Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de
Políticas Públicas, Licenciado en Ciencia Política y catedrático nombrado en la
Facultad de Derecho y Ciencia Política de la UNFV
Después de la desintegración
de la Unión Soviética, Ucrania es un Estado de pleno de derecho que tiene autonomía
política para tomar sus decisiones, entre ellas las adhesiones a los tratados
internacionales que como Estado soberano lo pueda hacer sin la interferencia de
otro Estado es decir el derecho a la libre autodeterminación como el respeto
irrestricto a las fronteras como a la soberanía nacional son principios
fundamentales del derecho internacional, quien no lo quiera entender por más
que se llama “defensor de los valores y tradiciones de Occidente” es un vil
traidor, le preguntó retóricamente: ¿Si en lugar de ser Ucrania, fuera el Perú
que harías? ¿Seguirás en el innoble papel de ser defensor del gobernante ruso?
Aunque sueno obvio, me detendré
en decirlo, no defiendo Ucrania porque tenga algún interés económico en dicho
país ni conozco Ucrania, de seguro Zelensky -como actor cómico fue un simplón-,
pero eso no quita que la resistencia ucraniana está superando la supuesta
intervención de 10 días que ya está durando más de 12 meses es decir el fracaso
del régimen de Putin es terrible sobretodo desde el ángulo militar ya que no
pueden tomar Kiev.
Si alguien que se autoproclama
“conservador” dice que Putin “defiende valores y tradiciones de Occidente” hay
que recordarle que los rusos no son occidentales sumado a que el régimen de
Putin apoya y patrocina a dictaduras antioccidentales como la de Diaz Canel,
Maduro y Ortega es decir estos “conservadores” tienen como “compañeros de
aventura” a tres confesos dictadores que ideológicamente piensan distinto a
ellos. Por ahí leo a unos maniqueos que
dicen que “Cuba y Venezuela ya están perdidos.” Risible, eso pasa solo por
escribir cualquier cosa en las redes sociales. A estos “conservadores” ermitaños
les hago recordar las palabras de San Juan Pablo II ante su primera visita en
Varsovia, la época de la dictadura totalitaria soviética en toda la Europa del
Este:
“No se resignen al triunfo del
mal.”
Lo mismo lo parafraseo a estos
maniqueos prorrusos que justifican su aberrante filiación con un dictador que
apoya a 3 dictadores ideológicamente opuestos, aunque eso de “opuesto” es más
bien un supuesto porque en política vale las acciones, más que las palabras.
Por dicha razón considero que es importante lanzar el reto a cualquier agente
del régimen autoritario ruso a debatir sobre la guerra ruso – ucraniana y sus
consecuencias para la sociedad globalizada del siglo XXI.
A modo de conclusión,
considero que la defensa de Ucrania -sus fronteras y soberanía- es el deber de
todo creyente del Estado Social y Democrático de Derecho.
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