viernes, 4 de abril de 2014

Cayo Julio César, quién bordeo los límites de lo imposible.


Cayo Julio César, quién bordeo los límites de lo imposible.

Renatto Bautista Rojas
Licenciado en Ciencia Política por la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV)


Mis dos últimos artículos fueron sobre la República de Roma (509 a.C. hasta el 27 a.C.); específicamente, sobre Cincinato; quién fue Cónsul y dos veces dictador de Roma, salvándola primera de una guerra contra los eucos y luego de la conspiración del patricio Espurio Melio. Él demostró que cumplió con cabalidad su deber político como Dictador y al solucionar los conflictos, devolvió sus poderes dictatoriales al Senado.

El más reciente artículo fue sobre Mitrídates VI; quién fue rey de Ponto y fue un terrible enemigo de Roma – se enfrentó en batalla contra Sila, Lúculo y Pompeyo. Él emprendió 16 años de guerra no prolongada contra Roma, el final de estos conflictos fue con su suicidio en el palacio de su hijo Farnaces.

En esta oportunidad escribiré sobre Cayo Julio César (100 a.C. – 44 a.C.). Me permitiré una licencia, siempre menciono los años de nacimiento y muerto de los personajes que escribo para situarnos en su línea histórica de tiempo no por un afán de memorizarnos las fecha.

Julio César nació y creció en una etapa de expansión política y económica pero bajo una turbulencia política entre las disputas del poder entre su tío Mario y Sila, finalmente Sila se impuso y estableció una dictadura personal.

La república de Roma ya no era el pequeño país que dominaba sólo el centro de la península Itálica sino era una república que dominaba los territorios de la península Ibérica, la península Itálica, gran parte de la península Balcánica, parte importante del norte del África Occidental y el Asia Menor. Significaba que Roma debería cambiar sus estructuras políticas y sociales, además surgió una clase comerciante que era hegemónica en el Mediterráneo pero que no tenía muchos derechos políticos en contraposición de los patricios. En conclusión, vientos del cambio tendría que llegar a Roma para cimentar o no su expansión territorial.

El primer éxito político de Julio César fue su alianza política con Pompeyo y Craso, hoy lo denomínanos Primer Triunvirato. Este pacto es importante porque le devuelve una eventual tranquilidad a la sociedad romana que vivió años de guerras civiles. Para asegurar este pacto Julia; quién fui hija de Julio César, se casó con Pompeyo.
Pompeyo se quedaría como el administrador de Roma, Craso administraría las ricas provincias del Oriente y Julio César sería el administrador de la Galia Cisalplina.

Julio César emprendió la conquista de la Galia (hoy Francia), dicha guerra se inició desde el 58 a.C. hasta el 49 a.C. Él demostró su genio como estratega ha derrotar a las fieras tribus galas,  ha llegar sus legiones hasta el rió Rhin y hasta el rió Támesis.


Mientras Alejandro Magno dio marcha atrás tras el amotinamiento de sus tropas en el río Beas (actual India) y Napoleón retrocedió tras el incendio provocado de Moscú, Julio César entendió que entablar campañas pasando los ríos Rhin y Támesis sería demasiado peligroso.

Este aspecto me detiene en un análisis de la estrategia,  muchos pudieran decir que Julio César fuese timorato pero él no demostró ese sentimiento sino actuó con prudencia. Si hubiese iniciado una campaña miliar pasando esos ríos tal vez él hubiera muerto y su carrera política y su legado en la inmortalidad de la historia quedaba en esas lejanas tierras.

Volviendo a Roma, el pacto político feneció tras la muerte de Julia ha dar a luz en el 54 a.C. y tras la muerte de Craso frente a los ejércitos de los partos en 53 a.C. La facción conservadora y republicana en el Senado de Roma denominada optimates persuadió que Pompeyo que tenía que romper su pacto político con Julio César.

