domingo, 9 de junio de 2019

El asesinato político de Alan García


Renatto Bautista Rojas
Maestro en Gestión de Políticas Públicas y Licenciado en Ciencia Política por la UNFV
Publicado el 21 de abril del 2019 en Estado Internacional

Extiendo mi pésame a toda la familia del Presidente Alan García por su deceso que me llenó de mucha consternación y tristeza.
Alan García tuvo el alto honor de ser dos veces Presidente del Perú. Luego de su primer gobierno hasta el día de su asesinato político, soportó un terrible cargamontón mediático con el malvado San Benito de “corrupto”. El Presidente García fue absuelto por la Corte Suprema, antes del auto golpe de Estado del 05 de abril de 1992, pero con el régimen autocrático fujimontesinista se le reabrieron todos los procesos ya absueltos y siguió la leyenda negra contra el APRA y García Pérez. La CIDH ordenó el cierre de esos arbitrarios procesos, lo cual Fujimori no hizo sino el Presidente interino Paniagua.
El caso de Alan García viola dos principios jurídicos importantes como la presunción de la inocencia, que todos lo tenemos en cualquier proceso judicial, y el debido proceso que ni, hasta el día de su asesinato político, se respetó porque primero le informaron que era un allanamiento de su casa y luego le dijeron que era una detención preliminar, sin enseñarle la resolución judicial.
¡Tremendas arbitrariedades pasaban en la URSS de Stalin, la China de Mao y la Alemania Nazi de Hitler!
Gustavo Gorriti, asalariado del filántropo progre George Soros, Domingo Pérez, alias Fiscal Guerrillero o Fiscal Plagiador de tesis de Maestría, y Martín Vizcarra, Presidente interino del Perú, están ahogados de sangre y como murió Robespierre, luego del asesinato de Danton, ellos así acabarán guillotinados como trataron al Presidente García, a la candidata Fujimori, al Presidente Kuczynski y al Presidente Alberto Fujimori. La sangre solo trae más sangre y la historia de la civilización Occidental lo ha demostrado.
Querían humillar al Presidente García, pero no lo lograron. Él sabía que querían su cabeza como trofeo de guerra y destruir moralmente al APRA, pero no lo lograron porque él siempre estaba un paso adelante.
¡Qué los absurdos odios, en el Perú, acaben porque no se construye carretas, colegios ni hospitales con odios si no con gestión pública!
¡Qué el asesinato político de Alan García generé mucha reflexión en mi generación, la de los veinte y picos!
 Ninguna muerte puede ser alegría de nadie que diga que cree en Cristo como Dios.
P.D.: Excelente que Federico Danton García Cheesman no haya recibido las hipócritas condolencias de uno de los agentes castrochavistas peruanos quien es Ollanta Humala. ¡Joven lúcido!

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