Renatto Bautista Rojas
Maestro en Gestión de
Políticas Públicas y Licenciado en Ciencia Política por la Universidad Nacional
Federico Villarreal (UNFV)
Publicado en Mundiario, con fecha 02-08-2020
En el Perú,
lamentablemente, no existe el Colegio Profesional de Licenciados en Ciencia
Política porque existe una terrible maldad y mezquindad contra la primera
Escuela Profesional de Ciencia Política, en el Perú, que es la perteneciente a
la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV). La Escuela Profesional de
Ciencia Política de la UNFV existe desde el año 1988, en noviembre del presente
año, nuestra Escuela cumplirá 32 años ininterrumpidos de formación académica a
miles de jóvenes peruanos que estuvimos ansiosos de ser profesionales. Dentro
de mi pensamiento, hay una emotividad histórica por ser profesional
villarrealino, pero tengo más razones:
En primer lugar, todas
las carreras profesionales tienen Colegios Profesionales que institucionalizan
dichas carreras. Además, permiten la existencia de un Comité de Ética que
sancione cualquier falta profesional en el ejercicio profesional.
Segundo, lamentablemente
existen bachilleres, valga la redundancia no son titulados, que se
autodenominan como “politólogos” -como una editora adjunta de un diario que permitió
que en su local se izara la bandera de Chile tras la ocupación de Lima- cuando
lo somos quienes hemos sustentado una tesis y tenemos el título profesional.
Además, hay personas que tienen una maestría en Ciencia Política, pero esa
maestría -muy respetable como otras- no los hace “politólogos” ni -obviamente-
Licenciados en Ciencia Política. Por ejemplo, quien escribe puede estudiar un
doctorado en Derecho, sustentar la tesis y conferirme el grado de Doctor en
Derecho, pero ese grado académico no me convertiría en abogado. ¡Lógico! ¡Puro sentido común!
Con todo respeto, en ninguna
otra carrera profesional, sea la abogacía o la contabilidad o la economía, que
tiene un Colegio Profesional se permite que un bachiller o un maestrista se
llame abogado o contador o economista. Como reitero, es puro sentido común y a
igual proporción, igual ley.
Tercero, la
institucionalización de la carrera profesional Ciencia Política es necesaria
porque mucho se ha prostituido el término de “analista político” que termina en
que cualquier persona mediatizada hable de “política” como si fuera un profesional
de la Ciencia Política.
Con todo respeto, no
cualquiera debería analizar y/o reflexionar sobre la democracia representativa,
regímenes políticos y sistemas de partidos políticos. Así como no cualquiera debería hacerlo sobre
el derecho constitucional o la posibilidad de existencia de vida bacteriana en
el satélite Europa del enorme planeta gaseoso Júpiter. ¡Zapatero a su zapato!
Es un viejo adagio que se cumple en el presente tema.
Finalmente, sobre la Ley
de creación del Colegio Profesional de Politólogos, observada por el actual
Ejecutivo en junio del año pasado, existe dos enormes falacias esgrimidas, creo
con mucha maldad:
El gobierno esgrimió que
la existencia de un Colegio Profesional priva la libertad de expresión de sus
agremiados. Lo cual, es una inmensa mentira porque no se pretende que todos los
profesionales pensemos de la misma manera. Un buen ejemplo es el Colegio de
Abogados de Lima (CAL) donde los abogados tienen diferentes posiciones
académicas y políticas, pero sigue existiendo este Colegio Profesional. ¿No?
¡Lógico!
Otra falacia es afirmar que
el Colegio Profesional genera barreras de entradas para el ejercicio
profesional. Lo cual es superado por la realidad porque un abogado colegiado
puede firmar demandas y ejercer cargos públicos, eso no lo podría hacer un
bachiller en Derecho. ¡Es puro sentido!
En conclusión, sí estoy
de acuerdo con la creación del Colegio Profesional de Licenciados en Ciencia
Política porque institucionaliza y ordena la carrera profesional de Ciencia
Política, lo siento a los Bachilleres sempiternos, pero es hora de redactar sus
tesis de pregrado y sustentarlas como otros lo hemos realizado hace más de un
lustro.
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