la vez estafan a la
Universidad Pública ¿Cómo podría darse esta figura?
Sencillo,
la mayoría de nosotros ingresa una sola vez a la Universidad Pública, pero
algunos no. Terminan su primera carrera en una determinada Universidad Pública
y luego postulan a otra Universidad Pública.
Se
nos preguntará: ¿Cual es la estafa? Claro y directo, los profesionales que
vuelven a estudiar otra carrera en cualquier Universidad Pública tienen que
pagar una pensión de enseñanza. Estos estudiantes universitarios, disculpen estafadores
universitarios no pagan la pensión (que es una obligación que manda la Ley
Universitaria) y se aprovechan que ninguna Oficina Central de Admisión pueda
corroborar con otras Universidades Públicas si sus postulantes ya estudiaron en
éstas. No existen filtros de eliminación; por eso, los estafadores
universitarios demuestran ser el típico criollo peruano.
El
estafador universitario se aprovecha de la falencia del aparato universitario
para no pagar su pensión. Al no pagar la respectiva pensión, la Universidad
Pública no recibirá el dinero que con justicia manda la Ley Universitaria. Sin
este dinero, no se podrían hacer obras de infraestructura o contratar a
docentes de calidad académica. Además, estos estafadores universitarios tienen
una clara carga ideológica y vienen a otras Universidad Públicas para realizar
un trabajo político y/o partidario.
Ya
estamos advertidos, en política no hay coincidencias y menos en política
universitaria, que es una de las tantas expresiones de nuestra política local y
criolla.
Los
estafadores universitarios andan sueltos, son los primeros en decir que la
Universidad Pública no tiene capacidad de gasto. Les respondemos: Primero
paguen y luego critiquen.
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