Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de
Políticas Públicas, Licenciado en Ciencia Política y catedrático nombrado en la
Facultad de Derecho y Ciencia Política de la UNFV
Publicado en El Montonero, con fecha 12-02-2024
El término ética, tan buscado
y necesario en la sociedad peruana, viene del griego antiguo “ethikós” que
traducido a nuestro idioma significa “relativa al carácter de uno” que a su vez
deriva de la palabra raíz “ethos” que significa naturaleza moral, aunque lo
cierto es que la ética y la moral son conceptos diferentes que lamentablemente
muchos ciudadanos lo confunden como sinónimos.
El concepto contemporáneo que
en la cátedra damos a la ética es que es una rama de la filosofía que analiza
el comportamiento humano en base a la dicotomía histórica entre el bien y el
mal. Por eso, se considera a la ética un concepto universal para toda la
humanidad. Por ejemplo, siempre será bien amar y honrar a los padres, pero
siempre será el mal acumular dinero, en base a métodos ilegales o no
convencionales, aunque la finalidad sea “buena.” Tres ejemplos clásicos que he
escuchado en mi vida: “Mi padre tiene cáncer, seré un ladrón para salvarle la
vida o mi madre tiene una enfermedad que le urge ser operada, estafaré a otras
personas o soy madre soltera, por mi hijo, será dama de compañía.”
Indudablemente, en estos tres
ejemplos encontrarán “justificación” para el robo, la estafa y la prostitución,
pero por más aparentes bonitos objetivos, estos ciudadanos tienen que perder la
dignidad y/o mentir. Por eso, como repito en mi cátedra en la UNFV, el primer
centro de formación o deformación es el hogar, no es el colegio ni menos la
Universidad donde la mayoría de alumnos ya son mayores de edad. Por eso, si los
padres y abuelos forman mal a las nuevas generaciones, estamos condenados que
el Perú siga siendo el país donde pones el dedo y sale el pus como dijo
magistralmente don Manuel González Prada a finales del siglo XIX.
El gran problema que afronta
la sociedad peruana, para ser justo todas las sociedades occidentales, es la
relativización del bien y del mal, la vil relativización de la ética. Por eso,
mi artículo Carpe Diem y la libertad, publicado el 6 de agosto del 2023, en
este prestigioso medio de comunicación virtual:
https://elmontonero.pe/columnas/carpe-diem-y-la-libertad ,
demuestra que lamentablemente los jóvenes viven en una absoluta relativización
de la moral, “todo vale por el viaje a Colombia o al Caribe” o “todo vale por
la operación para tener una mejor figura.” Lamentablemente en los hogares no se
ha enseñado a estas señoritas que la intimidad es un tema valioso, de elección
por un sentimiento, no un vil intercambio de placer por dinero. Además si
quieren tener dinero que se pongan a trabajar decentemente como call center o agentes
de seguridad o asistentes administrativos.
A modo de conclusión diré que la política
peruana seguirá podrida si en los hogares peruanos no se forma a los hijos y
nietos con ética y valores como la responsabilidad y la puntualidad. Por eso, la
política siempre es el reflejo de nuestra sociedad por más que haya peruanos
que se horroricen de sus políticos, deberían verse al espejo porque en “usos y
costumbres” son sus iguales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario