Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de Políticas Públicas, Licenciado
en Ciencia Política y catedrático nombrado en la Facultad de Derecho y Ciencia
Política de la UNFV
Publicado en El Montonero, con fecha 07-04-2025
Siguiendo
con el libro Globalismo del politólogo Agustín Laje, ahora toca hacer tres
puntuales reflexiones del sexto capítulo del libro “La Agenda 2030,
desenmascarada.” Considero, que la Agenda 2030, para cualquier persona sin
formación política, parecería una receta de buenas y nobles intenciones, lo
cual no es porque es un instrumento del globalismo con la clara intención de
volvernos a todos los ciudadanos, ganado ovino.
El
primer citado viene de la página 414, Laje escribe lo siguiente:
“La
Agenda 2030, también conocida Agenda de los Objetivos del Desarrollo
Sostenible, se basa en una resolución de las Naciones Unidas del año 2015 que
comprende a todos los Estados del globo con 17 objetivos y 169 metas que
deberían ser cumplimentados, a mas tardar, para el año 2030.”
Aquí
leemos el origen de la Agenda 2030 que fue invento de la ONU, de hace 10 años,
con implicancia para todo el planeta es decir con la clara intención de
domesticarnos como si fuéramos ganado ovino. Indudablemente, es un perverso
proyecto disfrazado de buenas intenciones es el lobo disfrazado de oveja dócil.
El
segundo citado viene de la página 429, Laje escribe lo siguiente:
“Y
si bien la resolución no es jurídicamente vinculante para los Estados, solo un
canalla se atrevería a incumplirla. Esta lógica recuerda, tristemente, a los
proyectos totalitarios del siglo XX, tanto el marxista – leninista como al
nacionalsocialista, cuyo desprecio al parlamentarismo demoliberal descansaba en
la suposición que las élites del partido debían gozar de poderes ilimitados e
inconsultos para alcanzar la tierra prometida: el siempre invocado mundo mejor.”
El
poder del globalismo es tanto que la Agenda 2030 es un factor sutil porque
hasta en colegios y universidades se enseña como la panacea o como escribe mi
dilecto colega Agustín Laje “…invocando mundo mejor.” Por eso, los ciudadanos
deben entender que el globalismo es un proyecto totalitario que viene de una
élite económica que manda y que supuestamente nosotros debemos obedecer porque
ellos saben que es lo correcto para todo el planeta. ¡Qué tal soberbia! ¿No?
El
tercer citado viene de la página 502, Laje escribe lo siguiente:
“La
Agenda 2030 sí funciona como Caballo de Troya para legalizar el aborto a nivel
global, por un lado, y por otro, sí se sustenta sobre una concepción ideológica
del género, en la que este concepto implica que la identidad se desacople de la
realidad biológica.”
Los
ciudadanos bien intencionados deben entender que la Agenda 2030 parece de
buenas intenciones, pero es todo lo contrario porque esconde dos propósitos
turbios como el aborto y la ideología de género que pretende borrar los dos
sexos biológicos para establecer el género que en verdad es una percepción
subjetiva que cada ser humano podría construir de sí mismo, negando la realidad
de la biología y la genética.
A
modo de conclusión, invito a los jóvenes que leen este puntual artículo en
leer, con objetividad, el libro Globalismo de Agustín Laje porque les dará
valederos conocimientos, no propaganda política como les da sus “profesores”
del colegio adscritos al SUTEP.
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