El paso del rió Rubicón por Julio César y sus legiones, la huída de los senadores optimates con su nuevo líder Pompeyo hacia Grecia, la derrota de las legiones de Pompeyo en Hispania (hoy España) por Julio César y la victoria de Julio César en la batalla de Farsalias (48 a.C.) que significo el triunfo total de Julio César como amo de indiscutible de la República de Roma fue por la acumulación de errores de Pompeyo en su carrera política:

Primero, tras el triunfo de Pompeyo frente a los piratas que asolaban el Mediterráneo (66 a.C.) Él licenció a sus legiones; es decir, perdió militares leales a él y expertos en batalla.  Julio César tras su triunfo en las Galias no licenció a sus legiones más bien ellas decidieron afrontar una nueva guerra civil en defensa de lo que ellos creían que era correcto, el liderazgo indiscutible de Julio César en Roma.

Segundo, Pompeyo siempre afirmaba: “El que no está conmigo, está en mi contra.”  Mientras que Julio César afirmaba: “Quién no está en mi contra, está conmigo.”
A simple vista, estas frases serían un juego de palabras pero para políticos y generales tan experimentados como los dos, denota la visión que tenían. Mientras que Pompeyo era más obtuso y confrontacional, Julio César era más abierto ha ganarse el apoyo y la confianza de personas que si bien es cierto no fueron partidarios iniciales de él pero que por no existir grandes diferencias pudiera trabajar a su lado.
La política implica en algunos momentos ser confrontacionales pero también implica buscar el diálogo y el consenso cuando se decide construir un nuevo orden como lo hizo Julio César y lo terminó su sobrino nieto el Emperador Augusto.

El punto culminante de Pompeyo fue su huida a Grecia, ahí formo un senado con los optimates que en lugar de reclutar soldados para formar nuevas legiones se enfrascaron estos senadores en discusiones bizantinas que les hicieron perder la noción de la época que vivían que ya no era la del gobierno formal sino de un gobierno llamemos rebelde y en franca caída y huida, tras la victoria de Julio César frente a las legiones de Pompeyo en la Hispania. Julio César siempre fue clemente con sus adversarios que se enfrentaron a él en batalla, al rendirse (tal vez por cálculo político) decidieron engrosar las legiones de Julio César y él de primeras aceptó más soldados experimentados en sus legiones.

Julio César pudo construir una misma alma entre él y sus legiones lo que no puedo hacer Pompeyo con los optimates y sus tropas en Grecia; por estas razones, la batalla de Farsalia fue el resultado de los errores acumulados en su carrera política de Pompeyo más el genio estratega de Julio César.

Creo que todas estas razones demuestran bien que Cayo Julio César fue quién bordeo los  limites de lo imposible hasta antes de su muerte lo demostró. Según el historiador sueco Carl Grimberg:

“Según Plutarco, César tenía intención de someter a los partos hacia el Mar Caspio, considerado entonces como una ensenada del océano. Al regreso, pensaba atravesar las estepas al norte del mar Negro para atacar a los germanos por retaguardia y someterlos al poder romano. De esta manera, el imperio de Roma quedaría rodeado por el océano, salvo al sur, donde terminaba en los desiertos de Sahara y Arabia.”[1]

Sabemos bien que el 15 de marzo del 44 a.C. Julio César fue asesinado por una conjurada de senadores que consideraban que él se proclamaría Rey. A la luz de la historia, el magnicidio no significo una vuelta al tradicionalismo de los valores de la República más degeneró en una guerra civil donde Augusto (sobrino nieto y heredero de Julio César) vencería en el Combata de Accio ha Marco Antonio y Cleopatra. Augusto concentraría en sus manos todos los poderes tanto el religioso como Sumo Pontífice, el político y el militar como imperator (comandante en jefe del ejército). El proyecto político iniciado por Julio César fue terminado exitosamente por su sobrino nieto Augusto.

Bibliografía:

“Historia Universal. Tomo 8 Julio César.” Autor: Carl Grimberg. Edición: Sociedad Comercial y Editorial Santiago (1987)
“Julio César. El proceso clásico de la concentración del poder.” Autor: Jerome Carcopino. Ediciones: Rialp S.A (2004)
“Los comentarios sobre la guerra de las Galias” Autor: Cayo Julio César. Obras Completas. Editorial Greeds.





[1] Historia Universal Tomo 8 Julio César. Autor: Carl Grimberg. Edición: Sociedad Comercial y Editorial Santiago (1987).  

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