Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de Políticas Públicas, Licenciado en Ciencia Política y catedrático nombrado en la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la UNFV
Publicado en El Montonero, con fecha 9-09-2024
Hace 45 años, la política peruana tenia una clase política superior a la actual, me refiero en un sentido académico y profesional. Por ejemplo, en el APRA teníamos a Víctor Raúl Haya de la Torre, Luis Alberto Sánchez, Carlos Manuel Cox, Ramiro Prialé, entre tantas figuras descollantes del aprismo auroral que tuvieron un papel fundamental en la Asamblea Constituyente (1978-1979), en el Partido Popular Cristiano teníamos a Luis Bedoya Reyes, su líder fundador, Mario Polar Ugarteche, Roberto Ramírez del Villar, Felipe Osterling, etc., en el Partido Comunista teníamos a Jorge del Prado, en la Democracia Cristiana teníamos a su fundador Héctor Cornejo Chávez y en Acción Popular teníamos a Eduardo Orrego y Manuel Ulloa, de seguro se podría discrepar políticamente de estas figuras políticas, pero ningún peruano contemporáneo a ellos podía llamarlos ni corruptos ni ignorantes, como bien resalto en mi cátedra en la Escuela Profesional de Ciencia Política de la UNFV, en cambio hoy muchos peruanos podemos llamar a nuestra clase política, corrupta e ignorante absoluta en gestión pública. Lamentablemente, en el 2024, la frase del maestro Manuel González Prada: “donde pongo el dedo, sale pus”, es certera porque considero, a pesar de que no he hecho un trabajo de campo, que el nivel académico de la sociedad peruana se ha reducido notablemente. ¿Cómo puedo explicar esta tesis mía? El nivel de importancia que tuvo el APRA en el siglo XX demuestra que sus electores -mayoritarios de clase media y baja- files al aprismo, a pesar de las persecuciones genocidas que padecieron por dictaduras militares, lo eran porque leían los libros de los lideres del aprismo: Haya de la Torre, Sánchez, Cox y Seoane. Lamentablemente, hoy ninguno del actual elenco político peruano escribe libros ni tiene un rol importante en el mundo universitario como sí lo tuvieron los senadores apristas Luis Alberto Sánchez y Carlos Manuel Cox, además, aunque a la mayoría de los peruanos les incomodé aceptar esta verdad, nuestra clase política -que son astutos, ladinos y vivarachos, son el claro reflejo de los vicios de nuestra sociedad, donde para nada destaca el mundo académico ni de las letras y menos de las ciencias.
A modo de conclusión, manifiesto que el nivel de la política peruana se perdió desde el régimen fujimorista con esa vil satanización a los partidos políticos sumado a que se ha incrementado en este siglo donde se “premia” al tránsfuga como a la improvisación política que hoy desgobierna desde Palacio de Gobierno, primero con el golpista preso Pedro Castillo y hoy con su sucesora Dina Boluarte que es incapaz, a través de su Ministro de Interior, en atrapar al prófugo de la justicia, Vladimir Cerrón -no solo por ser el fundador de Perú Libre- además tiene el blindaje de algunos fiscales superiores como aquel inefable ex Coordinador “Anticorrupción” que una semana antes de la segunda vuelta presidencial del año 2021 no intervino a los Dinámicos del Centro porque “no era un tiempo conveniente.” Si cayera Cerrón, muchos “poderosos” también caerían.
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