Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de Políticas Públicas, Licenciado
en Ciencia Política y catedrático nombrado en la Facultad de Derecho y Ciencia
Política de la UNFV
Publicado en El Montonero, con fecha 06-10-2025
Como
escribo en el título de mi artículo, a los adversarios se les gana en las
urnas, no con absurdas inhabilitaciones, que terminan siendo venganzas
políticas. Al adversario político se le confronta con ideas, jamás con
violencia. Al adversario político se le da batalla cultural como electoral por
lo que se le debe ganar en urnas, no con leyes. Indudablemente, el peor horror
de políticos es creer que una ola electoral se le vencería con una ola de
papeles porque la historia coloca todo en su lugar. En esta lógica
argumentativa, consideramos que es una venganza política del Foro de Sao Paulo,
al usar su brazo judicial, la condena a 27 años de prisión al ex presidente
brasileño Jair Bolsonaro, primero porque es un anciano de 70 años, sumado a que
él tiene secuelas del atentado terrorista que sufrió el 6 de septiembre del
2018, pero lo importante, desde un ángulo político, es que les guste o no,
Bolsonaro en dos elecciones presidenciales ha sido votado pro el 50% de los
brasileños es decir la vil sentencia contra Bolsonaro es una clara inhabilitación
política contra el 50% de electores brasileños además, hay que decirlo con
frontalidad, Bolsonaro nunca ha robado ni real ni ha veraneado en la casa de
playa comprada por una empresa investigada por el Departamento de Tesoro de los
Estados Unidos, a diferencia de su némesis político, Lula Da Silva que sí
estuvo preso por corrupción. Ya que escribo sobre el actual presidente
brasileño, diré que es el cabecilla del Foro de Sao Paulo, aliado de dictadores
socialistas como Diaz Canel, Maduro y Ortega, además en su tercera y actual
administración tiene cientos de presos políticos, gracias a su brazo judicial
ejercido por el controvertido juez De Moraes. Esperemos que los brasileños
tengan la frontalidad y lucidez para no amilanarse ante tremenda resolución
judicial, que no solo es contra Bolsonaro, sino que representa un mensaje de
amedrentamiento a todo brasileño para que no se enfrenten al poder autoritario
del Partido de los Trabajadores y de Lula Da Silva.
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