Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de
Políticas Públicas, Licenciado en Ciencia Política y catedrático nombrado en la
Facultad de Derecho y Ciencia Política de la UNFV
Publicado en El Montonero, con fecha 12-08-2024
Ante las elecciones
generales del 2026 en el Perú donde hay una angurria, en todos los espectros
electorales, por ser el próximo presidente de la República, por ejemplo en el
espectro del centro derecha ya se sabe que el ex presidente autoritario Fujimori
padre será el candidato sumado a las obvias candidaturas de López Aliaga y De
Soto mientras lo mismo pasa en el espectro de la izquierda más radical donde
todos quieren ser candidatos presidenciales desde el golpista Humala, el
prófugo de la justicia Cerrón y la Cenicienta política quien es Mendoza,
ninguno de ellos tiene un espíritu de grandeza de entender que se defiende
ideas, no caudillos, pero cada uno de estos candidatos, como otros de seguro,
se sienten predestinados por la historia. ¿Quién les habrá mentido?, pero si
hubo un grande en la historia republicana del siglo XX que tuvo espíritu de
grandeza, ese político fue el líder del aprismo, Víctor Raúl Haya de la Torre
(1895-1979). Recordemos dos elecciones generales: La del año 1945 y la
siguiente que fue del año 1956. En la elección de 1945, pudieron ser candidatos
Haya de la Torre, el líder del primer partido de masas, y el ex dictador
militar Benavides, pero se generó una convergencia nacional, donde el aprismo
fue la columna vertebral por su arraigo electoral, por lo que se decidió formar
el Frente Democrático Nacional que llevó como candidato presidencial al poco
conocido abogado José Luis Bustamante y Rivero, Haya de la Torre pudo
encapricharse, pero entendió que debía ser grande y esperar su momento
político, lamentablemente por diversas razones no resultó bien el gobierno de
Bustamante que acabó con el golpe de Estado del general Odría. Al final de la
dictadura militar de Odría, se dieron las elecciones de 1956 donde Haya de la
Torre y el aprismo -tras 8 cruentos años de persecución política- decidieron
endosar sus votos para garantizar las libertades políticas, hubo 3 candidatos:
Belaunde Terry quien estuvo resentido porque su padre no fue el candidato
presidencial del Frente Democrático Nacional en 1945, Lavalle que prometió un
Estatuto de partidos políticos pero en un plazo indeterminados y Prado
Ugarteche, el viejo enemigo del aprismo, que prometió firmar la ley de Amnistía
política el mismo 28 de julio de 1956, como todos sabemos el aprismo decidió
apoyar a Prado, dando un enorme ejemplo de desprendimiento político en bien del
Perú porque el Secretario General del Partido Aprista, Ramiro Prialé jamás
negoció cargos políticos, aquí se entabló un entendimiento político para que
cesara la persecución aprista y se garantizará las libertades políticas en el
Perú, jamás ningún líder del aprismo buscó un ministerio o una embajada, aquí
el Perú estaba sobre todo, Haya de la Torre, tanto en 1945 y 1956 pudo haber
llamado a un levantamiento popular, pero un rio de sangre no era su objetivo
sino preservar la democracia como la libertad en el Perú, situación difícil que
lo entiendan la clase política peruana del 2024.
A modo de conclusión,
creo que el Perú tiene un terrible escenario con la candidatura de la ultra
izquierda representada por el golpista Humala por lo que, no solo en el centro
derecha, sino en todo el espectro constitucionalista, entiéndase también el APRA,
el PPC y otros partidos, que a pesar de sus errores, sostienen la democracia
deberían hacer un enorme esfuerzo y hacer un Frente Democrático Nacional como
en 1945 que se paró al fascismo de la Unión Revolucionaria que llevó como
candidato al general Ureta, pero creo que la clase política peruana es
inmadura, espero equivocarme.
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