Renatto
Bautista Rojas
Magíster
en Gestión de Políticas Pública y Licenciado en Ciencia Política por la
Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV)
Publicado en Mundiario, con fecha 03/ 06/ 2020
Este presente artículo es un
homenaje a un gran amigo y compañero llamado Javier Barreda que jamás debe ser
olvidado. No debemos ser mezquinos con un demócrata y destacado dirigente
aprista que dio, lo mejor que él tenía, por construir un Perú que reine la
democracia social y la justicia para el Perú emergente.
Hoy, 3 de junio, se cumple
el primer año de la partida de Javier Barreda Jara, ex Ministro de Trabajo,
Vice Ministro de Promoción del Empleo y Capacitación Laboral como Vice Ministro
de Desarrollo Social, Jefe de la Editorial de la Universidad Nacional Federico
Villarreal como docente en la Facultad de Ciencias Sociales en dicha Casa
Superior de Estudios, gran demócrata y aprista de toda la vida.
¡Se siente un año sin Javier
Barreda! ¡Enorme falta nos hace Javier! En estos tiempos de terrible crispación
política y de una fuerte ola de odio, se necesita políticos de consensos como
lo era Javier Barreda. Lo que estoy seguro es, que ante el golpe de Estado del
30 de septiembre del 2019, él hubiera estado con nosotros, en contra del golpe
y en la defensa irrestricta del Imperio de la Ley.
Javier Barreda, en la época
de la dictadura fujimontesinista, era un destacado dirigente de la juventud
aprista. Siempre fue un anti fujimorista y eso,
para mi es fundamental porque mientras hoy, “muchos” dicen ser anti
fujimoristas, en ese decenio ésos votaban por Fujimori padre y/o eran
funcionarios públicos. Es decir, Javier Barreda tuvo mucha coherencia política
y nunca dudo en enfrentar un régimen autocrático muy aplaudido, similar al de
hoy que tiene muchas loas y swings. Ese posicionamiento político le sirvió para
ser candidato en la lista parlamentaria aprista del año 2000. Además, fue el
Presidente de la Comisión de Ideología y Doctrina del APRA, realizando un trabajo destacable
porque él siempre fue preocupado que los compañeros jóvenes sean leídos y
tengan la capacidad de debatir política. ¡Tremendamente, me consta!
Tras la caída del
fujimorato, Javier Barreda fue uno de los dirigentes apristas que propició, las
condiciones, para el retorno como la posterior candidatura de Alan García, en
el año 2001. Para las elecciones municipales del año 2002, postuló como regidor
de su distrito Pueblo Libre. Luego, en las elecciones generales del año 2006
donde Alan García gana –por segunda vez la presidencia del Perú-, Javier
postula al Congreso. Obtiene, un poco más de doce mil votos, pero, por la cifra
repartidora, no alcanza a la curul. Seguidamente, con el segundo gobierno
aprista, Javier Barreda tiene el inmenso honor, como oportunidad en la gestión
pública, de ser vice ministro. Primero de Vice Ministro de Promoción del Empleo
y Capacitación Laboral, luego fue Vice Ministro de Desarrollo Social. En los 5
años del segundo gobierno de Alan García, Javier demostró lealtad al gobierno
constitucional, pero también demostró que era un demócrata cabal y un político
de consensos. Con mucha razón, porque todos los gabinetes del segundo gobierno
de Alan fueron con minoritaria participación de destacados dirigentes apristas.
Por consiguiente, la mayoría de ministros eran independientes o de otros grupos
políticos democráticos. En esos años, Javier entabló una amistad con Mercedes
Aráoz que fue ministra independiente en el segundo gobierno de Alan García. Ella
fue quién lo invitó, en enero del 2018, para que sea Ministro de Trabajo,
cerrando el paréntesis. Luego del segundo gobierno aprista, Javier retomó la
cátedra en la Universidad Nacional Federico Villarreal como su pasión que era
escribir artículos y libros. En estos años Javier publica 3 interesantes libros
que son: “1987: Los límites de la
voluntad política”, “Contra historia
del Perú, ensayos de historia política peruana” (coautor) y “Historia y compromiso por el Perú: Homenaje
a la obra de Javier Tantaleán” (coautor al lado de destacados intelectuales
como María del Pilar Tello y Hugo Neira). Es dicha etapa es que lo conozco a
Javier porque mi pre y post grado lo hice en la Universidad Villarreal donde él
era un destacado catedrático en la Facultad de Ciencias Sociales como Jefe de
la Editorial de dicha Universidad desde julio del 2017 hasta el día que partió
hacia la eternidad de la historia, con el obvio interregno que fue Ministro de
Trabajo.
