lunes, 4 de marzo de 2019

Dos grandes metas de Trump


Renatto Bautista Rojas
Maestro en Gestión de Políticas Públicas y Licenciado en Ciencia Política por la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV)
Publicado en Estado Internacional con fecha 03-03-2019

Primera meta: Desnuclearización de Corea de Norte
El 12 de junio del 2018 se realizó la primera cumbre entre el Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y el dictador comunista de Corea de Norte, Kim Jong-un, en Singapur que es un país – isla muy próspero gracias al capitalismo.
El presidente estadounidense logró, lo hasta ahora imposible, tener una cumbre con el dictador norcoreano. Como todos recordamos, el dictador norcoreano amenazó con una guerra nuclear, pero la decisión de Trump fue enérgica y dijo que si Corea de Norte atacaba, él la desaparecería de la faz de la tierra.
Trump es un buen negociador y logró que Kim retrocediera en su amenaza nuclear y que dialogue con él.
Si Trump hubiera sido del Partido Demócrata y se apellidaba Obama, no me cabe duda, que le hubieran concedido el Nobel de la Paz por tremenda hazaña que sus antecesores no pudieron.
El 27 y 28 de febrero del presente, se realizó la segunda cumbre en Hanói, capital de Vietnam otrora enemigo de los Estados Unidos.
Esta cumbre no tuvo altos resultados porque el Presidente Trump se retiró de la cumbre aduciendo que Corea de Norte exigía primero que Estados Unidos levante todas las sanciones económicas, para iniciar la desnuclearización total de la dictadura comunista. Me parece una acertada decisión porque Estados Unidos no puede dar un cheque en blanco a una dictadura comunista. No dudo que haya una tercera cumbre entre ambos mandatarios y Kim entienda que él debe ser el primero en ceder, para que Estados Unidos le garantice la estabilidad de su régimen como pasó con Vietnam.
Segunda meta: Fin de la narco dictadura socialista de Nicolás Maduro
Los Estados Unidos fueron los primeros en reconocer a Juan Guaidó como Presidente encargado de Venezuela tras la usurpación del dictador Maduro. Tras este acto, 50 países del mundo reconocen a Guaidó como el Presidente legítimo de Venezuela. Si Estados Unidos no hubiera tomado esta gran decisión, Guaidó estaría preso en una de las mazmorras de Ramo Verde.
Mientras Obama tuvo su idilio con el dictador Raúl Castro, el verdadero amo en Venezuela, y nunca dijo nada sobre la brutal represión emprendida por el narco dictador y usurpador Maduro contra los venezolanos, el gobierno de Trump está del lado correcto de la historia y de la libertad como principal valor en la Civilización Occidental. Trump cerca económica y diplomáticamente al usurpador, hace lo que no hizo Bush hijo ni Obama con la dictadura socialista venezolana.
Maduro sabe que puede tener un final como sus camaradas el rumano Nicolás Ceausescu o el libio Muamar Gadafi, o terminar en una fría celda en La Haya o exiliado en La Habana mientras sea gobernada por el anciano dictador Raúl Castro. El usurpador sabe que su final está cerca y que Trump le tiene en la mira.
No dudo que si cae Maduro, los siguientes en caer son el abusador sexual y sátrapa Daniel Ortega, el otro narcotraficante Evo Morales y el jefe de estos mafiosos que es Raúl Castro.
¡El día que caiga la dictadura socialista en Cuba, se escuchará un tremendo grito de libertad en todo el mundo!


Cuatro pinceladas peruanas


Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de Políticas Públicas y Licenciado en Ciencia Política por la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV)
Publicado el 26-02-2019

Primero: La anemia infantil sube, la pobreza aumentó 1% al irse PPK, no se construye hospitales, desde julio del 2011, no se construyen carreteras ni centrales hidroeléctricas, no se combate los huaycos en la sierra sur ni en Tumbes; es decir, la gestión pública, del interino Vizcarra, es una nulidad, pero un sector significativo de la población acepta a este gobierno. ¿Cómo se explica ésto? Las decisiones del elector peruano son pasionales o subjetivas, para nada racionales. ¿Tal vez el C.I. de 85, como dicen investigaciones extranjeras sobre nuestra sociedad, sea el factor que el elector peruano sea muy pasional? Ojo que el promedio normal del C.I es 100.
Segundo: El Perú es un país de mayoría católica y evangélica, pero esta inmensa mayoría no hace nada para evitar que el gobierno del interino Vizcarra siga implementando la nociva ideología de género que pretende la destrucción de la familia como de los valores y tradiciones de nuestra sociedad. Si los católicos y los evangélicos peruanos fueron como los brasileños; por lo menos, Vizcarra seguiría los pasos del Presidente brasileño, Jair Bolsonaro.
Tercero: La Nación peruana no entiende que el Acuerdo con Odebrecht es lesivo porque no revela la verdad del entramado de coimas que operó en el Perú por tres lustros. El Acuerdo con Odebrecht es tan nocivo como lo fueron la capitulación de Ayacucho de 1824, el Contrato Dreyfus de 1869, el Tratado de Ancón de 1883 con Chile y el Acta de Brasilia de 1999 que selló los límites con el Ecuador. Además, el monto dado por Odebrecht, S/. 610 millones de soles, será pagado en 15 años y ellos seguirán operando en nuestro territorio. ¡Tremenda vergüenza y traición al Perú!
Cuarto: El interino Vizcarra habla de lucha contra la corrupción, pero él tiene vínculos con el club de la construcción, empresa CASA ¿les suena?,  y pagó a la SUNAT una deuda de S/. 4’920,033.81 en el año 2017. ¿De dónde habrá sacado más de 4 millones de soles? Un embajador no gana tanto, anualmente.
Algún día la Nación peruana tendrá que despertar de este letargo, si es muy tarde, lo pagaremos caro y, por lo menos, quien le escribe no quiere que pasemos la tragedia que sufren los cubanos y venezolanos por dos longevas dictaduras socialistas.