Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de
Políticas Públicas, Licenciado en Ciencia Política y catedrático nombrado en la
Facultad de Derecho y Ciencia Política de la UNFV
Publicado en El Montonero, con fecha 1-04-2024
Claire Viricel, la esposa
del doctor Hugo Neira, siempre me dice que en mis artículos se promocionar a
los libros, sinceramente me gustaría que hagan lo mismo con los tres libros que
he escrito, pero más que promocionar me gusta reflexionar brevemente sobre
libros que valen la pena leer. Hace 3 semanas, en la librería Communitas compré
el libro titulado “La Segunda Guerra Mundial” que es una compilación de seis
libros de Churchill sobre el evento más terrible del siglo XX que fue la
Segunda Guerra Mundial (1939-1945) que enfrentó a los Aliados (Reino Unido,
Estados Unidos y la Unión Soviética) contra el Eje (Alemania Nazi, Italia
Fascista y Japón).
En este monumental libro,
Churchill con una gran pluma analiza como narra todos los sucesos que llevaron
al inicio de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) sobre todo esa política de
“apaciguamiento” emprendida por el entonces premier británico Chamberlain y el primer
ministro francés Daladier que mal pensaron que podrían “domesticar” al dictador
Hitler. Indudablemente, la política del acomodo siempre fracasa al mediano y
largo plazo -por más absurdas cesiones que se hacen- como la historia mundial
lo enseña. Siempre he creído que el único político que en esa época leyó “Mi
Lucha” del dictador Hitler fue Churchill porque en este libro, el dictador nazi
fue bien sincero en mencionar sus objetivos como el establecimiento de una
dictadura totalitaria, “vengar” a Alemania por la derrota en noviembre de 1918,
el odio genocida hacia los judíos y el denominado “espacio vital” alemán. Por
eso, cuando Churchill era un diputado conservador, en la década de los 30s,
siempre denunció la política de rearme de la dictadura nazi sumado a que atinó
sobre la amenaza que el nazismo representaba para las libertades políticas en
Occidente, en esa lógica, siempre he creído que era el líder necesario para el
momento más difícil en la histórica británica como europea además el camino a
la victoria sobre el Eje fue un recorrido de muchas derrotas como la conquista
nazi de Polonia, Dinamarca, Noruega, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo,
Francia, los Balcanes sumado a la campaña de Rommel en el norte de África y la
ofensiva japonesa en el Lejano Oriental. De seguro, algunos europeos habrían
pensado, para diciembre de 1941, que el Eje ganaría la guerra, pero felizmente
así no fue, entre una de las tantas razones fue el coraje y tenacidad de
Churchill en las horas más difíciles.
Siendo este libro de más
de 1000 páginas, me permito obtener tres citados importantes. El primero lo
encontramos en la página 259:
“Por
fin disponía del poder para dar órdenes sobre la totalidad de la situación. Me dio
la impresión de que caminaba con el destino y de que toda mi vida anterior no
había sido más que una preparación para este momento y ese desafío.”
Como escribí en líneas arriba,
considero que Churchill era el más preparado político para asumir el liderazgo
en las horas más difíciles de la historia británica. Como soy católico no me dejo seducir por la
“predestinación” ni llegue al grado de creerlo, pero lo cierto es que la
carrera política de Churchill lo llevaría a ser líder su Estado-nación.
En la página 323,
Churchill escribe una inmensa verdad que convenientemente es olvidada hoy:
“Hitler
y Stalin tenían mucho en común como dictadores y sus sistemas de gobierno
totalitario eran similares.”
Es cierto lo que escribió
Churchill, tan perverso fueron las dictaduras de Hitler y Stalin porque no había
libertades económicas ni políticas en Alemania ni la Rusia soviética, el
problema es que la deriva de mayo de 1968 lleva a solo despreciar al nazismo e
idealizar a la dictadura soviética cuando todo verdadero demócrata debería de
repudiar por igual a estas dos ideologías redentoras y totalitarias.
En la página 1028,
Churchill siendo bien frontal escribió lo siguiente:
“En
mi opinión, la amenaza soviética ya había reemplazo al enemigo nazi, aunque
todavía no existía ninguna alianza contra ella.”
Tras la derrota de la
Alemania Nazi, todos sabemos que la Rusia soviética impuso gobiernos títeres en
toda la Europa del Este a pesar que en la Conferencia de Yalta se había quedado
que en esos países tendrían que haber elecciones democráticas donde todos los
partidos políticos participen, pero la bota soviética se impuso en la Europa
del Este por 44 años, nunca los ciudadanos de esos países eligieron una
dominación soviética. Esta verdad, no es aceptada por todos -como repito- por
la deriva relativizadora que nos ha llevado los sucesos de mayo de 1968 en
París.
Los invito a leer esta
inmensa obra que son las memorias de un actor importante en la Segunda Guerra
Mundial, como fue Sir Winston Churchill, dos veces primer ministro británico y
Premio Nobel de Literatura.
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