Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de
Políticas Públicas, Licenciado en Ciencia Política y catedrático nombrado en la
Facultad de Derecho y Ciencia Política de la UNFV
Publicado en El Montonero, con fecha 3-07-2023
“Y
cuando me iluminabas con tu poderosa gloria, deslumbras mis débiles ojos y
temblaba de amor y de temor. Tenía conciencia de estar alejado de Ti; me perdía
en el reino de las sombras. Pero me parecía oír tu voz, que venía de lo alto
para decirme: ¡Perfecciónate para que puedas consagrarte a Mí!”
San
Agustín en su libro Confesiones
San Agustín de Hipona
(354-430), es un santo importante y doctor de la Iglesia Católica, nació en la
postrimerías del Imperio Romano y falleció en el asedio de Hipona comandada por
el jefe de los vándalos, Genserico. San Agustín pudo huir, pero como Sócrates
que enfrentó estoicamente la absurda sentencia de muerte que era tomar cicuta,
San Agustín jamás dejó su templo porque tuvo una absoluta lealtad a Cristo que
superaba la muerte terrenal. Lo que me permite decirles que San Agustín es un
santo no tan convencional, o mejor dicho, más humano porque no siempre fue un
santo, de joven profesó el maniqueísmo -religión dualista fundada por el
filosofo persa Manes en el siglo II después de Cristo donde se relativizaba la
moral- sumado a que un lujurioso y
soberbio empedernido sobretodo en su estadía en Milán antes de conocer a su
maestro San Ambrosio (340-397) quien le ayudó a convertirse al catolicismo
sumado a que San Agustín tuvo el encuentro definitivo con Cristo por lo cual se
redimió de sus pecados juveniles y agarró la cruz como único credo. Em el año
387, San Agustín se bautizó al catolicismo teniendo 33 años, en el reinado del
emperador Teodosio I El Grande, último emperador romano porque tras su muerte
el Imperio fue dividido en Occidente y Oriente entre sus hijos Honorio y
Arcadio respectivamente. La conversión de San Agustín demuestra que siempre
hubo luz en él y que es realmente posible que una persona desviada del camino
enseñado por Cristo pueda redimirse y salvar su alma como hacer el bien para
sus prójimos.
Volviendo con San Agustín, él
escribió el libro Confesiones entre los años 397 al 398, este libro es el
primer libro autobiográfico escrito en la civilización Occidental, pero es
incompleto porque inicia desde su infancia y termina en sus primeros años como
sacerdote católico. Es válido mencionar que el libro Confesiones fue traducido
a los siguientes idiomas: castellano, portugués. francés, inglés y alemán
porque fue uno de los libros más leídos en la Edad Media. Otro libro importante
de San Agustín es La Ciudad de Dios contra los paganos, escrito entre los años
412 al 426. El contexto del libro es el asedio y saqueo de Roma por parte del
jefe godo Alarico sumado a que los romanos no creyentes en Cristo usaron esta
situación para culpar de tal mal a los cristianos, pero lo cierto es que San
Agustín escribió que Roma fue salvada por la mano de Dios que evitó un
derramamiento de sangre de todos los ciudadanos de Roma sean o no creyentes en
Cristo. Concluye que la ciudad de Roma jamás fue protegida por los Dioses
paganos, debido a que ellos no existen, sino por decreto supremo de Dios.
A modo de conclusión,
manifiesto que con San Agustín se inicia la convergencia de la fe y razón para
entender el misterio que representa la revelación divina, enorme diferencia del
cristianismo católico con el cristianismo luterano o reformista que solo se
quedan en la fe en Dios. Por dicha razón, jamás Lutero ni Calvino escribieron
libros contra la tesis de razón y fe de San Agustín como de Santo Tomas de
Aquino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario