Magíster en Gestión de Políticas Públicas, Licenciado en Ciencia Política y catedrático nombrado en la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la UNFV
Publicado en El Montonero, con fecha 23-09-2024
Ser profesional va más allá de las definiciones académicas o clásicas. En nuestra sociedad, donde con frecuencia se priorizan intereses subalternos y el acomodo personal, ser profesional implica asumir una postura ética y comprometida con el bienestar social, alejándose de complicidades ante la injusticia y la corrupción.
Un verdadero profesional no puede permanecer en silencio ante la estafa, la mentira, la perversidad o la ilegalidad disfrazada de buenas intenciones. Aunque una mayoría aparente, muchas veces desinformada, defienda falacias como verdades, es deber del profesional mantenerse firme, recordando que, como dice el adagio popular, "lo que empieza mal, termina mal". Ejemplos históricos sobran para ilustrar esta responsabilidad.
Tomemos como caso el régimen comunista y dictatorial de Nicolae Ceaușescu en Rumania (1967-1989), respaldado por un aparato burocrático que incluía a numerosos profesionales. Muchos de ellos, por miedo, optaron por guardar silencio ante las atrocidades del tirano. No fue hasta el final, cuando el pueblo rumano se levantó en insurgencia y el dictador, junto a su esposa Elena, fue arrestado y ejecutado tras un juicio sumarísimo por crímenes contra la nación, que se pudo poner fin a esa dictadura.
En la historia peruana del siglo XX también encontramos ejemplos de profesionales que marcaron una firme oposición ante regímenes autoritarios. Estudiantes y líderes de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos como Víctor Raúl Haya de la Torre, Jorge Basadre, Raúl Porras Barrenechea y Luis Alberto Sánchez, fueron protagonistas de la Reforma Universitaria de 1919 y enfrentaron abiertamente al régimen de Augusto Leguía, especialmente durante la histórica jornada del 23 de mayo de 1923, cuando se opusieron a que el Perú fuera consagrado al Sagrado Corazón de Jesús, un acto que favorecía la ilegal reelección de Leguía.
Estos destacados peruanos no dudaron en alzar la voz contra las tiranías de facto que amenazaban las libertades políticas. Su ejemplo nos recuerda que ser profesional implica asumir un rol activo en la defensa de la verdad y la justicia. Desde los primeros años como estudiantes, los profesionales deben ser firmes y valientes frente a la estafa, la mentira y la tiranía. Callar es ser cómplice. Alzar la voz, como lo hicieron Haya de la Torre, Basadre, Porras y Sánchez, es el verdadero deber de un profesional que busca el bienestar de su sociedad.