Renatto
Bautista Rojas
Magíster
en Gestión de Políticas Públicas y Licenciado en Ciencia Política por la
Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV)
Publicado en Mundiario con fecga 01-04-2020
La actual Ley
Universitaria N° 30220 pone un absurdo límite, de 75 años, para ser catedrático
en cualquier Universidad peruana. Es algo desproporcionado porque para ser
catedrático, según la actual ley, debes tener –como mínimo- grado de Magíster y
–mínimo- 5 años como titulado profesional. ¡Seamos justos! Es un despropósito
porque se está eliminando, como lamentablemente ha sucedido en las
Universidades públicas San Marcos y Federico Villarreal- a catedráticos con
amplia experiencia. Por ejemplo: La Facultad de Derecho y Ciencia Política de
la Universidad Federico Villarreal ha perdido a dos catedráticos, por el límite
de edad, a pesar que ellos se encuentran muy bien salud y son lúcidos como
Víctor Taquia Vila, que fue fundador de la Facultad y es especialista en
derecho civil y cooperativismo sumado a que fue un exitoso Decano, y a Walter
Robles Rosales, especialista en derecho constitucional y exitoso director de la
Escuela Profesional de Derecho. ¡Esa experiencia es muy difícil de encontrar!
¿No?
Otro argumento es que
somos pocos los peruanos que tenemos el grado de Magíster, no creo que ni
llegamos a ser el 5% de la población, sumado a que un sueldo de catedrático no
es muy interesante que digamos porque se desalienta a la investigación
académica. Seamos, aún más sinceros, existen muchos catedráticos que no
escriben libros y eso se ha permitido por muchos lustros.
La solución es que el
nuevo Congreso aprueba una ley donde se borre el límite de la edad para ser
catedrático y que se estipule que los catedráticos, mayores de 75 años, se
hagan exámenes anuales para demostrar que están óptimos para enseñar. Además,
¿por qué no?, en esta nueva ley se permita que los docentes separados, por el
límite de edad, sean reincorporados a sus Facultad en la categoría que les
corresponda (principal, asociado o auxiliar). Es un pésimo lujo que nos damos,
al no contar con catedráticos, mayores de 75 años pero que están bien de salud
y son lúcidos. ¡Perdemos valiosas experiencias académicas!
Confió que el Congreso
de la República haga propio este reclamo en bien de la Universidad pública
peruana.
¡La educación
universitaria es lo primero!
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