Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de Políticas Públicas, Licenciado
en Ciencia Política y catedrático nombrado en la Facultad de Derecho y Ciencia
Política de la UNFV
Publicado en El Montonero, con fecha 24-03-2025
Siguiendo
con el libro Globalismo del politólogo Agustín Laje, ahora toca hacer tres
puntuales reflexiones del cuarto capítulo del libro “Los actores del
globalismo.” Considero, como ha escrito mi famoso colega Agustín Laje, que los
organismos internacionales, tipo la ONU o la OEA, las ONGs, que actúan
mayormente desde las sombras, y millonarios que juegan a ser dioses, como
George Soros y Bill Gates, son los actores del globalismo. Nadie los ha
elegido, pero creen ser infalibles en determinar lo necesario para la sociedad
global que siempre es la agenda woke, plataforma política derrotada en
noviembre del 2024 por más de 77 millones de estadounidenses al votar por Trumo
y Vance.
El
primer citado viene de la página 245, Laje escribe lo siguiente:
“...el
partido político globalista transforma el Estado nación en un Estado proxy.
Primero, los políticos nacionales firman compromisos con las disposiciones de
los actores globalistas...Segundo, por vía de esos compromisos conceden a la
agenda globalista prioridad sobre la agenda nacional,...Tercero, esta prioridad
requiere implementación práctica: se adoptan nuevas normas y se diseñan nuevas
instituciones destinadas a cumplir las disposiciones de la agenda globalista”
El
politólogo Laje menciona claramente como actúan los partidos globalistas, que
son meros instrumentos del globalismo, que en la mayoría de casos, por lo menos
en el Perú, son partidos que van desde la izquierda progre hasta la ultra
izquierda. Por qué? Ellos son los enemigos internos de Occidente, para que la
izquierda progre y la ultra izquierda lleguen al poder tienen que destruir las
tradiciones y valores que han cimentado a Occidente. Por lo que, la mejor forma
de destruir Occidente, desde adentro, en pleno siglo XXI, es con el globalismo
que socava los fundamentos del Estado - nación.
El
segundo citado viene de la página 255, Laje escribe lo siguiente:
“Dado
que la ideologia de género es totalitaria, en el sentido de que procura
totalizar el espacio público y privado,
la CIDH le exige al Estado que la promueva en todos los ámbitos.”
La
ideología de género es el caballo de Troya del globalismo, su implementación en
los diversos estados es de manera totalitaria es decir sí o sí se debe
implementar sumado a que la ideología de género, no solo se queda en la
política convencional, sino transciende ese lindero cuando abiertamente dice
que el género es una construcción social y que parte de la percepción indivudal
de cada ser humano, los demás seres humanos lo debemos aceptar como verdad,
aunque sea una mentira biológica.
El
tercer citado viene de la página 335, Laje escribe lo siguiente:
“
Si los medios de comunicación producen información, entretenimiento y opiniones
legítimas, en la universidad lo que se produce es ciencia legítima.”
Como
en el anterior capítulo explicó Agustín Laje, el globalismo necesita dominar a
las universidades porque todo ser humano siempre piensa que lo que dice y
produce la universidad es la verdad absoluta por lo que es creíble, pero stop
recordemos que las universidades en Occidente -en su mayoría- están totalmente
parcializadas con las izquierdas progres y radicales, pero que importa ellos
siempre parten de la mentira, lamentablemente el ser humano cree más en las
mentiras que en la verdad.
A
modo de conclusión, considero que todo alumno de Ciencia Política, sobretodo
los que son de las canteras de la ultra izquierda, deben leer este libro de
Agustín Laje porque tal vez les haga reflexionar y evolucionar políticamente.
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