Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de Políticas Públicas, Licenciado
en Ciencia Política y catedrático en la Facultad de Derecho y Ciencia Política
de la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV)
Publicado en El Montonero, con fecha 14-12-2020
El 17 de diciembre, se cumplirán 20 meses de la
partida de Alan García Pérez, dos veces Presidente Constitucional del Perú.
Lamentablemente hay personas que no comprenden la decisión de coraje y rebeldía
de García, hasta se llegan a burlar lo cual es negativo porque se debe acabar
con esta absurda ola de odio que reina en el Perú además es una incoherencia
porque si la mayoría de los peruanos creemos en Cristo (católicos, evangélicos,
adventistas, etc.) como Dios está mal burlarse de la muerte del prójimo, hasta
el más vil escarnio.
Lo cierto que hay un caso similar al de Alan García,
el del presidente constitucional uruguayo Baltasar Brum (1883-1933). Un estadista
uruguayo desconocido para la inmensa mayoría de peruanos, pero no lo creo para
un político culto como lo fue Alan García no solo por sus conocimientos de
historia mundial sino porque el propio Víctor Raúl Haya de la Torre escribió
sobre el Presidente Brum.
En el artículo titulado REENCUENTRO CON EL URUGUAY,
publicado el 4 de septiembre de 1954 en el diario colombiano El Tiempo, el
líder fundador del aprismo escribe lo siguiente:
“Vivía también Baltazar Brum, a la sazón Presidente,
figura egregia de nuestra democracia y por ello mártir; pues cuando Gabriel
Terra profanó la constitucionalidad uruguaya y se lanzó a la dictadura en 1933,
la sangre de Brum cayó como una maldición sobre el usurpador; (que, a despacho
de que tal paradigma de sacrificio por la libertad no se enseñe en nuestros
colegios y universidades, en los cuales se ignoran, además, tantas cosas
grandes de Indoamérica, bueno es recordar a Brum como a uno de los héroes
civiles de más autentica estatura procera del continente).”
El presidente Baltazar Brum gobernó
constitucionalmente Uruguay desde el 1 de marzo de 1919 hasta el 1 de marzo de
1923. En su gobierno constitucional hubo orden económico y político. Tras el
término de su gobierno constitucional, ocupó la Presidencia del Consejo
Nacional de Administración (parte del Poder Ejecutivo) desde el año 1929 hasta
1931.
Lamentablemente, el 31 de marzo de 1933, el entonces
presidente Gabriel Terra perpetra un golpe de Estado, con apoyo del ejercito y
la policía. Ante esta violación del orden constitucional, el Presidente Brum se
atrincheró en su casa luego, ante una pretendida deportación ordenada por el
gobierno de facto de Terra, sale de su casa, grita “Viva la libertad” y
con una pistola se dispara en su corazón, inmortalizándose en la historia
indoamericana.
El acto del Presidente Brum no fue una cobardía, fue
un acto de coraje y rebeldía ante un vil golpe de Estado además es un poderoso
gesto de rebeldía ante una autocracia y un sacrificio personal en defensa de
las libertades políticas de todos los uruguayos.
Totalmente coincido con Haya de la Torre que el legado
democrático del Presidente Brum debe ser enseñado en los colegios y
universidades de Indoamérica como ejemplo de rebeldía cívica y valentía. Sin
duda alguna, el caso de Alan García es similar porque fue un acto de coraje,
rebeldía ante una injusticia y muestra de la defensa de la libertad individual
versus el gobierno lumpen de un vacado.
¡Viva la Libertad!
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