Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de
Políticas Públicas, Licenciado en Ciencia Política y catedrático nombrado en la
Facultad de Derecho y Ciencia Política de la UNFV
Publicado en El Montonero, con fecha 10-06-2024
El día que escribo este
artículo, es el mismo día que he visto la película titulada “One Life” con la
magistral actuación del maestro Anthony Hopkins como Sir Nicholas Winton.
Obviamente, la película se basa en la historia verídica de Sir Nicholas Winton
(1909-2015), un banquero británico de ascendencia judía, que tras el infame
acuerdo de Múnich (30 de septiembre de 1938), que terminó representando la
anexión de Checoslovaquia por parte de la Alemania Nazi, logró salvar a 699
niños de las garras de la infame dictadura totalitaria de Adolfo Hitler.
Indudablemente la historia de Sir Nicholas Winton nos hace recordar a otro gran
ser humano como Oskar Schindler (1908-1974) quien salvó a 1200 judíos
convirtiéndolos en obreros de su fabrica antes que acaben asesinados en un
campo de concentración nazi. Volviendo
con el protagónico del presente artículo, Winton realizo una hermosa acción
porque hizo el mejor bien -a mi entender- salvar la vida de seres humanos
desconocidos para él. Soy de la opinión que ese bien no es el hecho por la
mayoría de seres humanos en su vida porque fácil es hacer el bien a un
familiar, pero no a un ser humano que no tienes en común la sangre además
Winton demostró mucha fuerza al enfrentarse a un régimen totalitario como el de
Hitler. Winton por casi 5 décadas guardó el secreto de la bella obra que hizo,
hasta que su esposa descubrió un portafolio donde se documentaba con fotos y
nombres de los 699 niños salvados por su esposo. Por dicha razón, la BBC en un
conocido programa reveló al mundo, teniendo como invitado especial a Winton, la
tremenda hazaña de bien puro que hizo salvando la vida de 699 niños que para
ese momento ya eran adultos además un grupo de los niños salvados estuvieron en
la audiencia de dicho programa para demostrarle su agradecimiento. Entre esos
niños de 1938 se encontraban personajes con un gran prestigio como Leslie
Baruch destacada inmunóloga o Alf Dubs, diputado laborista o Renata Laxova
genetista pediátrica o Gerda Mayer poetisa, entre otros connotados personajes.
A modo de conclusión,
considero que el enorme legado de Sir Nicholas Winton sigue vigente sobre todo
cuando hay ciudadanos de Occidente, que mal creen el libreto de los regímenes
teocráticos de Irán y Qatar, que piden la eliminación del estado de Israel ergo
de sus ciudadanos. Estos ciudadanos occidentales, nacidos en la libertad, al
dar su apoyo público a la organización terrorista Hamás, que ha matado a
cientos de ciudadanos israelí y que hasta el día de hoy mantienen a ciudadanos
israelíes como rehenes, solo demuestran un gran desprecio por la libertad. Por
eso, considero que Occidente es la única civilización que diariamente se
dispara a los pies, el terrible ejemplo es de la Universidad de Columbia, donde
esos desorientados jóvenes universitarios piden un Holocausto segundo a toda la
nación israelí es decir le siguen el perverso juego a Irán, Qatar y a los
genocidas terroristas de Hamás. Indudablemente, el legado de Sir Nicholas
Winton es eterno porque el bien es el valor absoluto y supremo de la especie
humana.
“Quien salva una vida, salva
al mundo entero.” Mishná 4:5, del Talmud de los judíos.
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