Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de Políticas Públicas, Licenciado
en Ciencia Política y catedrático nombrado en la Facultad de Derecho y Ciencia
Política de la UNFV
Publicado en El Montonero, con fecha 23-09-2025
Volviendo
de nuevo con su Santidad Juan Pablo II, el último gran Papa de la Iglesia
Católica por su inmensa lucha contra los dos demonios expandidos por el hombre
en el siglo XX, me refiero a las dos ideologías primas hermanas: El nazismo y
el comunismo, dicho Sumo Pontífice católico escribió la encíclica “VERITATIS
SPLENDOR”, el 6 de agosto de 1993, que versa sobre el enfoque moral que la
Iglesia Católica ha mantenido como tradición en estos siglos de vigencia.
En
la página 15, Juan Pablo II escribió lo siguiente:
“Es
necesario que el hombre de hoy se dirija nuevamente a Cristo para obtener de él
la respuesta sobre lo que es bueno y lo que es malo. Él es el Maestro, el
Resucitado que tiene en sí mismo la vida y que está siempre presente en su
Iglesia y en el mundo.”
En
tiempos de relativismo moral, por culpa de la mentada Escuela de Frankfurt,
donde se nos vende la falacia que el bien y el mal pueden ser deformados al
antojo del ser humano, es válido entender que el bien y el mal son términos
absolutos sumado a que quien otorga ese concepto es Dios solo por Dios podemos
comprender que el bien es el bien como el mal es el mal. Nosotros no podemos
dejarnos seducir por un curso de ateos y relativistas que venden la falacia que
todo depende de la coyuntura. ¡Craso error del humano!
En
la página 37, Juan Pablo II escribió lo siguiente:
“Los
primeros cristianos, provenientes tanto del pueblo judío como de la gentilidad,
se diferenciaban de los paganos no solo por su fe y su liturgia, sino también
por el testimonio de su conducta moral.”
Siempre
digo en mis cátedras de Ciencia Política de la UNFV que el cristianismo niceo
(católico) le ganó la guerra al paganismo porque tenía una moral superior
además ofrecía un potente significado de existencia mientras el paganismo era
mayormente hedonista es decir sin objetivo de la vida. Indudablemente, existió
también una convergencia de la moral estoica con la moral cristiana por eso
algunos griegos cultos terminaron siendo cristianos. ¡La cualidad siempre
supera al placer!
En
la página 125, Juan Pablo II escribió lo siguiente:
“La
raíz del totalitarismo moderno hay que verla, por tanto, en la negación de la
dignidad transcendente de la persona humana, imagen visible del Dios invisible
y, precisamente por esto, sujeto natural de derechos que nadie puede violar: ni
el individuo, ni el grupo, ni la clase social, ni la nación, ni el Estado.”
Las
ideologías totalitarias, comunismo y nazismo que fueron combatidas frontalmente
por Juan Pablo II, siempre negaron la dignidad del ser humano por eso veían al
ser humano como instrumentos de sus maquiavélicos planes para tener el absoluto
poder. Por lo cual, Juan Pablo II nos hace recordar que la dignidad humana es
fundamental en todo ser humano, nadie ni nada lo puede borrar. Este fragmento
demuestra tremendo golpe que el Sumo Pontífice católico mandó a las dictaduras
comunistas que siguen en el poder.
A
modo de conclusión, considero que siempre debemos leer a Juan Pablo II porque
sus ideas como sus valores siguen vigente sobre todo en una terrible época como
de la relativización moral.
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