lunes, 15 de abril de 2024

La Ley N° 31542

 

Renatto Bautista Rojas

Magíster en Gestión de Políticas Públicas, Licenciado en Ciencia Política y catedrático nombrado en la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la UNFV


Publicado en El Montonero, con fecha 15-04-2024

 

No me gusta estar siempre en las “mayorías” porque muchas veces por desconocimiento opinan de temas que no son de su conocimiento porque no se desempeñan en esa función. Me refiero a la actual Ley Universitaria que fue aplaudida por las “mayorías” cuando solo el 15% de peruanos han estudiado una carrera profesional de acuerdo a las estadísticas del INEI para noviembre del año 2020. ¿Cómo un 85% podría opinar de un tema que nunca ha estado directamente cercano en su vida? Esas son las incoherencias de la sociedad peruana. Como lo he sostenido en sendos artículos como alguna vez en mi cátedra, la anterior Ley Universitaria N° 23733, tuvo como una de sus ideólogos a un intelectual de fuste como Luis Alberto Sánchez en cambio la actual Ley Universitaria tuvo como “ideólogo” a un general en retiro (¡qué nada sabe de educación universitaria!) sumado a que en su aspecto familiar es un cero a la izquierda sino recordemos la violencia que sufrió por décadas su esposa y su hijo caído en el vicio de la droga, pero este general en retiro, quien jamás destacó ni en la lucha contra las hordas terroristas de Sendero Luminoso, pontificaba sobre la educación. Así es la sociedad peruana, llena de incoherencias. Indudablemente, no hay punto de comparación de Luis Alberto Sánchez con el general en retiro que jamás ganó ni una guerra. Lo cierto es que este señor puso un absurdo artículo que limitaba la edad para ser catedrático a los 70 años, antes que me olvidé, en el artículo N° 84 decía solo para las Universidades públicas. Evidentemente, nos encontramos con un espíritu discriminador, pero la clase política no dijo nada, guardaron silencio cómplice, pero poco a poco, el sentido común iba ganando la batalla: El Parlamento del periodo (2016-2019) reformó ese artículo, elevando la edad a los 75 años. ¿Por qué la edad es un tema importante en la cátedra universitaria?

En primer lugar, el trabajo del catedrático es intelectual es decir si sigues lucido puedes seguir enseñando hasta que la mente se mantenga óptima, segundo representan un cumulo de experiencia académica y profesional de décadas que no tenemos los catedráticos más jóvenes y tercero, en Europa Occidental -donde están las mejores Universidades del mundo- los mejores catedráticos son los mayores de 70 años por ese cúmulo de experiencia que dije en líneas superiores.

En la lógica argumentativa, creo que hizo muy bien el actual Parlamento en aprobar la Ley N° 31542 que elimina el limite de edad para enseñar en las Universidades y reincorporar a los docentes afectados por el nefasto artículo N° 84 de la Ley Universitaria, esta Ley fue promulgada el 14 de julio del 2022, me imagino que las Universidades Públicas tuvieron que hacer diversas gestiones ante el Ministerio de Economía para volver a tener estas plazas presupuestales como catedráticos nombrados. Un caso es de la UNFV, donde una primera plana de docentes fueron reincorporados a comienzos de febrero del año pasado y la segunda plana fueron reincorporados el 29 de febrero, no voy a entrar en detalles porque eso lo dejo para mis Memorias que lo pienso escribir de anciano, lo cierto es que hubo un Comité de Lucha formado por distinguidos catedráticos en la UNFV que lucharon por su reincorporación, resalto la tenacidad de los doctores Hugo Diaz Mauricio, Walter Robles Rosales, Teresa Cieza Lachos y Gonzalo Pareja Morillo. Algunos pigmeos, dirán que escribo este articulo en defensa de mis maestros universitarios y/o amistad, pero no pigmeo odiador, lo que aquí hago es por tres razones:

Primero, la pluma es el arma más poderosa del ser humano, sino te das cuenta deberías preocuparte y mucho.

Segundo, el Parlamento aprobó la Ley N° 31542 -en julio del 2022-, las leyes nos pueden gustar o no, pero en todo Estado de Derecho, las leyes se cumplen de manera irrestricta por todos los ciudadanos.

Tercero, los catedráticos jóvenes felizmente no pasaremos por un calvario de la incertidumbre e irrespeto de los derechos fundamentales que nos asiste al ser ciudadanos peruanos.

Indudablemente, los catedráticos reincorporados nos dejan un importante legado que trataré de siempre de honrar, hasta el último aliento

 

 

 

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