Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de
Políticas Públicas, Licenciado en Ciencia Política y catedrático ordinario en
la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la UNFV
Publicado en El Montonero, con fecha 24-05-2022
En este último lustro,
hemos visto casos terribles de plagio de tesis. Obviamente, un plagio es un
academicidio y un delito terrible. En esta lógica, como catedrático en una
Universidad Pública, creo que debemos repensar el tema de la redacción de las
tesis porque el actual modelo (que siendo sincero) es una plantilla que se le
pide a los alumnos que lo repliquen, esta situación – a la larga- degenera en
los casos mediáticos de plagio en el último lustro. Lastima que el Perú no sea
Hungría donde su Presidente, en el año 2012, renunció a la primera magistratura
de la nación húngara porque plagio en su tesis doctoral.
Volviendo con las tesis
deseo compartir dos ejemplos de peruanos brillantes en la pluma académica, el
connotado historiador José de la Riva Agüero y Osma (1885-1944) obtuvo el
bachiller en Letras con la tesis titulada “El carácter de la literatura en el
Perú” (1905) y luego logró el grado de doctor con la tesis titulada “La
historia en el Perú” (1910). En esta misma línea académica, el destacado
historiador peruano (1903-1980) se
doctoró en Letras con la tesis titulada “Contribución al estudio de la
revolución social y política en el Perú durante la República” (1928) y también
se doctoró en Derecho con la tesis titulada “Las fuentes de la historia del
Derecho peruano” (1935).
Con estos dos ejemplos
quiero demostrar que antes las tesis no eran plantillas de una determinada
metodología, eran como redactar un libro y eso es lo que las Universidades
deben apuntar porque es una verdadera creación académica. Indudablemente, abro
el debate académico sobre las tesis porque soy convencido que el modelo actual,
que es rígido por la plantilla metodológica que establece cada Universidad,
debe cambiar por algo que represente la auténtica capacidad creadora del
aspirante al título profesional y/o grado académico de Magister y Doctor. En
esta misma línea, considero que redactar una tesis -tipo libro- podría ser la
oportunidad para que el egresado innove académicamente respecto a un tema que
le impresionó bastante en sus estudios de pregrado. De esa manera, podría
desarrollar -en mayor libertad que lo estipulado en una plantilla de
metodología- tres o cuatro capítulos que nacen del título que le otorgaría a la
tesis.
A modo de conclusión, sé
que abro una polémica y digo algo “políticamente incorrecto”, pero prefiero
decirlo en voz alta que callar el siempre terrible silencio cómplice.
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