Como Ministro de Trabajo
tuvo un gran logro que fue el incremento del sueldo mínimo a S/. 930.00. Lo que
demuestra que su formación política, de democracia y justicia social, se vio
reflejada en esta medida que fue en beneficio del trabajador peruano.
Saben, valga lo reiterativo,
Javier siempre deseaba que la juventud aprista sea realizada en lo académico y
profesional. Es decir que sea profesional, con artículos y libros publicados,
con estudios en Maestría. Sinceramente, él como yo, entendíamos lo importante
de recuperar espacios en la batalla cultural que el Partido lo ha perdido desde
la muerte del gran maestro Luis Alberto Sánchez. Entonces, Javier sabía que yo
soy profesional, que siempre me publican artículos sobre política peruana e
internacional como historia, y que publiqué mi primer libro titulado “Medios de comunicación y política en el
siglo XXI. El poder tras bambalinas.” Para mediados del año 2017, le alcance
mi borrador de mi segundo libro que versa sobre la inmensa conquista que hizo
Julio César en las Galias. Me pidió un mes (razonable tiempo) para leerlo y
darme una opinión. Con inmensa gratitud recuerdo aquel sábado de agosto que
Javier me llamó para felicitarme sobre mi análisis político sobre la gesta de
Julio César en Galias. Me dijo que sí o sí, la Editorial de la Villarreal me
publicaría el libro, para mí es un inmenso honor que mi Universidad me haya
publicado mi segundo libro, y me dio una sugerencia, que me abrió a una amistad
de dos estupendas personas, que le escriba al doctor Hugo Neira para que él me
escriba el prólogo del segundo libro. Sin duda alguna, gracias a Javier conozco
y soy amigo del doctor Hugo Neira como de su esposa Claire. Lo cierto es que mi
segundo titulado “A la luz de la sombra:
De Bello Gallico” fue publicado por la Editorial de la Universidad Nacional
Federico Villarreal (UNFV), con prólogo del maestro Hugo Neira, y presentado en
el auditorio de la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la UNFV, en mayo
del 2018. Eternamente, le agradezco a Javier que diera tremenda oportunidad y
honor a un joven profesional villarrealino, de tan solo 28 años. Les seré, aún
más sincero, Javier no se quedó en las felicitaciones que he recibido en este
lustro, más bien, me dio la oportunidad de promocionarme como autor de un libro
de historia universal. Creo que, en ese aspecto, siempre le acompaño el
espíritu de Haya de la Torre.
Les contaré dos anécdotas
que recuerdo con aprecio y gratitud.
La primera es: “Renatto, siempre escribe artículos y
libros. Con eso, siempre marcarás la diferencia.”
La segunda es: “Renatto, al levantarme y leer mi Twitter,
siempre te leo. O es sobre el Partido o nos recuerdas la inmensa tragedia
perpetrada por Maduro.”
Con tristeza, recuerdo ese
infausto 3 de junio del 2019, cuando al desayunar y ver el programa matutino de
Butters, él anunció la partida física de Javier. Sinceramente sentí un vacío
porque se nos fue un gran aprista y demócrata a carta cabal. En la noche de ese
terrible día, con mi padre, asistí al velorio donde vi el inmenso aprecio de
amigos, compañeros y familiares que siempre le profesamos. ¡Totalmente lleno!
En conclusión, Javier
Barreda Jara fue un gran ser humano, gran padre, un buen esposo, leal amigo y
compañero, pero sobretodo, fue un demócrata a carta cabal y político de
consenso, respetado por muchos adversarios políticos del aprismo. Con mucho
respeto y fraternidad, solicito a la dirigencia partidaria un homenaje y
reincorporación póstuma porque toda su vida fue pensando en el APRA y en el
Perú.
Nunca olvidaré las
inagotables energías del gran Javier Barreda. Siempre será un privilegio haber
sido tu amigo. Siempre te apreciaré y te recordaré eternamente.
¡Hasta siempre, Javier!
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