Fariseos políticos.
Renatto Bautista Rojas
Licenciado en Ciencia Política por
la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV)
Como
recordamos varias veces en el Nuevo Testamento se menciona a los Fariseos.
Ellos eran una facción religiosa-política del Judaísmo que practicaba “al pie de la letra” las escrituras del
Antiguo Testamento, pero dentro de su ser no había ni la fe ni el espíritu
religioso que ellos pretendían mostrar y
eso se probó cuando Jesucristo vino al mundo. Jamás los fariseos lo reconocieron
como Hijo de Dios. Otra característica de los fariseos es que ellos creían
tener la “verdad absoluta.” En
conclusión, los fariseos fueron unos hipócritas en el sentido religioso.
En
nuestra política, también existen Fariseos políticos. La pregunta es ¿Cómo
identificarlos? Sencillo, sólo es cuestión de observarlos y determinar sus
características comunes.
Primero,
los Fariseos políticos creen tener la “verdad absoluta” – al igual lo creían
los Fariseos en tiempos de Jesucristo – y si encuentran personas que discrepan
de la “verdad absoluta”, los insultan
de todas las maneras posibles. Su intolerancia es su sudor político. Su táctica
es la dicotomía, los Fariseos políticos son los “buenos” mientras que los demás son los “malos.” Dichos conceptos, son manipulados a favor de ellos.
Segundo,
los Fariseos políticos creen ser los dueños de la “moral” y de la “decencia.”
Para ellos, los demás son los conspicuos representantes de la “corrupción.”
Otra
pregunta valedera es ¿Quién determina a los culpables o inocentes en un juicio?
En
un Estado de Derecho, lo determina el Poder Judicial no los Medios de
Comunicación que representan a intereses empresariales ni los periodistas que
tienen su posición política bien definida por más que nos digan: “Somos independientes e imparciales.”
Ese es uno de los tantos embustes de los Fariseos políticos. Ni que decir de
los políticos que son Fariseos políticos porque ellos creen ser los adalides de
la “decencia” y “moral”. Su encanto por denostar que sus adversarios son “corruptos” debería ser su segundo
Título Profesional - claro si lo tienen – pero si se demuestra que uno de ellos
o uno de sus operadores políticos durante su gestión de gobierno (Presidencial
o Municipal) cometieron actos de corrupción, jamás lo admiten. Llegan al cinismo
político de afirmar que el Poder Judicial es manipulado por la “mafia.” Les recordamos que el Perú es
un Estado de Derecho; por lo tanto, si no estás de acuerdo con una Resolución
Judicial puedes apelar a la instancia siguiente que sería la Sala Superior o la
Sala Suprema; luego de la apelación denegada, existe la posibilidad de apelar
al Tribunal Constitucional y en caso final pueden llevar la demanda a fueros
internacionales.
Tercero,
nos hablan de la “pobreza” y de los “explotados” pero ninguno de los
Fariseos políticos viven en pobreza más bien asistieron a Colegios Privados
como a Universidades Privadas (donde les forman políticamente) y su situación
económica siempre ha sido mejor que la mayoría de la sociedad. Su discurso
político es contradictorio con su forma de vida.
Cuarta,
los especialistas en clientelismo político son los Fariseos políticos. Para
obtener más votos, no escatiman ningún gasto a través de almuerzos, cervezas y “actividades recreativas.” De esta
manera, establecen una red de clientelismo político, pero a la vez denuestan
que sus adversarios políticos son “corruptos.”
Les
pregunto: ¿Es corrupción quién recibe prebendas de toda índole para dar su voto?
Dime cuál es tu alarde para decirte de qué pie cojeas.
Además,
¿Cómo sus adversarios políticos pueden demostrar que ellos no son los “corruptos”? Si los benefactores del
clientelismo político no les dan ni una oportunidad de escuchar y/o leer sus propuestas.
Quinto,
los Fariseos políticos también se muestran como eruditos u “hombres académicos”; por lo cual, han construido eufemismos para
asolapar su cinismo político. En nuestra historia reciente, no llaman
terroristas a Sendero Luminoso sino el “Partido
Comunista del Perú por el Sendero Luminoso.” Afirman que durante el período
(1980-1992) el Perú se desarrolló un “conflicto
armando interno”; en lugar; de decir que todos los peruanos padecimos miles
de asesinatos ocasionados por la insania de Sendero Luminoso. Ni que decir del
término “Terrorismo de Estado”, lo
más risible que escuché desde mi infancia. Sendero Luminoso perpetro el
terrorismo contra todos los peruanos, ellos iniciaron una guerra contra la
democracia recién instaurada en 1980 y siguieron perpetrando el terrorismo
contra los siguientes gobiernos constitucionales. Si tan “revolucionarios” fueron ¿Por qué no iniciaron su insania y
genocidio durante el período de la
dictadura militar (1968-1980)? Respuesta del millón, la dejaremos a sus
herederos.
Para
identificarlos, hagamos un breve repaso de nuestra actualidad nacional como
internacional:
Los
Fariseos políticos los encontramos en personas que afirman defender los
derechos humanos pero ante la constante violación de dichos derechos en
Venezuela; siendo el mejor caso el arresto político de Leopoldo López, ni una
palabra. Los Fariseos políticos son unos hipócritas.
Nunca
critican a sus pares políticos ni ideológicos; por dicha razón, el gobierno de
Maduro no padece sanciones económicas ni políticas que todos los países
democráticos deberían imponerles. El silencio cómplice es casi mundial; al
grado, que Venezuela ha vuelto a tener un asiento en el Consejo de Seguridad de
las Naciones Unidas (Venezuela tuvo ese asiento en los gobiernos constitucionales
de Acción Democrática).
Los
Fariseos políticos sí hacen marchas contra la Ley del Régimen Laboral Juvenil
(no estoy defiendo la citada Ley) pero no hacen marchas contra los casos de
corrupción del actual gobierno como el de Martín Belaúnde Lossio y de Óscar
López Meneses. Ni que decir de su gestión municipal saliente de Lima, no hacen
marchas contra el alza del Metropolitano. Más de su cinismo.
Hagamos
un repaso de la historia mundial para encontrar más Fariseos políticos:
Los
Fariseos políticos les encanta hablar de los muertos ocurridos durante las
dictaduras de los Somoza en Nicaragua como de los Duvalier en Haití, pero jamás
hablan de los millones de muertos ocurridos durante las dictaduras comunistas
(dirán no existió el comunismo, pero dichos partidos políticos se autodenominaban
comunistas) de Stalin en Rusia, de Mao en China y de Pol Pot en Camboya.
Basta
de tantos Fariseos políticos, la verdad como la moral o la decencia no es
exclusiva de ningún grupo político ni de ninguna persona. Los Fariseos
políticos son los mayores hipócritas en nuestra política, nos tienen
acostumbrados “a las rasgaduras de sus
vestiduras”, pero jamás reconocerán que ellos tienen errores mayúsculos;
por no decir, horrores políticos.
Todos
debemos tener la oportunidad de defender nuestras propuestas y/o ideas
políticas – tanto oral como escrita- si no de que espíritu democrático hablan
ellos. La democracia implica un debate académico y político alturado.
Bienvenido
el debate académico y político.
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