domingo, 30 de abril de 2023

Los falsos ídolos

 

Renatto Bautista Rojas

Magíster en Gestión de Políticas Públicas, Licenciado en Ciencia Política y catedrático nombrado en la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la UNFV


Publicado el 1 de mayo del 2023 en El Montonero

 

Hace menos de una semana, el expresidente peruano Alejandro Toledo fue extraditado de los Estados Unidos al Perú por diversos casos de corrupción, ahora el expresidente Toledo está recluido en Barbadillo, lo curioso es que Toledo en las campañas electorales de los años 2000 y 2001 se presentaba como el luchador anticorrupción cuando él ahora está preso con su principal adversario político, obviamente me refiero al expresidente Fujimori. Es cierto que el decenio de Fujimori y Montesinos surgió en base a un golpe de Estado (5 de abril de 1992) y que degeneró en corrupción, pero lo también cierto es que el supuesto luchador anticorrupción Alejandro Toledo terminó acusado en graves actos de corrupción, uno puntualmente relacionado a la empresa brasileña Odebrecht. Indudablemente, Toledo no tuvo licencia para ser corrupto ni estafar al Perú.

Lo también cierto, en coherencia del título de mi artículo, en los últimos 23 años ha habido expresidentes que levantan las banderas de la lucha contra la corrupción y el “antifujimorismo”, pero han terminado acusados -seré generoso- en actos de corrupción o inclusive han acabado presos como lo está Toledo con Castillo, es válido recordar que tiene prisión preventiva por 18 meses por el delito de sedición y lo han estado Humala y Kuczynski, el único que se salva es Vizcarra que tiene la protección de todo el poderío de los “caviares”, esa casta de fariseos que enorme daño le hace al Perú.

A modo de conclusión quiero que los lectores entiendan que Toledo se presentó como un luchador anticorrupción, pero al llegar el poder, lo uso de manera viciosa para obtener ilícitamente una riqueza que representa una cachetada a la grandeza histórica del Perú. Ojalá que los electores, de seguro de buen corazón, ya no crean más en supuestos “luchadores anticorrupción” porque terminan casi siempre en prisión al estilo del sedicioso Castillo y del falso ídolo “caviar” Toledo. ¡Vade retro, Perú!

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