Renatto Bautista Rojas
Magíster en Gestión de
Políticas Públicas, Licenciado en Ciencia Política y catedrático en la Facultad
de Derecho y Ciencia Política de la Universidad Nacional Federico Villarreal
(UNFV)
Publicado en Mundiario, con fecha 12-10-2020
En el Perú, se denomina
izquierda caviar a toda persona, que nació en cuna de oro, pero que defiende
los postulados de la izquierda. Aparentemente, no sería malo, pero en la
práctica ellos usan el discurso de izquierdas para mantener su estatus social y
seguir siendo la élite política peruana desde julio de 1821. Es decir, se
cumple el adagio de la famosa novela El Gatopardo: “Que todo cambie para que
siga igual.” ¡Terrible, pero muy cierto!
Ejemplos de gran
incoherencia en la izquierda caviar lo tenemos con Susana Villarán, ex
alcaldesa de Lima, que durante su vida política pregonaba su “socialismo” para
terminar recibiendo una millonaria coima de la empresa brasileña Odebrecht lo
que le ha llevado a arresto domiciliario. ¡Hablaba de moral, pero fue una
inmoral! ¡Qué tal catadura!
Volviendo a lo central
del presente artículo al que denomino dictadura caviar. ¿por qué lo llamó así?
Desde el año 2001, con el gobierno de Toledo, los caviares tuvieron la
capacidad de obtener altos cargos en el Estado sumado, en base a un trabajo de
dos décadas, son hegemónicos en el mundo académico ya que dominan una
Universidad privada, en el distrito de San Miguel, silenciando
mediáticamente a cualquier catedrático
de otra Universidad pública o privada, sumado a su hegemonía en la prensa
peruana, en la Fiscalía y el poder fáctico que ostentan desde la ONG IDL
(Instituto de Defensa Legal.) No olvidemos que el mal llamado “equipo especial
Lava Jato” siempre le filtra información a la ONG IDL.
Lo cierto es que los
caviares tienen presencia en muchos sectores claves del Perú al grado que ponen
la agenda diaria a través de los medios de comunicación que en su mayoría los
manejan como esos mal llamados “periodistas independientes.”
Al Parlamento, elegido
impecablemente, en el proceso electoral de abril del 2016 no lo tenían copado.
Por lo cual, convencieron al actual mandatario peruano para que, de un golpe de
Estado, disolviendo ese Congreso que jamás fue obstruccionista porque siempre aprobaba
el presupuesto remitido por el Ejecutivo. Ahora, se lamentan sobre el accionar
populista del actual Congreso, pero los caviares parieron este Congreso y deben
asumir la responsabilidad política por apoyar un cierre ilegal del primer poder
del Estado que es el Parlamento.
Como todos vemos, en el
Perú existe una dictadura, desde las bambalinas, caviar. Nuestro deber es
denunciar esta terrible situación dentro y fuera del Perú porque el actual
gobierno no da las garantías mínimas de una realización impecable de las
elecciones generales de abril del 2021. ¿Podrían postergar las elecciones con
el so pretexto de la pandemia del coronavirus? ¿Por qué no? ¡Estemos alerta!
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