Renatto
Bautista Rojas
Licenciado
en Ciencia Política por la UNFV
Publicado en Estado Internacional con fecha 06-05-17
La dictadura venezolana
representa un largo proceso de híper centralización del poder político en manos
del Presidente, sumado al copamiento chavista de todas las instituciones
estatales, y sin olvidar, la existencia de grupos paramilitares chavistas, con
licencia para matar, por ejemplo: Los Tupamaros.
La Constitución
chavista de 1999 permitió la concentración de todo el poder político en manos
de Hugo Chávez, sumando a las continuas reelecciones (años 2000, 2006 y 2012),
la dictadura ya era una realidad. Luego, vino el fallido golpe de estado del
año 2002, Chávez pudo eliminar de las Fuerzas Armadas a los militares que no le
eran adictos, de esa manera, las Fuerzas Armadas son leales al chavismo.
Si no fuera por la
muerte de Chávez, estoy totalmente seguro que él seguiría en el poder.
Hoy, Maduro es quien ha
radicalizado la dictadura venezolana. Hace menos de un mes, el Tribunal Supremo
(equivalente a la Corte Suprema) le quitó a la Asamblea Nacional de todas sus
funciones; es decir, se perpetró un autogolpe de Estado. Esta terrible
situación se junta con el proyecto de convocar una Asamblea Constituyente.
¡Increíble, Maduro
dejará de lado la Constitución hecha por su maestro Chávez! La izquierda
venezolana ha demostrado su gran angurria por el poder.
La dictadura venezolana
se ha consolidado, por 18 años, gracias al silencio cómplice de muchos
políticos, alrededor del mundo.
Lo más asqueroso de toda dictadura es la existencia de presos
políticos, sin duda alguna, Leopoldo López es el preso político más notable.
Hoy, no sabemos ni donde está Leopoldo López, ni su estado de salud. Los
abogados de Leopoldo, son imposibilitados de verlo. ¡Increíble, el nivel de
maldad de la dictadura!
Todo el planeta sabe
que Venezuela, por estos hechos y más, es una cruenta dictadura, pero el
silencio cómplice es el mejor aliado del impresentable Nicolás Maduro.
El año pasado se formó
una “Mesa de Diálogo” encabezada por el ex presidente colombiano Ernesto Samper
y el ex presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero. Ellos
siempre jugaron a pared con el dictador Maduro y la “Mesa de Diálogo” terminó en una mesida
olímpica.
Ahora que el PSOE, el partido
de Rodríguez Zapatero, está a vísperas de elegir un nuevo Secretario General, sería
válido dos preguntas: ¿Cuál es la posición del PSOE sobre Venezuela, Maduro es
un dictador o es un demócrata? , ¿El PSOE apoya la postura del ex presidente
Felipe González en condenar la dictadura venezolana o apoya la postura del
también compañero Rodríguez Zapatero que juega a pared con el dictador Maduro?
Además, los tres
candidatos a la Secretaria General del PSOE, Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi
López deben decirnos su postura sobre la dictadura de Maduro.
Dejando de lado al
PSOE, no dejaré pasar el gran silencio cómplice del Papa Francisco.
Soy católico
practicante y me duele que el Papa no diga nada, ni haga nada contra la
dictadura venezolana. Entonces, es cierto el adagio: “Peronista, no come a
chavista”.
Va toda mi solidaridad
con el hermano pueblo venezolano que lucha por vivir en democracia y libertad.
¡Increíble que en pleno siglo XXI, se luché por vivir en democracia!
Gracias a la izquierda,
por darme un ejemplo más que en sus crueles dictaduras ustedes quitan al pueblo
la democracia y la libertad. Son la peor tragedia que hemos afrontado, desde el
triunfo de la mal llamada Revolución Rusa -en el lejano año 1917- y el
fusilamiento, sin juicio de la Dinastía Románov.
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