Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de
Políticas Públicas, Licenciado en Ciencia Política y catedrático en la Facultad
de Derecho y Ciencia Política de la UNFV
Publicado en El Montonero, con fecha 23-08-2021
“El terrorismo en el Perú
lo inició la Marina, y eso se puede demostrar históricamente; han sido
entrenados para eso por la CIA.”
Dicho por Héctor Béjar,
ex Ministro de Relaciones Exteriores del Perú.
Por la enorme presión
ante estas infelices palabras de Béjar, él tuvo que renunciar a ser Ministro de
una cartera tan importante como el de Relaciones Exteriores. Indudablemente, es
un triunfo de la Marina como del espectro constitucionalista (izquierda
democrática, centro liberal y derechas), pero eso no significa que todo ha sido
resuelto porque el gabinete presidido por Bellido representa a todas las
facetas de las izquierdas marxistas (entiéndase la izquierda no democrática)
que hoy muchos llamamos castrochavismo por esa dependencia económica, logística
y romántica con las longevas dictaduras de Cuba y Venezuela. En esa línea,
Béjar como Cerrón (que para mi es el Vladimiro Montesinos de Castillo) son
peruanos de formación marxista (eso es su problema), pero con una clara
dependencia y vínculo con la dictadura cubana. Es conocido por todos que Cerrón
(sentenciado e inhabilitado por corrupción) estudió medicina en el territorio
de la longeva dictadura cubana.
Considero que Castillo (o
sus asesores, incluyendo a Cerrón) hacen mal en creer que ellos están
gobernando para sus electores de las dos vueltas presidenciales cuando, por lo
menos en la segunda vuelta, muchos de sus electores no son castrochavistas. En
lo personal, no creo que sean 8 millones de peruanos castrochavistas sino, en
su mayoría, electores que ven mal a la derecha y/o a la opción que representó
la candidata Fujimori, no me detendré en analizar esas causas de ese anti voto.
Lo también cierto es que
el actual Ejecutivo debe entender que gobernar al Perú implica consensos político
y que se actual hoja de ruta castrochavista no acabará bien para la Nación
porque el castrochavismo representa una deriva autoritaria y liberticida. Terrible
realidad fácil de demostrar en las crudas realidades en Cuba, Nicaragua y
Venezuela donde sus poblaciones tienen que soportar la perversidad de estas
dictaduras. Volviendo al Perú, el actual Ejecutivo debe entender que debe hacer
rectificaciones antes del voto de confianza, del jueves 26 de agosto, ante el
Parlamento de la Nación.
Por ejemplo: El ministro
Ayala es el abogado que presentó la absurda querella contra el Congreso para
impedir que el Parlamento (primer Poder del Estado) elija -tal como estipula la
Carta Magna- a seis magistrados del Tribunal Constitucional. Antes del jueves
26, lo coherente sería que Ayala retire esa querella porque él no puede ser “juez
y parte” dentro del Estado peruano. Otro ministro repelente es Carrasco que no
había renunciado, antes de jurar en el cargo, en la función de Fiscal. Seguidamente,
tenemos a Zevallos que es la continuación política del inefable Zamora (gestión
de los lagartos) en el Ministerio de Salud. Sinceramente, no considero que
Zeballos sea el más capaz para enfrentar los embates de la tercera ola de la
gripe china. ¡Terrible panorama! Otra ministra repelente es Durand que procreo
a su hija con un terrorista del MRTA de nombre Alejandro Astorga Valdez. ¿Qué
mujer en un sano juicio se involucraría sentimentalmente y tendría un hijo con
un terrorista? Sinceramente, ninguna mujer de talante democrático lo haría y no
me digan que “el amor es ciego” que esa cosa es un sofisma para los
adolescentes. Así podría enumerar a varios ministros que no tienen experiencia
en gestión pública, pero lo cierto es que, incluyendo, a Bellido es un gabinete
castrochavista demasiado opaco en la gestión pública. Como el gobierno no
pretende rectificar, luego de más de 21 días en el gobierno, creo que el
Parlamento no debería darle el voto de confianza (si fuera congresista votaría
en contra del voto de confianza), pero supongo que el Congreso le dará ese voto
de confianza porque hay congresistas tibios que más le preocupa seguir siendo
congresistas (incluyendo su sueldo) que el avance del castrochavismo en el Perú.
¡Qué lastima que antepongan sus intereses personales que el bienestar del Perú!
Indudablemente, la tragedia que es el castrochavismo es de entera
responsabilidad de los tibios que aún creen que el actual Ejecutivo girará
hacia el centro. ¡Ay, Perú! ¡Cuánto debemos hacer por las libertades!
P.D. La existencia de un
millón de venezolanos en el Perú es la demostración más cruda del enorme
fracaso de la dictadura castrochavista del usurpador Nicolás Maduro. Podrán
intentar repetir N veces el castrochavismo, como modelo político y económico,
pero siempre acabará en hambre, miseria, muerte y totalitarismo.
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