viernes, 12 de julio de 2019

Barbaridades jurídicas en el Perú



Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de Políticas Públicas y Licenciado en Ciencia Política por la UNFV
Publicado el 10 de julio del 2019 en Mundiario

Escribo este artículo no por mis compatriotas que se dejan arrastrar por pasiones o por tontos odios sino como denuncia a la comunidad internacional de las barbaridades jurídicas en el Perú.
No conozco ni he votado, en las primeras vueltas de los años 2011 y 2016, por Keiko Fujimori, ni soy ni seré fujimorista, pero su prisión preventiva representa una terrible barbaridad jurídica porque, por vendettas políticas, en el Perú, primero te meten preso y luego te investigan. ¡Increíble! ¡De horror! ¡Puro fascismo!
Lo mismo querían hacer con el ex dos veces Presidente Alan García Pérez, pero él no permitió la burla y humillación de impresentables que no son nada ante la historia, la máxima ambición de Alan García era ser inmortal a través de la historia peruana.  
En el Perú, existe el recurso de casación que es visto por la Corte Suprema, pero dicho recurso aún no se ve por presiones mediáticas y de una ONG, llamada Instituto de Defensa Legal que es financiada por el magnate progresista George Soros –archienemigo del lúcido premier húngaro Víktor Orbán- y defensora de los terroristas marxistas de Sendero Luminoso ante cualquier proceso judicial dentro o fuera del Perú. Primero, hicieron sus viles jugadas para que un juez supremo se inhiba de ver la casación por la falsedad que era fujimorista, lo cual, no es cierto porque es un juez de carrera. Luego, el mismo día que se vería la casación de Fujimori, IDL – a través de un medio del cartel mediático progresista- publica como “primicia” un audio de otro juez supremo, que vería la casación, con el defenestrado juez supremo César Hinostroza, investigado por tráfico de influencias. Ahora, la progresía mediática y la ONG de Soros, en el Perú, IDL, han inventado un delito penal que es tener una conversación telefónica con el ex juez supremo Hinostroza. Se olvidan, muy convenientemente, que toda responsabilidad penal es individual.
No sé si Keiko Fujimori es inocente o culpable de recibir financiamiento de la empresa brasileña Odebrecht, pero merece –como cualquier peruano- ser investigada  minuciosamente sí, pero en libertad porque su prisión preventiva es una prisión política y representada en viles odios. En esto, nos parecemos a la Cuba castrista o a la Venezuela chavista. ¡Mucho cuidado!
A mis compatriotas les llamo a una reflexión. Si a una política que ha pasado dos veces a segunda vuelta y obtuvo 73 congresistas de 130 escaños, le están haciendo toda esta barbaridad, ¿qué no nos harían a nosotros que somos ciudadanos de a pie  y que no nos han votado millones de peruanos ni tenemos una bancada de 73 congresistas? Reflexionen que todos tenemos enemigos gratuitos que darían un universo para vernos humillados en prisión.
Yo sin ser fujimorista, alzo mi pluma –a nivel internacional- porque hoy será Keiko, mañana otro compatriota mío y pasado mañana quien les escribe.
¡No permitamos más barbaridades! Defendamos el equilibrio de poderes y el Estado de Derecho democrático.
¡Viva el Perú!

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