Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de
Políticas Públicas, Licenciado en Ciencia Política y catedrático nombrado en la
Facultad de Derecho y Ciencia Política de la UNFV
Publicado en El Montonero con fecha 30-10-2023
El diccionario de la Real
Academia de la Lengua Española define a la ética de la siguiente manera: “Conjunto
de normas morales que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la
vida.”
Considero que la ética se ha
perdido en la administración pública porque hay funcionarios que creen que
tener un “alto cargo” los convierte en amos y señores donde dicha institución
termina siendo un castillo feudal impenetrable a cualquier elemento, incluyendo
la Constitución como las leyes. Indudablemente, estos funcionarios no tienen
nada de ética en su desempeño profesional. Este artículo está basado en un país
ficticio llamado Coruscant, cualquier coincidencia con la realidad representa
la imaginación del lector.
Uno de los tantos ejemplos de
los castillos feudales en el Ministerio Público que tiene dos funciones
importantes: Investigar los hechos que revisten de carácter delictivo y
sustento de la acción penal pública. Estas dos funciones no siempre se han
cumplido por los ocupantes temporales de los castillos feudales: Un ejemplo, es
un fiscal superior que una semana antes de la segunda vuelta presidencial en
Coruscant no intervino a una presunta organización criminal so pretexto “no era
el tiempo indicado” y ante las visitas misteriosas en una casa de media clase
que el supuesto ganador de esa controversial segunda vuelta presidencial
recibía, este fiscal supuestamente anticorrupción dijo que no veía nada
irregular. Un segundo ejemplo, es cuando los fiscales no aceleran ni resuelven
en el debido tiempo carpetas fiscales relacionadas a delitos como la estafa o
la trata de menores de edad, parece que estos fiscales tienen miedo en imponer
la ley. ¿Para que estudiaron derecho y postularon a esta función pública si tienen
miedo a enfrentarse a los corruptos?
Otro ejemplo de los castillos
feudales es la Policía Nacional donde generales y coroneles se desviven por
robar mas gasolina como tener hijos con diferentes mujeres en diferentes
localidades del país Coruscant, como si estas terribles situaciones fueran un
premio. Parece que estos funcionarios, al iniciar su carrera, no entendieron la
grandeza de Alejandro Magno, Julio César y Napoleón, solo viven en el corto
plazo. Un caso terrible vemos en una denuncia periodística (julio 2011) tomada
por un prestigioso periódico capitalino de Coruscant donde alumnas de la
escuela subalterna de nombres Susana, Graciela, Christina y Claudia denunciaron
a un entonces mayor PNP por acoso sexual, pero hoy el presunto acosador ostenta
el grado de coronel. Una pregunta que cae como la manzana por la gravedad es:
¿A cuántas alumnas más habría acosado sexualmente?
Otro ejemplo de castillos
feudales es cuando los alcaldes permiten que inquilinos morosos expulsados, de
acuerdo con ley, de las casas que ocupaban, vivan en calles principales como si
fueran nómades del Desierto de Sahara. Parece que estos alcaldes desconocen que
el monopolio legal de la violencia lo tiene el Estado.
Indudablemente, estos pésimos
funcionarios públicos actúan mal porque no tienen ética en su función
profesional por eso se creen amos y señores de los castillos feudales, pero el
mal no es eterno ni en Coruscant ni en ningún otro país, algún día enfrentaran
la justicia terrenal que es lenta, pero severa con el corrupto sumado a la
justicia divina que será más severa y eterna respecto a la justicia practicada
por los mortales.
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