lunes, 1 de julio de 2024

Una batalla cultural

 

Renatto Bautista Rojas

Magíster en Gestión de Políticas Públicas, Licenciado en Ciencia Política y catedrático nombrado en la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la UNFV

 

En agosto del año pasado, publiqué en este prestigio medio informativo virtual el artículo titulado Reflexiones sobre La Batalla Cultural (https://elmontonero.pe/columnas/reflexiones-sobre-la-batalla-cultural), un breve análisis del penúltimo libro del destacado politólogo argentino Agustín Laje. Este artículo partirá de un concepto inicial de este libro para terminar en una mayúscula reflexión.

¿Cómo defino el concepto de batalla cultural? Un conflicto entre dos bandos contrarios e irreconciliables que entienden que el ámbito académico, el de las artes, de la música y universitario es una superestructura vital para ejercer un control sutil sobre la sociedad debido a que estas variables manejan el inconsciente de los electores es decir quien triunfe en la batalla cultural tiene muy asegurado un triunfo electoral a mediano y largo plazo además podrá convencer a la mayoría de electores que su “relato político” es el correcto en la historia republicana, es un poco determinista, tal vez, pero observemos quienes triunfan electoralmente y mantienen el poder político por décadas, ya no es ni necesario mencionar sus nombres, pero aunque nos duela mucho, ellos sí han triunfado en batalla cultural, pero quiero volver con mi colega Laje sobre su definición de batalla cultural que lo podemos encontrar en la página 32 de su penúltima obra:

“Una batalla cultural tiene por fin la promoción de un cambio, o bien la resistencia al mismo, que tendría lugar fundamentalmente en la dimensión cultural de la sociedad.”

En la página 38 de su libro, Laje nos dice lo siguiente:

“La tercera característica de la batalla cultural es entonces, en resumen, ese elemento consciente que coloca al menos a un grupo frente a la intención de dirigir culturalmente a la sociedad, organizándose y actuando a estos efectos.”

Hace más de un siglo, equivocadamente el marxismo leninismo consideraba que la toma absoluta del poder era hacer la revolución para establecer la dictadura del proletariado, pero el primer experimento llevado violentamente a la realidad (Unión Soviética) fracasó y ya no existe desde la milagrosa noche del 9 de noviembre de 1989 que inició la caída del Muro de Berlín hasta la Navidad de 1991 que finalmente el Imperio soviético se disolvió. La historia del siglo XXI, irrefutablemente demuestra que ya no es necesario de hacer una revolución y establecer una dictadura totalitaria, en base a un terror policial, para tener el poder político sobre las mentes de los ciudadanos, solo basta con ser hegemónicos en la batalla cultural, por eso no sorprende para nada que las principales Universidades estadounidenses hayan sido tomado por protestantes que defienden a los terroristas de Hamás, pero no dicen ni una palabra de las cientos de mujeres secuestradas y violadas por estos psicópatas de Hamás, pero volvamos a la batalla cultural, con una pregunta en voz alta: ¿Qué harías si tienes un enemigo político que hace 3 décadas ha editado varias veces un libro contra tu líder llamándolo corrupto y actualmente han producido una película donde niegan el suicidio de tu líder?¡Sentido común! ¡No hay que ser un genio para darle respuesta! ¡Vamos, sí puedes pensarlo y decirlo! ¡Dar batalla cultural! ¿Cómo se da batalla cultural? Permitiendo, sin ninguna mezquindad, que se editen libros respondiendo lo escrito por tus acérrimos enemigos, pero cuando tirios y troyanos sufren de la enfermedad tan humana llamada mezquindad, jamás entenderán que un libro es una poderosa herramienta de lucha por la batalla cultural, es que estos pigmeos creerán que nadie leerá el libro o infantilmente creerán que están lanzando a un casi desconocido hacia la carrera parlamentaria, ya que la pluma es la arma más poderosa de la humanidad, yo les digo es mejor tener a un catedrático como un parlamentario que aun grupo de lisiados mentales que ni han redactado una tesis para una licenciatura, que balbucean tonterías sin base histórica ni filosófica, y que a sus edades no pueden demostrar públicamente un trabajo en planilla, pero calma que la batalla cultural sí o sí se dará porque la pluma es un arma más poderosa que una bomba atómica. A modo de conclusión diré que las batallas culturales se ganan, sin mezquindades, entendiendo que se combate ideas, no a personas, mas bien -aunque suene feo decirlo- las personas son instrumentos para que esas ideas sean imperecederas en la historia de la civilización humana, pero para aceptarlo como verdad se debe tener grandeza en retrospectiva.

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