Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de Políticas Públicas, Licenciado
en Ciencia Política y catedrático nombrado en la Facultad de Derecho y Ciencia
Política de la UNFV
Publicado en El Montonero, con fecha 12-05-2025
Cuando
el 1 de enero del 2023, el controvertido Lula Da Silva volvió a ceñirse la
banda presidencial del Brasil, sabía que no solo era el retorno del Partido de
los Trabajadores (PT) y del Foro de Sao Paulo al poder político en el Brasil,
sino el retorno de la impunidad. ¿Por qué? El PT ha legado al Brasil dos
gobiernos íntimamente relacionados, el de Lula (2003-2011) y Dilma Rousseff
(2011-2016) la última fue destituida por corrupción, es decir tras su retorno
al poder, no solo se vengarían de las fuerzas conservadoras que aún apoyan al
ex presidente Bolsonaro, sino harían todo lo posible para construir impunidad.
Un ejemplo, es que ningún funcionario de la empresa constructora Odebrecht está
preso en el Brasil, el mismo Lula está libre y en la presidencia, gracias a la
“oportuna” ayuda del terrible juez supremo Alexandro de Moraes que hábilmente
el 7 de noviembre del 2019 emitió la sentencia por el cual declaró que el
encarcelamiento de Lula era “inconstitucional”, de esa manera todo el escándalo
de Lava Jato en el Brasil quedó a fojas cero, ni que decir con el retorno de
Lula y el PT al poder. Me acuerdo perfectamente que el dueño de esta
constructora, Marcelo Odebrecht dijo a la justicia brasileña: “No me acuerdo
de ninguna coima dada a ningún político.” Era evidente que jamás culparía
ni a Lula ni a ningún dirigente del PT, entre aliados no se pueden inculpar de
nada. Lamentablemente esta impunidad ha tocado al Perú, como ya todos sabemos,
en primera instancia, se ha condenado por corrupción al ex mandatario peruano
Ollanta Humala y a su esposa Nadine Heredia, quien tuvo un rol protagónico en
el quinquenio de su esposo. Ellos son grandes amigos del hoy presidente
brasileño como del dictador venezolano, además el “partido nacionalista”
pertenece al Foro de Sao Paulo, ese cónclave de partidos de ultra izquierda que
lo integran tres dictadores confesos como Diaz Canel, Maduro y Ortega es decir
Lula tenía, como ya lo ha hecho, que ayudar a sus dos amigos en desgracia
judicial por lo que dio rápidamente el asilo a Nadine de Humala en su país,
ella y su menor hijo se encuentran en Sao Paulo, la ciudad donde toda la ultra
izquierda iberoamericana, en el lejano año 1992, fundaron este cónclave del
mal.
A
modo de conclusión, creo que todo peruano decente y de bien debe ser consciente
del peligro que es Lula y el PT para nosotros además de dar lucha política para
que se haga justicia en nuestro país respecto a la sentencia por corrupción,
Heredia de Humala. Ojalá que las fuerzas conservadoras de Bolsonaro y familia
vuelvan al poder el próximo año en el Brasil para que anulen este asilo que es
ilegal porque ella no es perseguida política, ella es una sentencia por
corrupción, hoy prófuga de la justicia peruana.
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