sábado, 6 de mayo de 2017

La dictadura venezolana y el silencio cómplice

Renatto Bautista Rojas
Licenciado en Ciencia Política por la UNFV
Publicado en Estado Internacional con fecha 06-05-17

La dictadura venezolana representa un largo proceso de híper centralización del poder político en manos del Presidente, sumado al copamiento chavista de todas las instituciones estatales, y sin olvidar, la existencia de grupos paramilitares chavistas, con licencia para matar, por ejemplo: Los Tupamaros.
La Constitución chavista de 1999 permitió la concentración de todo el poder político en manos de Hugo Chávez, sumando a las continuas reelecciones (años 2000, 2006 y 2012), la dictadura ya era una realidad. Luego, vino el fallido golpe de estado del año 2002, Chávez pudo eliminar de las Fuerzas Armadas a los militares que no le eran adictos, de esa manera, las Fuerzas Armadas son leales al chavismo.
Si no fuera por la muerte de Chávez, estoy totalmente seguro que él seguiría en el poder.
Hoy, Maduro es quien ha radicalizado la dictadura venezolana. Hace menos de un mes, el Tribunal Supremo (equivalente a la Corte Suprema) le quitó a la Asamblea Nacional de todas sus funciones; es decir, se perpetró un autogolpe de Estado. Esta terrible situación se junta con el proyecto de convocar una Asamblea Constituyente.
¡Increíble, Maduro dejará de lado la Constitución hecha por su maestro Chávez! La izquierda venezolana ha demostrado su gran angurria por el poder.
La dictadura venezolana se ha consolidado, por 18 años, gracias al silencio cómplice de muchos políticos, alrededor del mundo.
Lo más asqueroso de  toda dictadura es la existencia de presos políticos, sin duda alguna, Leopoldo López es el preso político más notable. Hoy, no sabemos ni donde está Leopoldo López, ni su estado de salud. Los abogados de Leopoldo, son imposibilitados de verlo. ¡Increíble, el nivel de maldad de la dictadura!
Todo el planeta sabe que Venezuela, por estos hechos y más, es una cruenta dictadura, pero el silencio cómplice es el mejor aliado del impresentable Nicolás Maduro.
El año pasado se formó una “Mesa de Diálogo” encabezada por el ex presidente colombiano Ernesto Samper y el ex presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero. Ellos siempre jugaron a pared con el dictador Maduro y la  “Mesa de Diálogo” terminó en una mesida olímpica.
Ahora que el PSOE, el partido de Rodríguez Zapatero, está a vísperas de elegir un nuevo Secretario General, sería válido dos preguntas: ¿Cuál es la posición del PSOE sobre Venezuela, Maduro es un dictador o es un demócrata? , ¿El PSOE apoya la postura del ex presidente Felipe González en condenar la dictadura venezolana o apoya la postura del también compañero Rodríguez Zapatero que juega a pared con el dictador Maduro?
Además, los tres candidatos a la Secretaria General del PSOE, Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi López deben decirnos su postura sobre la dictadura de Maduro.
Dejando de lado al PSOE, no dejaré pasar el gran silencio cómplice del Papa Francisco.
Soy católico practicante y me duele que el Papa no diga nada, ni haga nada contra la dictadura venezolana. Entonces, es cierto el adagio: “Peronista, no come a chavista”.
Va toda mi solidaridad con el hermano pueblo venezolano que lucha por vivir en democracia y libertad. ¡Increíble que en pleno siglo XXI, se luché por vivir en democracia!

Gracias a la izquierda, por darme un ejemplo más que en sus crueles dictaduras ustedes quitan al pueblo la democracia y la libertad. Son la peor tragedia que hemos afrontado, desde el triunfo de la mal llamada Revolución Rusa -en el lejano año 1917- y el fusilamiento, sin juicio de la Dinastía Románov.  

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